Aída Tarditti integra el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba y actualmente es la presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA). En diálogo con Tiempo Judicial, analizó la falta de representatividad de mujeres en el Poder Judicial, el techo de cristal y las acciones que se impulsan desde la entidad. También, reflexionó sobre el impacto de género de la pandemia y el funcionamiento de la actividad judicial atravesado por los mecanismos tecnológicos.
A pesar de las acciones en materia de perspectiva de género que se han adoptado en los diferentes poderes judiciales , ¿qué demandas siguen pendientes?
Quedan un montón. Somos una minoría de mujeres la que estamos en la cabeza de los Poderes judiciales. Todavía el Fuero Federal tiene una composición de varones abrumadoramente mayor. El problema del techo de cristal sigue. También se refleja en los lugares de toma de decisiones. Mirá los comité de crisis en el marco de la pandemia. Es impactante la foto. No hay mujeres o si se ven están en una línea de atrás, no están por lo menos en el primer plano.
¿Por qué esa brecha en la composición se ve aún más acentuada en el Fuero Federal?
No por nada tuvo el Consejo de la Magistratura de la Nación aprobar un reglamento por el cual se deben incorporar sí o sí mujeres en las ternas en la medida en que se encuentren en una buena ubicación en el concurso. Nosotras le hemos pedido a la ministra de Justicia actual, Marcela Losardo, que con motivo del retiro de los pliegos del Senado por parte del Presidente, no se desmejore a las mujeres que estaban incluidas en esas ternas.
Ante ese escenario de poca representatividad de mujeres en los máximos tribunales, ¿evalúan desde AMJA promover acciones en el ámbito de los concursos para acceder a la magistratura?
Hicimos una presentación al Foro Federal de Consejos de la Magistratura (FOFECMA) ofreciendo nuestra institución porque en la selección de jueces y juezas es muy importante que se tenga en cuenta la perspectiva de género, tanto en los temarios como que la consideren los evaluadores en los postulantes. Hemos contado con la predisposición de la presidenta actual y comenzamos a ver de qué forma concreta podemos articular. Nuestra petición no es una sola medida. Entendemos que estos son procesos que llevan tiempo, pero no hay que parar.
Con respecto a los procesos judiciales en el marco de las causas por violencia de género y femicidios, ¿cuál es su opinión sobre el accionar del Poder Judicial?
La Corte Suprema lleva un registro de los femicidios y muestra lo que cada distrito informa sobre las causas que tienen y en qué estado están. Eso permite ir haciendo un seguimiento de si se mueven o no los casos de femicidio. Lo trágico es que en general sí se mueven, pero el problema es qué pasó antes. Si esas víctimas tuvieron antes denuncias, si en los casos en que ya intervenía la Justicia resultaron víctimas, o su hubo mecanismos de prevención. El Poder Judicial siempre puede ser más activo y eficiente y actuar con debida diligencia en cuanto tenga una denuncia.
El principal mecanismo de prevención es la educación en la igualdad. Antes de la pandemia, con AMJA teníamos varias actividades presenciales preparadas para el año. Una de ellas consistía en que las juezas iban a charlar con estudiantes de los últimos dos años de la secundaria sobre perspectiva de género, estereotipos y micromachismos. En las experiencias realizadas se dieron intercambios muy interesantes.
¿Cómo evalúa el impacto de la pandemia en las mujeres en situación de violencia?
Está impactando de una forma que, como todavía estamos todos inmersos en ese contexto, no alcanzamos a dimensionar todas las consecuencias. Hay un impacto de género durante la pandemia en las situaciones de violencia, en el cuidado, en las adultas mayores y en los trabajos en negro de las mujeres.
En el contexto actual se señala cómo el teletrabajo evidencia aún más las desigualdades de género en cuanto a cómo se concilia la actividad laboral con las tareas del hogar, ¿cuál es su impacto en el ámbito judicial?
Desde AMJA nos unimos a una campaña para contestar una encuesta sobre teletrabajo, aún no hemos tenido una devolución. Cuando comenzó la cuarentena desde la asociación comenzamos a publicar columnas de opinión de nuestras socias que abordan distintos ejes que están sucediendo en la pandemia y que tienen un impacto de género, uno de ellos es el teletrabajo. ¿Cómo es el orden de distribución de computadoras en el grupo familiar? ¿quién toma la computadora en el último lugar cuando hay una sola?
Es importante abrir los canales de las voces de las mujeres, sea en los ámbitos que sea. Tienen que llegar sus voces.
¿Cómo evalúa la aplicación de la tecnología en el funcionamiento del Poder Judicial de Córdoba?
Se trata del acceso a Justicia en tiempos de pandemia. La tecnologización ha posibilitado que se pudieran realizar juicios penales a través de videoconferencia y de sistemas seguros, que la persona privada de su libertad no estuviera tan perjudicada por esta situación de los tribunales con un funcionamiento limitados. Los jueces civiles y laborales disponer órdenes de pago de forma electrónica.
Todas esas herramientas virtuales posibilitaron dictar juicios, prorrogar y dictar medidas cautelares en el caso de la Justicia de violencia, realizar denuncias por violencia vía WhatsApp. Es importante destacar que en el Polo de la Mujer hay atención todos los días del año y las mujeres pueden realizar la denuncia de la forma que sea.
Estos entornos son fantásticos para la gestión, pero uno no puede ignorar que hay una brecha digital con el pobre. Entonces a la par tiene que haber estrategias que posibiliten el acceso a justicia de quien no tiene medios tecnológicos y que va quedando a un costado del camino.
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