La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó los planteos presentados por un empresario condenado por intentar contrabandear cocaína a Europa en bridas de acero inoxidable en los que camuflaba la sustancia. El empresario intentó revertir su condena pero todos los planteos fueron rechazados.

El máximo tribunal del país, con la firma de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti desestimó el planteo de la defensa quedando y dejó firme la condena contra el empresario Ricardo Pablo López Kazelian quien era dueño de Gold Dreams, una firma de tecnología audiovisual.

Según consta en el expediente, Lopez Kaselian, intentó un envió a Bruselas, Bélgica, embarques con bridas de acero inoxidable en los que camuflaba cocaína. Lo penaron por un embarque descubierto en Ezeiza en julio de 2012 donde se interceptaron 14,84 kg de cocacína con la guía de la empresa World Courier.

Con todo esto, el empresario fue condenado a cinco años y seis meses de prisión por ser el autor del delito de contrabando de estupefacientes agravado por su destino inequívoco de comercialización en grado de tentativa. Esa condena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Penal Económico 3 porteño, conformado por los jueces Luis Alberto Imas, Karina Rosario Perilli y Luis Gustavo Losada.

 

 

La defensa de López Kazelian presentó una sucesión de recursos ante las diferentes instancias, intentando revertir dicho pronunciamiento, cosa que no ocurrió. Así, el caso llegó hasta el Máximo Tribunal. Que ahora, al rechazar los planteos del empresario, confirmó las condenas.

El cargamento fue descubierto el 30 de julio de 2012 por personal aduanero del aeropuerto internacional de Ezeiza. Los agentes detectaron irregularidades en el contorno del cilindro metálico, por lo que cortaron uno de sus extremos y encontraron 14,84 kilos de cocaína.

El envío postal tenía como remitente a la empresa Demyral SA, con domicilio en la calle Alsina al 1700, en el barrio porteño de Monserrat, y era la misma dirección de Gold Dreams, de la cual el imputado era presidente. En todos los envíos se utilizó el correo internacional World Courier y todas las planillas de seguridad correspondientes fueron firmadas por López Kazelian, quien se hizo pasar por responsable de comercio exterior de Demyral y representante de una persona que resultó ser inexistente.