Día tras día, madres y tutoras deben hacer filas de horas en los Tribunales de Lomas de Zamora para cobrar la cuota alimentaria de sus hijos e hijas, curatelas o pensiones por discapacidad. Es que sólo pueden retirar 30.000 pesos al día, presencialmente, y los cobros por transferencia “están complicados”. 

Con frío, calor o lluvia, algunas madres comienzan la fila a las 4.30 de la madrugada para ser una de las primeras en ser atendidas y luego acudir a sus trabajos u ocuparse de los cuidados de sus hijos e hijas. Incluso, hay quienes asisten desde la noche anterior. Y esta situación se repite todos los días hasta retirar el monto total.

Se trata de una resolución del Banco Central de la República Argentina emitida en el 2010 y que, a pesar de los altos niveles inflacionarios del país, no se actualiza. Estas madres reclaman que se pueda retirar el dinero en su totalidad y que se agilice la vinculación de cuentas DNI o bancarias para la transacción de montos superiores a los 30.000 pesos.

Es que, si bien la resolución del BCRA indica en su capítulo “pagos y otros débitos” que “los pagos a los beneficiario/s designado/s en los respectivos autos se realizarán mediante transferencia electrónica a cuentas a nombre de aquellos cuando se trate de importes superiores a $30.000”, esto “no funciona en la práctica” por la burocracia que traba los trámites, según denuncian las madres.

“Si bien el Banco puede abrir cuentas, eso estaba parado desde hace unos meses. Pero a partir de las protestas que empezamos a hacer empezaron a agilizar el trámite vinculando a cuentas DNI. Y hay demora de dos meses (dan 20 turnos por día). Esto solo lo hacen con las que cobran cuota alimentaria pero no con pensiones por discapacidad o curatelas”, explicó a Tiempo Judicial, Marcela Petinatti, una de las madres afectadas.

Desde el Banco Provincia y el Municipio les indican que es el Poder Judicial quien debe interceder para solucionar esta situación. No obstante, Petinatti expresó: “Nos duele mucho también que en el Palacio de Tribunales de Lomas de Zamora hagamos una fila gigante de gente y que nadie nos vea”.

“Ahí funcionan creo que entre cinco y seis de los juzgados de familia y ningún juez, ningún secretario, ni nadie se interesa por nosotras. Y sabemos fehacientemente que en otros polos judiciales sí resolvieron este problema, como en La Matanza, en Avellaneda, en La Plata, en Quilmes”, agregó.

A este medio contó también su situación Paula, madre de un hijo de 19 años que alquila en Banfield. Desde el año 2019, cobra cuota de alimentos por parte del progenitor del jóven. Asiste a las 4.30 de la madrugada para iniciar la fila en la puerta de Tribunales y terminar con el trámite temprano, ya que esta disposición le ocasiona complicaciones en el ámbito laboral: “Perdí mi trabajo el año pasado por llegadas tarde. Ahora trabajo en negro solo dos veces a la semana por la mañana para poder ir a retirar el dinero. Tengo tres trabajos y alquilo, se me complica perder 10.000 mil pesos cada vez que voy a Tribunales”.

Tal como le sucede a otras madres, Paula pierde dinero también en sus reclamos ya que debe pagarle a abogados de su propio bolsillo. Sin embargo, aún no obtuvieron una respuesta concreta desde ninguno de los organismos involucrados y, desde ya, los actores a quienes tienen acceso directo como cajeras y encargados no sólo rotan y varían, sino que no son quienes deben proporcionarles una respuesta y, mucho menos, una solución.

Cintia es madre soltera, vive en Glew con sus dos hijos y hace 17 años que cobra la cuota alimentaria a través de la sucursal Banco Provincia del Tribunal, cuyo monto la obliga a ir reiteradas veces para cobrar en su totalidad. “Por esto perdí presentismos y trabajos en relación de dependencia ya que no nos creen que tengamos que hacer esto una y otra vez. Incluso, tuve que dejar de percibir el dinero de la cuota alimentaria por no poder ausentarme del trabajo o cuando tuve problemas de salud, internaciones, o si me encontraba fuera de Buenos Aires”, contó.

Como Cintia, también otras madres invierten tiempo y esfuerzo en reclamar: “Tengo un oficio por cuenta vinculada emitido en el año 2017, e inicié con el reclamo de la cuota alimentaria en el año 2007. En febrero, hice el reclamo al Banco Provincia. También solicité ayuda a Ariel Aguilar, de la Subsecretaría de Desarrollo Comercial y Promoción de Inversiones quien se ofreció amablemente a elevar el reclamo al Banco Central. Me comuniqué con la Secretaría de Políticas Transversales de Género de PBA donde también están dándole seguimiento al caso”.

Las madres que atraviesan esta situación son quienes, en su mayoría, ya ganaron un juicio por alimentos. En ese sentido, Viviana también contó su caso a este medio: desde junio del 2016 cobra cuota alimentaria y desde que la inflación le gana al monto de dinero que puede retirar por día desde dicha sucursal la situación “le afecta en todo sentido” ya que tiene que asistir todos los días hábiles del mes y aún así no termina de cobrar la totalidad del dinero mensual.

Viviana contó que realizaron reclamos en el Banco Central y en el Banco Provincia de Lomas de Zamora pero allí sólo le responden que no tienen el poder de solucionarlo ya que se trata de “una orden del Poder Judicial”. “Necesitamos mínimamente que nos den una tarjeta para poder cobrar en un cajero o que nos permitan retirar todo el dinero en efectivo en caja. Nos dicen que vinculemos una cuenta DNI con el banco de Lomas, pero esa no es una opción para todas las madres. Ya no sabemos a quién reclamar o pedir ayuda”.

Por su parte, Doris Vargas, madre de dos hijos que viven en Ezeiza, contó también su experiencia: “Desde hace dos años esto me afecta mucho por los gastos de transporte, de tiempo, y de dinero por tener que dejar a mis hijos al cuidado de una niñera para poder viajar hasta el Tribunal de Lomas. Yo tengo cuenta en el Banco Nación, no sé por qué no pueden transferírmelo ahí en vez de hacerme ir tantas veces y generar todo este gasto”.

Finalmente, Susana Filomena Nuñez, de 75 años, tiene cuatro hijos y uno de ellos tiene discapacidad mental, por lo que cobra la cuota alimenticia y asistencias “hace décadas” en ese banco. Y, también en diálogo con Tiempo Judicial, expuso: “Cuando el padre de mis hijos falleció pensé que me iban a permitir cobrar en un banco más cercano, pero no. Soy una persona grande, no estoy bien de salud, y no puedo ir y venir todos los días haciendo filas de horas. A veces vuelvo de ahí muy descompuesta, cada vez puedo ir menos. Y no soy la única persona a la que le pasa esto”.