Se cumplieron cinco años de la tragedia. Cinco años desde que 44 tripulantes partieron en el submarino ARA San Juan y desaparecieron en las aguas del Mar Argentino sin dejar sobreviviente alguno de un episodio que aún no puede dar justicia a las familias de las víctimas, señalar a los responsables o dar una fecha certera de cuando comenzará un juicio oral para que se esclarezca lo ocurrido.
Las familias que aún buscan respuestas, participan del día a día del proceso legal que, desde el comienzo, presenta distintos traspiés a la hora de avanzar con la investigación. “La impunidad es la clave que lamentablemente hoy sobrevuela”, lamentó Luis Tagliapietra, abogado y padre de una de las 44 víctimas, Alejandro Damián Tagliapietra, que actúa además como querella en la causa.
En una entrevista con Tiempo Judicial, expresó la indignación de la lentitud del proceso, de sus sospechas de encubrimiento y la dificultad del día a día de los seres queridos que esperan justicia.
¿Cómo se encuentra actualmente la causa?
La impunidad es la clave que lamentablemente hoy sobrevuela. Básicamente hay muchas causas vinculadas. Está la principal, que tiene sede en el Juzgado Federal de Caleta Olivia, y que está virtualmente paralizada. La jueza, Marta Yañez, quiso cerrar la investigación en febrero del 2020 llevando a juicio a seis oficiales de la Armada por estrago culposo, obviamente nos opusimos. No solamente por el intento de cierre, la calificación penal y demás, sino porque entendimos que todavía había mucha investigación por delante, fundamentalmente para determinar los hechos. Así lo entendió la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, que el 19 de noviembre del 2020 le ordena a Yañez que realice todas las pericias necesarias y las pedidas por las partes, y cuando digo las partes no solamente por la querella, sino también por las defensas de los imputados, y que investigué a Macri, Aguad y Srur, ex jefe de la Armada.
¿No avanzó la investigación por esas líneas?
Dos años de aquello y nada hizo en ese sentido. Tomó algunos testimoniales y alguna medida de prueba no vinculada directamente a esta orden y estamos en una situación grave, porque estamos al borde de la prescripción. El delito más grave, que es el estado culposo agravado, da una pena máxima de cinco años, y estamos a poquito más de tres años de la indagatoria. Por lo tanto, corremos mucho riesgo. Más allá de que el riesgo mayor es, obviamente, no tener la verdad de lo que ocurrió, la verdad de los hechos, que es lo que más nos importa. Hay causas de falso testimonio a causa de encubrimiento, abandono de personas, y ni hablar de las causas espionaje que son más de público conocimiento.
¿Qué acciones realizaron para revertir la situación?
Por mi parte intenté recusar a la jueza y la otra querella, la que encabeza la doctora Carrera, se presentó de manera espontánea en la audiencia oral, ante la cámara de Comodoro cuando expuse los motivos de mi recusación, que fueron absolutamente personales y que tuvieron que ver por una postura de la jueza absolutamente subjetiva respecto al expediente y la enemistad manifiesta para con mi persona, luego de que le iniciara el juicio político y la denunciara en el Consejo de la Magistratura. La colega fue a defenderla. Obviamente la postura de la Cámara ante esta situación fue de confirmar.
¿Y ese pedido avanzó?
El proceso de juicio político en el Consejo de la Magistratura avanzó en la Comisión, incluso hasta se pidieron las primeras medidas de pruebas, los primeros testimonios, pero por influencia directa del diputado radical Pablo Tonelli, amigo de Macri, que logró dilatar en el tiempo todo, obviamente la pandemia de por medio y bueno, y llegamos a mayo de este año sin que se avanzara y el proceso, si en tres años no hay una elevación a juicio político, se archiva, así que lograron eso también.
¿Cómo piensan continuar?
La carta que me queda es ante la Procuración General y el Ministerio de Justicia, la creación de una fiscalía especial o bien de una unidad especial de investigación para que, de alguna manera, marcarle el camino a la jueza. Todavía estoy peleando por ver si puede conformarse algo de esto, como para que de manera independiente se pueda encarar una investigación seria. Hacemos todo lo que la ley nos permite. Es muy frustrante porque es evidente la influencia política. Encontramos incluso cierta pasividad del actual Gobierno, que pensábamos por ahí que íbamos a tener un apoyo tal vez más firme. Si bien en distintas circunstancias el ministro de Justicia, el propio Presidente, se han manifestado públicamente respecto de la situación de las causas, pero más sobre el espionaje ilegal, materialmente no se avanzó.
¿La posibilidad de conformar una unidad de investigación rearma la esperanza de justicia?
Sería insostenible para la jueza desoír esto, directamente. Es verdad que lo hizo con la Comisión Bicameral que conformó el Congreso, como se dice en el barrio, un ninguneo impresionante. Al punto tal citó a declarar como testigos a todos los legisladores que participaron. Pero repito, una fiscalía especial o una unidad especial de investigación ya es otra historia.
¿Cómo transitan este camino las familias?
Individualmente, cada uno lleva su propia procesión. Hay muchos que ya se resignaron por distintos motivos, pero la mayoría de nosotros seguimos con nuestras vidas, laburando todos los días con todos los problemas que en nuestro país significan. Vamos pasando por distintos momentos, yo también tengo momentos muy frustrantes, pero bueno, no bajamos los brazos.
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