La causa que investiga a una agencia de publicidad por trata de personas con fines de explotación sexual, en la que se vieron afectadas al menos 50 mujeres, está próxima a elevarse a juicio tras el pedido de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°5 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dirigida por Franco Picardi.

La investigación debeló, según la fiscalía, que los acusados, Karina Liliana Juárez, Raúl Osvaldo Roncayolo y Fabián Eduardo Ferro, captaban mujeres bajo el ofrecimiento de trabajar como promotoras en carreras de automovilismo deportivo, pero en realidad eran obligadas a prostituirse con distintos organizadores, clientes y empresarios del ambiente.

Fueron al menos dos denuncias anónimas las que recibió la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), dirigida por Marcelo Colombo y Alejandra Mángano, en el 2018, y acusaban a la organización de prostituir mujeres. Cuando se judicializó el caso, intervino el fiscal Picardi y el Juzgado Federal N°6 solicitó la detención de los sospechosos.

Allanamientos de la PFA en el autódromo de Rosario.

Los acusados tenían diferentes funciones en la organización. Juárez, oficiaba como cara visible de la agencia y realizaba la contratación; Roncayolo, poseía una concesionaria de venta automóviles; y Ferro, se encargaba de trasladar a las víctimas a través del país en concordancia con las carreras de Turismo Carretera, Turismo Nacional y Turismo Pista o Turismo Mouras.

En el 2019 fueron rescatadas 22 mujeres en el autódromo “Juan Manuel Fangio”, de la ciudad de Rosario, donde se corría una fecha del Turismo Nacional y la Unidad de Investigación sobre Trata de Personas de la Policía Federal Argentina realizó un procedimiento. Ahí se detuvo a Juárez y a Ferro, mientras que Roncayolo fue apresado en su casa de un barrio privado de la localidad bonaerense de Pilar.

“Captaba a las víctimas contratándolas como promotoras, para luego ejercer presiones laborales, ya que dentro de la agencia disponía qué promotoras eran convocadas para cada carrera y qué tareas debían realizar dentro del autódromo. En tal sentido, castigaba a las promotoras que no accedían a prostituirse no convocándolas a futuras carreras y premiaba a quienes sí lo hacían otorgándole tareas más sencillas y/o mejor remuneradas (como por ejemplo ‘hacer cámara’)”, afirmó el fiscal Picardi.