Un nuevo aniversario se cumple, este año son 39, del comienzo de la guerra de Malvinas. El contexto de dictadura militar, de prohibiciones y dominación de los medios de comunicación, además de un patriotismo exacerbado para el cumplimiento del fin, fue el caldo de cultivo para que aún hoy se encuentren causas en el Poder Judicial sobre la tortura, el maltrato y el olvido que recibieron los jóvenes que participaron en esa guerra.
En diálogo con Tiempo Judicial, el ex secretario de derechos humanos de Corrientes e impulsor de investigaciones sobre el maltrato de los ex combatientes, Pablo Vassel, reflexionó sobre lo ocurrido en las islas y consideró que el trato que recibieron algunos soldados fue un “crímenes de lesa humanidad”.
“Hubo torturas, maltrato, violencia, vejaciones, se lograron reunir en su momento 23 testimonios, de los cuales aparecieron 5 víctimas de tortura, 15 testigos de tortura, otros testigos de la muerte de dos soldados correntinos por hambre, y otros testigos del asesinato de un soldado correntino por un disparo en la cabeza por una circunstancia imposible de ser atribuido a un error bélico”, subrayó.
El trabajo de investigación realizado dejó como resultado, según el ex secretario, al menos “120 víctimas de distintos hechos qué agregaron nuevas circunstancias de muertes”, y agregó que “se sumaron un montón de otros temas como torturas, enterramientos y hay casi un centenar de testigos que también son víctimas”.
En tanto explicó: “Al día de hoy la causa pasó por distintas instancias, llegó incluso hasta la Corte Suprema y hoy avanza a un ritmo lento. Tiene 95 oficiales imputados, de las tres fuerzas, cuatro procesados y a seis se los citó para prestar indagatoria en los próximos días”.
Según aclaró, todos los procesados y los que son citados pertenecen a la tercera brigada de infantería con asiento en Curuzú Cuatiá, entre los que se incluye al jefe de esa brigada, el general Omar Parada. Quien es el militar de más alto rango que queda vivo después de Malvinas. La causa tiene como querellantes al Centro de Ex Combatientes de Malvinas La Plata, y la Comisión Provincial de la Memoria.
La causa también fue presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos luego de la negativa de la Corte Suprema de tratar el tema, por la “privación de justicia, de acceso a la justicia y falta de acceso a la verdad”, lo que, según Vassel, es una paradoja porque “los héroes de la patria se vieron obligados a buscar justicia en el exterior de la patria porque no la recibieron en su propio territorio”.
Malvinas, la lucha por la identidad
El conflicto en las islas no quedó solamente en la búsqueda de justicia por las vejaciones que sufrieron muchos ex combatientes, sino que también otros de los frentes fue el reconocimiento de los caídos, sus cuerpos y su familia. Una reivindicación del derecho de las madres y padres, hermanos, de llorar sobre la tumba de su ser amado.
Quien encabeza, entre tantos, esta interminable lucha es Julio Aro, ex combatiente y presidente de la organización No me Olvides, en Mar del Plata. Su nombre se hizo conocido en el último año porque fue nominado al premio Nobel de la paz. Su causa y acciones son reconocidas en todo el mundo.
En diálogo con Tiempo judicial, Aro celebró que “hace diez días se firmó nuevamente un acuerdo con el Reino Unido, que es una enmienda del primer plan del proyecto humanitario”, y explicó que “por este nuevo convenio se abrirá la parcela C-1-10, donde hay un error hecho por los argentinos”.
“En la parte original del cementerio decía Sánchez NN, en el 2004 cuando se cambian las placas y cruces, aparecieron los nombres de otros compañeros que realmente no están ahí”, relató, y narró que “la denuncia fue hecha por una de las mamás, una de ellas de apellido Luna, fue antes del 2004 y como su hijo no estaba adoptó una cruz y en el 2009 le dijeron que su hijo estaba identificado y no lo podía creer”.
Aro recordó que “cuando hubo exhumaciones en el 2018 le pidieron mediante una carta a la Cruz Roja que por favor abriera la tumba por ese inconveniente, y la Cruz Roja no lo podía hacer debido al convenio anterior, solamente se podían abrir las tumbas que digan ‘soldado argentino solo conocido por dios””.
“Con este acuerdo en fines de junio o julio se abrirán para saber quienes son esos tres compañeros que están ahí, porque las madres dieron sangre para saber quien son y sus hijos aparecieron en otro lugar del cementerio”, subrayó.
Julio Aro - ex combatiente de la guerra de Malvinas
En esa sintonía, consideró que “hay cosas que por la pandemia no se puede dejar de hacer, se le llevó a una mamá de Corrientes insulina porque no le llega, Elma Peloso, otra en Chaco que no tiene audífonos, otra que le faltan pañales, sillas de ruedas, la verdad que tenemos que darle la mejore calidad de vida a esos seres que dieron un hijo a la patria”.
“La forma de no abandonar a un compañero es estar por lo menos hasta las últimas consecuencias y encontrar a las familias, mostrarle que pueden hacer, y respetar si no quieren, pero decirles que está la posibilidad, si dice que no se terminó el tema, pero desde lo personal hay que cumplir”, concluyó el nominado al premio Nobel de la paz.
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