La duración de la jornada laboral será uno de los ejes a discutir como política laboral en los próximos meses. En este caso, dos diputados del Frente de Todos, Hugo Yasky y Claudia Ormaechea, presentaron proyectos para que la jornada deje de ser de ocho horas y pase a ser de seis, como ya es en algunos países de Europa y en Estados Unidos.
Antes de la pandemia, casi un tercio de los estadounidenses trabajaban 45 horas o más a la semana, y alrededor de ocho millones trabajaban 60 o más. Mientras que los europeos han reducido sus horas de trabajo en aproximadamente un 30 por ciento durante el último medio siglo. En varios países se planteó y en Argentina también que es uno de los países de la región con mayor carga horaria laboral: 48 horas semanales.
Los dos proyectos son distintos, pero no son opuestos y apuntan a que se reduzcan las horas laborales sin que se reduzca el sueldo de los trabajadores. Se apunta a mejorar la calidad de vida y que se redistribuya de mejor forma el trabajo, por eso, pasaría la carga horaria de 48 a 40 horas semanales, de acuerdo al proyecto de Yasky.
Al respecto, el diputado publicó en sus redes el primer artículo del proyecto: “La duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”.
En este sentido, el proyecto plantea que la jornada no podrá exceder de 8 horas diarias o 40 horas semanales.
Sobre el debate, también se pronunció esta mañana en medios radiales el Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y opinó que “en los países donde hubo algún tipo de avance en este sentido, han sido países desarrollados, en general hay incorporado un esquema de reducción del salario”.
“No es la realidad de nuestro país, donde venimos de un problema de crisis de ingresos, es impensable hoy plantear en Argentina que se pueda reducir la jornada con una reducción proporcional del salario”, criticó el ministro.
Cabe destacar, que la propuesta presentada por Ormaechea es más radical y propone que la jornada semanal sea de 36 horas. Según la diputada se sostendrá la libre elección del trabajador para elegir como realizar la distribución de esa carga horaria, dando la posibilidad de poder asistir solo cuatro días por semana.
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