La justicia avanzó, por segunda vez en el país, en un caso de triple filiación familiar con un menor que ahora tiene, de forma legal, dos padres y una madre. Si bien el caso ocurrió el año pasado, en la provincia de Salta, trascendió y tomó relevancia en estos últimos días porque el fiscal federal que trabajó en el mismo lo compartió en las redes sociales. La primera inscripción fue en 2015 en Mar del Plata donde el niño fue inscripto con los apellidos de sus dos madres, unidas en matrimonio igualitario, y el de su padre biológico. Fue también el primer caso en América Latina.

Los acontecimientos que se relataron explicaron que, cuando el padre biológico del niño pidió tras un examen de ADN, se le reconozca la paternidad y se anule la de su padre de crianza, quien le había dado el apellido, el mismo pidió que se comparta la paternidad. La relación con la madre había transcurrido a lo largo de varios años e incluso la había acompañado durante el embarazo.

La revelación de la paternidad la realizó la madre, quien lamentablemente falleció unas semanas después. Tras la presentación del caso ante la justicia, se decidió que la paternidad será compartida y en triple filiación, ambos padres son reconocidos como tales. Tras la ausencia de la madre, los dos deberán darle alimentos, se estableció como hogar principal el domicilio del progenitor socioafectivo, se programó un régimen de visita amplio y se sumará el apellido del padre biológico.

Al respecto, el fiscal Maximiliano Hairabedian expresó: “Pocas veces se ven en los Tribunales de Familia personas con tanta madurez emocional, con herramientas para prohijar, con ganas de resolver el conflicto de una manera que beneficie el interés del niño. Ellos debieron dejar de lado el orgullo y las susceptibilidades”.

En tanto, la jueza que intervino en el caso, Ana María Carriquiry, consideró en diálogo con los medios que “el caso es conmovedor”, y celebró que “cuando encontramos algo que suma afecto, cuando de repente encontramos que la justicia se humaniza con las necesidades de los niños creo que es muy movilizador para todos”. 

“Yo me sigo emocionando cada vez que leo mi propio fallo. Y cuando leo la carta que le escribí al niño Pedro (los datos son ficticios) yo misma me sigo emocionando. Y digo, por Dios, que no se me haga callos el corazón. Si no, no puedo ser magistrada”, expresó.El fallo, en uno de sus párrafos aclaró: “En materia de ampliación de derechos humanos, nos encontramos ante un singular tiempo. Argentina es vanguardia a nivel mundial al haber sido el primer país de la región en reconocer el matrimonio igualitario. A ello debe sumársele la ley de técnicas de reproducción humana asistida, el Código Civil y Comercial que cristaliza la convencionalización del derecho de familia y la ley de identidad de género”.

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