Por estas horas, en los tribunales aseguran que esa dependencia del fuero Penal de primera instancia está maldita porque Leiva y Bento, únicos jueces titulares durante los últimos 25 años, fueron acusados de cometer conductas criminales graves y quedaron marcados para el resto de sus vidas y sus carreras.

A partir de 1999, al primero le atribuyeron catorce denuncias administrativas en el Consejo de la Magistratura y lo destituyeron en 2002 por una de estas: mal desempeño de sus funciones.

Fue por no haberse apartado y liderar una investigación en la que aparecía como víctima, aunque para él -y así lo dijo cuando se defendió a capa y espada en Buenos Aires- la verdadera víctima del complot que estaba en ciernes era la Justicia Federal de Mendoza toda.

La piedra del escándalo fue la denuncia pública y judicial del entonces banquero menemista y escribano Raúl Juan Pedro Moneta de que Leiva le había pedido una coima de $3 millones para desvincularlo de la pesquisa por la caída del Banco Mendoza SA, durante la gobernación del peronista Arturo Lafalla.

Ahora, con Bento la historia vuelve a repetirse lo que alimenta la teoría del juzgado maldito: al magistrado de 58 años acaban de procesarlo con prisión preventiva -los fueros lo eximen de quedar preso- bajo la firme sospecha de que lidera una asociación ilícita dedicada, durante varios años, a pedir fuertes sumas de dinero a cambio de resoluciones judiciales redactadas a medida.

Y más aun: a Bento, también bajo proceso por el delito de lavado de activos, se le trabó un embargo por $177.610.000 mientras que a la esposa, Marta Boiza, también involucrada en la misma causa judicial, junto con abogados, un defensor oficial, ex policías y ciudadanos comunes, le embargaron por un total de casi $150 millones.

Luis Leiva, ex juez federal de Mendoza al frente del mítico 1.

La sucesión

La destitución de Luis Leiva, considerado un juez altamente mediático por su exposición pública y por la gran cantidad de casos de fuerte impacto en su despacho, sucedió el 9 de mayo de 2002 en Buenos Aires y dejó al Juzgado Federal 1 de Mendoza sin juez titular para atender las causas del fuero penal que allí se tramitaban.

Lo mismo sucedió con la siempre apetecible competencia electoral de la justicia que Leiva había manejado con soltura, habilidad y sin sobresaltos.

Que el Juzgado 1 estuviera vacante no era nuevo en la Justicia Federal de Mendoza: Leiva había sido suspendido en su función de magistrado exactamente un mes antes de la caída del presidente Fernando de la Rúa, el 21 de noviembre de 2001, y preparaba su defensa durante el ardiente verano mendocino con el asesoramiento del constitucionalista Daniel Sabsay en Buenos Aires y del aquilatado abogado, amigo y ex juez federal Carlos Parellada en estas tierras.

La conducción del juzgado huérfano quedó alternadamente en manos de los jueces Alfredo Manuel Rodríguez, titular del Juzgado Federal 3 -de asuntos penales-, y Gerardo Walter Rodríguez, del Juzgado Federal 2 -a cargo de los asuntos civiles y comerciales-.

Aunque discretamente entraba en escena Walter Bento, que para esa época llegaba a Mendoza desde su Buenos Aires natal en busca de nuevos aires familiares y profesionales. Atrás dejaría su ocupación de agente de bolsa con presente brillante y futuro venturoso por donde lo mirase para alistarse -para sorpresa de muchos- en la Justicia Federal de Mendoza, adonde fue empleado como secretario de Alfredo Manuel Rodríguez.

Ya sin Leiva en funciones, en el Juzgado Federal 1 se potenciaba la figura de uno de sus secretarios: Dante Marcelo Vega, quien conocía al dedillo el funcionamiento de esa dependencia y las causas que allí se tramitaban.

Walter Bento, actual titular del juzgado 1 también procesado en el día de ayer por varios delitos.

La época bisagra

El desembarco del kirchnerismo en la Presidencia de la Nación y en el Congreso tuvo su correlato político/judicial en Mendoza dos años más tarde: Walter Bento asumió como juez titular del Juzgado Federal 1 en 2005 dejando en el camino a Dante Vega.

Ambos habían rendido exámenes en el Consejo de la Magistratura de la Nación pero Bento, que también alimentaba expectativas de ser camarista federal, fue el elegido de la política. El expresidente Néstor Kirchner lo propuso ante el Senado nacional, que lo convirtió en juez sin dudarlo.

¿Por qué Bento y no Vega? Por algo que, según los memoriosos, era más importante que los dos protagonistas, algo que los volvió invisibles por más pergaminos y conocimientos que tuvieran: la necesidad de la política de poner punto final a la era Leiva, para muchos asociada a la corrupción.

Ayer y hoy

Horas después de ser destituido, Luis Leiva comenzó a ser investigado por el delito de exacciones ilegales a raíz de la denuncia del banquero Moneta, por quien hasta horas antes había sido uno de sus colegas en el rol de juez federal de la Nación: Claudio Bonadio.

En 2007, Leiva fue candidato a gobernador de Mendoza de la mano de “Lilita” Carrió, que lo bendijo públicamente. Hoy ejerce la abogacía de manera particular. Desde hace meses, al juez Bento lo investiga y lo ha puesto contra las cuerdas Dante Vega, quien años atrás se convirtió en fiscal general.

Bento dice públicamente que Vega actúa movido por la “enemistad manifiesta, que es pública y notoria” hacia su persona. Vega habla a través de sus resoluciones.