Tras un nuevo pedido de prisión domiciliaria, el cuarto desde el comienzo de la pandemia en marzo, el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz y su defensa generaron nuevamente conmoción en organismos de derechos humanos y en la querella. Criticaron a la justicia por conceder este beneficio al represor condenado a perpetua y entienden que no hay motivos para que cumpla su condena en otro lugar que no sea la cárcel común.
El albañil Julio López desapareció el 18 de septiembre de 2006, día que tenía previsto presenciar los alegatos contra su torturador, Miguel Etchecolatz, condenado 24 horas después. La desaparición se produjo en el contexto de la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad, que habían estado paralizados durante dos décadas por las leyes de impunidad.
A 13 años de su desaparición, el hijo del desaparecido Julio López, Rubén López, expresó en diálogo con Tiempo Judicial que siente “bronca”, y consideró que Etchecolatz “es un tipo que hace años viene intentando lo mismo, es un tipo que manipula”.
“Evidentemente tiene cierto poder todavía para seguir con la manipulación, inclusive el tema del fallo del tribunal por el cual le otorgan la domiciliaria, él dice que sabe que este fallo va a generar conmoción social. Genera mucha bronca, es un tipo que todavía está condiciones de seguir ejerciendo lo mismo que hizo hace 40 años atrás”, apuntó López.
Además, advirtió que, si bien Etchecolatz no ocupa ningún cargo, no significa que no tenga poder ni que la gente lo siga, y recordó que “en enero del 2018, cuando él estuvo de vacaciones domiciliarias en Mar del Plata, las personas que más lo fueron a visitar fueron policías uniformados, hay mucha gente que todavía lo ve en ese rol que tuvo y le tiene respeto”.
También, subrayó que si bien la mano ejecutora de golpe de 1976 fueron las fuerzas armadas, y grupos paramilitares, estuvo siempre “el poder mediático, político y económico”. “Ese poder sigue, hay mucha gente, inclusive lo hemos visto en marchas que reivindicaron la dictadura. Hoy lo vemos desde otro lado, por ejemplo tenemos los golpes blandos cómo Brasil, Honduras y Bolivia, que se ejercen otros mecanismos”, disparó López.
En tanto, manifestó puntualmente: “Lo primero que deseo es que termine su vida en la cárcel, como debe ser, con cárcel perpetua, efectiva y común. Y segundo que cuente y nos diga primero dónde está Clara Anahí, la nieta de “Chicha” Mariani. Ya que fue él quien la sacó de la casa de los padres. Él fue el apropiador, y evidentemente le ha sustituido el nombre y hasta el día de hoy no se sabe dónde está”.
La causa está en un punto muerto hace muchos años y sólo hay sospechas de instigadores cercanos Etchecolatz, pero no hay una prueba concreta y cierta. Rubén explicó que “lamentablemente es una ilusión, porque estos tipos tienen un pacto de silencio tan grande, qué ha pasado que muchos se han muerto y no han dicho dónde están los cuerpos de los 30.000 desaparecidos. Él fue la mano ideológica de la segunda desaparición de mi viejo, esperamos que algún día nos diga que pasó”, concluyó.
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