Los cactus conocidos como San Pedro se comercializan por un motivo que poco tiene que ver con algún valor estético para el jardín o balcón como el resto, que en los últimos años se volvieron una especie de moda, y es porque principalmente se venden por la acción alucinógena que provoca al consumirlos. Su comercialización está prohibida, pero al igual que otras sustancias, es posible conseguirlos y en este caso la red de distribución se hacía, nada más ni nada menos, que en un elegante vivero.

Así fue el caso de Gustavo Prodan, cuyo negocio era vender plantas, tierra, semillas y cactus alucinógenos y flores que se utilizan para hacer burundanga a través internet. La justicia informó que en sus locales, dos que llevaban su nombre, tenía “83 especies de cactus de reconocida capacidad psicodélica y alucinógena dado que contienen la sustancia mescalina, provocando de ese modo una amenaza a la salud pública de la población al fomentar el uso de dicha sustancia de venta prohibida por las autoridades sanitarias del país”.

Pero eso no es todo, se encontraron también 27 plantas de marihuana. Por lo que el fiscal federal de Morón, Sebastián Basso, pidió que el dueño de los viveros, ubicados en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, vaya a juicio oral y público bajo los cargos de “tráfico de drogas”.

 

 

La causa

Fue en a comienzos de primavera del 2021, puntualmente el 29 de septiembre, cuando un mail de la Policía Federal División Delitos Ambientales informó a la Justicia Federal que esos viveros de zona Oeste tenían este tipo de plantas para la “comercialización de especies vegetales y hongos alucinógenos”.

Tras ello, comenzaron las tareas de inteligencia en los dos locales. Una vez que la información fue confirmada, el fiscal hizo el pedido y se realizó el allanamiento. Prodan quedó detenido luego de que se secuestraran los cactus y las plantas de floripondio, cuya flor tiene escopolamina, la famosa burundanga que deja casi desmayada a quien la consuma.

La causa involucró, además, al dueño de Floricultores del Oeste, localizado en Moreno y dirigida por Nazareno Garrido, que al igual Prodan, informó la justicia, se dedicó a comercializar las plantas. "Sembró, cultivó y almacenó desde fecha incierta 42 ejemplares de la especie ejemplares de la especie de cactus conocido popularmente como “San Pedro” que contienen la sustancia estupefaciente prohibida mescalina”, resaltó la justicia.

El circuito de venta, lejos de los búnkers peligrosos que son mencionados en muchas crónicas policiales de narcotráfico, se hacía por redes sociales. Los precios, bastante elevados, eran depende la planta y podían costar entre $25.000 y $30.00 mil pesos.

Como escapatoria, uno de los dueños explicó que no sabía el efecto que causaban las plantas, pero el fiscal no le creyó porque consideró que era bueno en su trabajo; efectivamente un experto vendedor de plantas. Por eso, solicitó al juez Jorge Rodríguez que envíe a ambos a juicio oral y público.

Entre las acusaciones, Prodan fue además acusado por tener un excéntrico gusto en aves, ya que se secuestró un flamenco austral y nueve patos sirirí, especies que están protegidas contra la comercialización y la caza.