El barrio Rodrigo Bueno comenzó a gestarse en el año 1980 en un terreno lindante a lo que hoy se conoce como “Reserva Ecológica” y a la ex Ciudad Deportiva del Club Boca Juniors. Según el último estudio sociodemográfico que realizó la Defensoría de la Ciudad en octubre de 2015, en el barrio habitan alrededor de 2349 personas.
La situación habitacional es de emergencia. El informe indica que el 24 por ciento de la población se abastece de agua con camiones cisternas que frecuentemente disminuyen su frecuencia y dejan sin ese servicio básico a los vecinos, más de la mitad de las viviendas utilizan pozos ciegos para el desague cloacal y casi el 30 por ciento descarga las aguas residuales en el riacho contaminado que rodea el barrio. A su vez, no existe un tendido de gas natural y la conexión eléctrica depende de un transformador que proveyó EDESUR hace más de 4 años que genera un servicio informal y defectuoso.

En el Barrio Rodrigo Bueno la situación habitacional es de emergencia.
Foto: Soledad Aznarez
La lucha de los vecinos del barrio Rodrigo Bueno por la urbanización de sus calles es de larga data. Comenzó en 2005 cuando iniciaron una acción de amparo.
En 2011 el reclamo de los vecinos fue escuchado por la jueza Elena Liberatori que falló a su favor en primera instancia, impidió que fueran desalojados y ordenó “la integración urbanística y social del barrio Rodrigo Bueno, dando participación efectiva de los residentes en relación a dichos proyectos”.
Sin embargo, el Gobierno porteño no tardó en apelar el fallo. La urbanización se vio todavía más lejana cuando el 30 de septiembre de 2014, la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Y Tributario de la CABA aceptó la apelación y revocó el fallo de primera instancia. A partir de entonces la causa quedó en manos del TSJ. El voto mayoritario fue el de los jueces Esteban Centanaro y Fernando Juan Lima que argumentaron acerca de que el barrio está asentado sobre jurisdicciones de la Reserva Ecológica y que una posible urbanización no depende del Poder Judicial sino del Legislativo.
Después de más de diez años de reclamos, el pasado 5 de julio los vecinos de Rodrigo Bueno fueron escuchados por primera vez cuando representantes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se comprometieron a realizar en 45 días una propuesta concreta vinculada a la urbanización del barrio. Lo que derivó en este nuevo compromiso de parte del GCBA de efectivamente llevar a cabo las obras de urbanización.
“Ellos quieren que su barrio sea como cualquier otro: tener agua, luz, recolección de basura y que se les reconozca el derecho a estar en ese lugar en el que están hace 30 años”, dijo Corti.
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