El Dr. Luis Martí Mingarro dialogó con Tiempo Judicial en la firma realizada ayer en Buenos Aires del Acta de Constitución del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR),
sobre su visión del novedoso sistema ya utilizado en el mundo, la necesidad del centro y los alcances del mismo para la abogacía española y de Iberoamérica. "El arbitraje tiene que ganarse la confianza de la ciudadanía", resaltó el jurista español.
¿Cómo presidente de la UIBA que expectativas tiene la creación del CIAR?
Creo que es un momento extraordinariamente esperanzador porque se llega a buen puerto desde la iniciativa fundacional que nace de la sociedad civil. Desde los colegios de abogados, las universidades y el mundo empresarial representados por las cámaras. Llegamos acá con el impulso de los poderes públicos. No sólo desde la Secretaría de Ministros de Justicia de Iberoamérica sino también desde la Secretaría general Iberoamericana porque comprendieron que se trataba de un proyecto de interés para la comunidad y lo han apoyado, impulsado y ayudado a desarrollar.
¿Por qué se tardaron 8 años en su creación? y ¿qué problemas viene a solucionar?
(Piensa...) Eh.. mire usted el arbitraje hace unas decenas de años era poco desarrollado e incomprendido porque se tomaba como una competencia con los órganos de la justicia. Gracias a Dios eso ha cambiado y los ordenamientos jurídicos de nuestros países han asumido que el arbitraje es una forma viva y asumida de resolver conflictos y disensos. Parte de la tardanza porque la sociedad debe asumir al arbitraje como tal.
El arbitraje ha adquirido un gran prestigio en organizaciones internacionales que lo han hecho muy bien pero se ha ido produciendo una selección de asuntos por la cuantía y el alto costo y con el mundo globalizado el comercio internacional no es sólo para las grandes empresas. Entonces, esa masa de comerciantes y operadores internacionales no ha tenido oportunidades para el arbitraje, y ahí esta iniciativa está aportando para ello.
¿Qué tipo de empresas podrán acceder a este nuevo centro?
La idea es que acudan prácticamente todas: desde las grandes organizaciones empresariales hasta la menos aparatosa porque todos quieren que un conflicto se resuelva antes de acudir a la justicia. Con las tensiones y las incompetencias de jurisdicción que se denuncian, las relaciones se complican mucho y a veces se termina con una renuncia al derecho a una tutela judicial efectiva.
¿Cómo se va a financiar el CIAR?
Las organizaciones que reclaman para sí las sedes van a poner mucho de su parte en el nacimiento de los aparatos operativos. Por otra parte, unas cuotas modestas de los colegios de abogados y de las cámaras empresarias.
¿Se prevé la formación de los futuros árbitros?
Eso es una tarea que tiene que llevar a cabo cada país para que los árbitros pasen los estándares de base exigibles y eso va a ser así.
¿Cuáles son esos estándares exigibles?
El arbitraje tiene que ganarse la confianza de la ciudadanía sobre la base de hacer honor a su calidad, sobre todo independencia, y capacidad para ayudar a todos a resolver en sede arbitral sus conflictos.
¿Cuáles son los próximos pasos tras la creación del CIAR?
Tras la designación de las sedes y las competencias, ya desde hoy hay que empezar a trabajar para que este año el Centro de Arbitraje Iberoamericano sea difundido el reglamento de procedimiento arbitral y el dispositivo on-line con una vocación de calidad y vocación de operatividad.
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