En el Complejo Penitenciario San Martín, ubicado en la provincia de Buenos Aires, avanza el programa “Analfabetismo cero”, mediante el cual se busca que todos los privados de libertad alojados en las Unidades 46, 47 y 48, sepan leer y escribir para articular de inmediato con los niveles de educación formal.

 

En la actualidad son alfabetizados 86 internos mediante dos metodologías: formal y no formal. La primera se da en el primer ciclo del nivel primario por docentes que dependen de la Dirección General de Cultura y Educación en las escuelas que funcionan dentro del penal, y la otra modalidad tiene la particularidad de que los instructores son detenidos que cursan el último año de la secundaria o la Universidad.

 

“La alfabetización es el primer eslabón para garantizar la educación. En contexto de encierro es clave que las personas privadas de libertad se aferren a la obtención de conocimientos”, afirmó Ferrari.

 

CRÉDITO: PRENSA SPB

Para identificar a los internos que no saben leer ni escribir se realizó un censo y con esa información se procura que todos sean inscriptos para ser alfabetizados. Según el informe, en la Unidad 46 son alfabetizados 29, en la Unidad 47, 42, y en la Unidad 48, 15.

 

Este tipo de iniciativas se impulsan desde el Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Gustavo Ferrari. Además, en este caso, se cuenta con el apoyo del poder judicial de San Martín, ya que con audiencias públicas coordinadas por la jueza de Ejecución Penal, María del Carmen Rodríguez Melluso y el defensor oficial, Andrés López, se trabaja en todo lo relacionado a que los internos accedan a la oferta educativa.

 

En cada establecimiento carcelario un funcionario penitenciario cumple el rol de animar a los detenidos, a través de entrevistas personalizadas, a inscribirse a los distintos cursos y a los niveles formales de educación.

 

 

En el Complejo Penitenciario San Martín funcionan la Escuela de Educación Primaria para Adultos N° 721, la Secundaria N° 460 y la Universidad Nacional de San Martín, donde en la actualidad la matrícula integral alcanza a 786.

 

Silvia Key es una de las docentes alfabetizadoras. “Una de las experiencias más fuertes es cuando aprenden a firmar. Salen de escribir su nombre de pila en cursiva a una inscripción única y distintiva, y eso los pone muy bien”, explicó la maestra. Por otro lado, la docente contó que “cuando los alumnos logran formar con letras una palabra y luego darse cuenta qué representa, se les llena el rostro de una sonrisa”.