La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) elaboró una guía de recomendaciones para la adquisición de los microcréditos "gota a gota" en la que advierte sobre organizaciones delictivas detrás de esta modalidad crediticia, vinculadas al lavado de activos, la trata de personas y el crimen organizado.

 

Los créditos "gota a gota" son microcréditos cuya tasa de interés con nulos requisitos de acceso que pueden llegar a quintuplicar a la de las entidades financieras o tarjetas de crédito, con cancelación exigible en cuotas diarias, semanales o mensuales.

 

La PROCELAC detectó "un importante número de hechos en diversas jurisdicciones del país, en su mayor parte vinculados a una organización delictiva integrada por ciudadanos extranjeros" que ponían en riesgo no sólo el patrimonio de los eventuales damnificados, sino también la integridad física y hasta la propia vida en caso de incumplimiento.

 

Para identificar este tipo de delitos y poder efectuar la denuncia correspondiente, la PROCELAC informó las características típicas de estos créditos:

 

Entrega exprés: el potencial cliente recibe el dinero sin necesidad de presentar avales o garantías, prácticamente a sola firma. Sin mayores precauciones ni trámite, el capital otorgado –que puede oscilar entre los $2.000 a los $60.000- se entrega rápidamente, lo que actúa como un incentivo para la persona que tiene necesidad de acceder a esa suma de dinero.

 

Fuera de toda regulación: quienes otorgan este tipo de préstamos actúan al margen de la legalidad, fuera de la órbita del Banco Central de la República Argentina –único organismo encargado de autorizar la intermediación financiera- o cualquier regulación estatal. De este modo, no existen límites a la imposición de condiciones, todo ello en perjuicio del acreedor.

 

Fachada: la totalidad de los casos registrados en el ámbito local tiene como denominador común el ofrecimiento de pequeñas sumas de dinero por parte de vendedores ambulantes de muebles –en algunos casos la práctica incluye la entrega de éstos en cuotas-, actividad que actúa como fachada para el ingreso de la víctima.

 

Tasas abusivas: la cancelación del préstamo se realiza a través de cuotas periódicas –pueden ser diarias, semanales o mensuales- por una tasa excesiva que, en algunos casos, quintuplica a la oficial. El cobro lo realiza en forma personal el prestamista o un emisario de éste.

 

Publicidad: los préstamos por “goteo” son ofrecidos por personas o firmas sin más estructura que una dirección de correo electrónico o un número de teléfono; utilizan como canal de publicidad las redes sociales y, en muchos casos, personas que integran la red se hacen pasar como clientes “satisfechos” con el servicio financiero recibido.

 

Violencia: la persona que accede a este tipo de préstamos queda “atrapada” en medio de un circuito usurero y, ante el incumplimiento, la organización despliega una metodología de cobro no exenta de violencia, que incluye hostigamientos, amenazas y hasta el uso de violencia física.

 

Extorsión: ante la imposibilidad de cancelar el préstamo, la organización activa un mecanismo de coacción, es decir, el deudor debe “conseguir” el ingreso de un nuevo cliente para poner fin a la cadena de hostigamiento de la que es víctima.

 

Delitos asociados: existen indicios para establecer que los fondos provenientes para desplegar este lucrativo negocio provienen de actividades ilícitas ejecutadas por la propia organización delictiva, tales como la trata de personas con fines de explotación laboral.