Luis Fernando Iribarren, más conocido como “El carnicero de Giles”, se fugó el miércoles de la Unidad Penitenciaria de Olmos luego de recibir el beneficio de salidas transitorias que usaba para estudiar en la Universidad Nacional de La Plata.

Había sido condenado a cadena perpetua en 1995 por matar a sus padres y hermanos y, años más tarde, a su tía.

La Policía de la provincia de Buenos Aires lo busca intensamente tras no haber regresado al penal donde se encontraba desde hacía 29 años.

A los 25 años había matado a su tía, enferma de cáncer, y luego confesó lo que hizo con su núcleo familiar en años anteriores.

"La ayudé a morir. Tenía cáncer y sufría mucho. Estaba muy mal", le había dicho al comisario a quien detalló que la golpeó en la cabeza con un hacha hasta matarla, y la enterró en el patio de la casa.

Respecto de su familia los detalles son igual de escalofriantes.

“Sin pensar, pero comprobando que estaba cargada, agarré el arma. Entré en la pieza en la que dormían mis padres y mi hermana. Con la seguridad de que tenía ubicados los cuerpos y de que no me hacía falta mirar, cerré los ojos. No sé si les disparé dos o tres balazos a cada uno", confesó ante la Justicia.

Y continuó: "Salí de la pieza, siempre con el arma entre mis manos, cerré la puerta y pasé al dormitorio de mi hermano. A medida que me acercaba, miraba cómo dormía. Recuerdo que le pegué con el cañón del arma en la cabeza. En ese momento, sin pensarlo disparé una vez más. Después de que le pegué el balazo, mi hermano quedó con los ojos abiertos".