Por Liliana Hendel, psicóloga y periodista feminista, coordinadora de RIPVG-Ar Red Internacional de periodistas con visión de genero en Argentina.
Hola, mi nombre es Valeria Sainz Moreno y quisiera pedirles que me acompañen en la lucha para que mi hijo sea escuchado: la jueza de familia 5, Petrona Martínez de La Matanza, por represalias a mi persona por haberla denunciado, se llevó a mi hijo del jardín de infantes contra su voluntad y en el marco de un operativo policial. Ya hace 41 días que no estoy con él y solo pido que me ayuden a recuperar nuestras vidas. Ahora vivo bajo la amenaza de la jueza, que me pide que no cuente esta historia en los medios, pero ni ella ni nadie van a lograr que calle este dolor. Hoy tengo pruebas del abuso de poder de Martínez. Por favor: somos muchas madres a las que están callando en La Matanza. (Facebook Valeria)
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El domingo 22 de febrero 2015 Marcela Fillol murió sin poder despedirse de su hija de 7 años. Tenía leucemia y había pedido mediante un amparo despedirse de ella. Estaba castigada por haber impedido el contacto de la niña con el padre, denunciado por violación.
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La Dra. Andrea Vázquez está lejos de encontrar justicia en la justicia. En 2012 la Gendarmería se llevó por la fuerza a sus tres hijos. El más pequeño tomaba la mamadera en su casa. En ese momento ella estaba atendiendo su consultorio, tarea a la que aún no pudo regresar. Los laberintos y las trampas judiciales consumen su tiempo completo.
Le otorgaron la tenencia al padre, denunciado por violencias graves. Hoy dos de sus tres hijos están con ella- de hecho- por decisión de los propios jóvenes que se niegan a volver con el padre violento. La justicia aun no responde, no escucha. No ve.
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Cada caso es diferente pero en todos se repite el embate judicial. Avanza sobre mujeres que en su función de madres intentan proteger a su cría de varones depredadores a los que han denunciada una, cien, mil veces.
La justicia patriarcal, esa que dice en sus sentencias que un padre es un padre aunque haya sido violento, golpeador, abusador…esa injusticia que sostiene que “puede haber matado a la madre pero eso no impide que sea un buen padre” (textual de un juez jujeño) avanza sobre los derechos de las mujeres que en este territorio se cruza con los derechos de la niñez. La denuncia de la mujer no tiene valor de prueba si no hay hematomas, sangre, cadáver, desgarro vaginal o anal.
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Una mujer denuncia y un juez/a decide si dice la verdad o fabula en función de ¿la prueba? Un varón se declara inocente y acusa a esa mujer madre de ser manipuladora e interferir en el vínculo. No se requiere prueba: alcanza con comprobar dificultades en el vínculo paterno-filial que no se asocian a las acciones violentas del progenitor sino a la manipulación de la progenitora.
Siempre de modo abrupto y sin aviso (policía/gendarmería) un juez/a decide separar a esa criatura de su vida, su casa, sus objetos para castigar a esa –supuesta- fabuladora impidiéndole drásticamente acercarse a sus hija/os, que deben ser curados de la enfermedad (inexistente) que la madre inoculó.
Tal como explico en Las mentiras del Patriarcado, el virus necesita nombre científico para obtener credibilidad, lo llaman “Síndrome de Alienación Parental” y todos los estudios, salvo los de los seguidores, desmienten, refutan, discuten su existencia. ¿Quiénes son los seguidores? Padres denunciados que encuentran abogada/os a medida.
El Dr. Enrique Stola, experto en temas de género en Argentina, al igual que el Dr. Miguel Lorente en España, explican con claridad que los varones que aman a sus hijos y desean recuperar el vínculo con ellos empiezan por no dañar, esperan, negocian, buscan los modos de sortear el obstáculo de “esa mujer” despechada,que por supuesto, las hay.
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Jano tiene 5 años, es hijo de una pareja que se separó cuando él era aún más pequeño. Valeria denunció, una, diez, cuarenta veces violencias varias, muchas con testigos.
Jano fue uno de esos testigos, vio cómo su papá le pegaba a su mamá. Este varón que pelea por su custodia – ahora dice que lo ama - tambien lo castigó físicamente y no duda en destruir a su exmujer (¿puede matar emocionalmente a la madre y ser un buen padre?) Jano le teme con razón.
La jueza Petrona Martínez decide que el nene no debe estar con su mamá porque ha impedido el contacto con su papá y merece la aplicación de Ley penal de impedimento de contacto (24270).
El niño hace muchos días y muchas noches que fue entregado a la abuela paterna que no pidió su custodia y con quien no tenía vínculo alguno. Desde el primer día Jano de 5 años despierta a los gritos pidiendo por su mamá. Sin embargo, el informe psicológico de la Lic. Susana Caraban dice que el niño está muy bien.
La crueldad instalada en la justicia desampara, desprotege, aniquila a Jano y a cientos de criaturas que como el hijo de Valeria están impedidos de contacto con sus madres y sus familias protectoras.
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Las generalizaciones siempre son excesivas. Sabemos que hay madres manipuladoras. La pregunta es: ¿la condena es razonable si el delito es la manipulación emocional? ¿Alguien evalúa el daño en la subjetividad infantil? ¿Es tolerable que un juicio demore años en resolverse cuando se trata de la infancia?
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