En una entrevista para este medio, el presidente del Colegio de Magistrados y Funcionarios Zárate-Campana, Christian José Fabio, opinó sobre la actualidad del Poder Judicial, sobre la relación del colegio con la Suprema Corte y las dificultades de trabajo durante la pandemia que cambió los tiempos tradicionales de respuesta. Además, el actual titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº4 Especializada en Violencia de Género de Escobar aseguró que hay que invertir para que el cambio tecnológico sea continuo y duradero.
¿Debieron parar durante la pandemia?
En la pandemia la fiscalía nunca paró, al contrario, tuvo muchas más tareas de las que venía desarrollando, con la particularidad de que algunas tareas podían hacerse con teletrabajo y distancia. Algunos procesos se pudieron acelerar gracias a la tematización, como audiencias que se tomaron de forma virtual con testigos, victimas, que con una llamada desde un celular se tomaba la declaración sin hacer venir a la gente. Desde ese punto de vista fue un avance maravilloso. Los juicios orales se pudieron seguir haciendo de manera mixta, muchas veces con las partes virtuales y otras presencial.
¿Fue todo beneficioso?
Hubo también muchas desventajas. Esta forma de trabajo que, para algunos Fueros en particular ha sido beneficioso como, por ejemplo, el Contencioso Administrativo, los técnicos, los de escritorio, en nuestra tarea en el Fuero Penal tenés mucho de territorio, de calle. No se puede reemplazar por medios tecnológicos. Hay muchas medidas procesales que, si o si, se tienen que hacer de manera presencial. Otra de las desventajas es que hay un sector de la población más vulnerable que no pueden acceder a algún sistema digital, no tienen computadora, uso de datos. Entonces, por ese lado se vio todo entorpecida la labor judicial.
Su fiscalía se especializa en la investigación de aquellos delitos de género, abuso y todo lo que tiene que ver con la violencia intrafamiliar ¿Cómo se llevaron adelante este tipo de causas tan sensibles?
En los casos de abusos sexual, lamentablemente no se pudieron realizar las pericias psicológicas a las víctimas ya que no había forma de movilizarlas para que puedan ir a una oficina pericial frente a un psicólogo por dos o tres entrevistas. Con respecto a las victimas mayores algunas entrevistas pueden ser digitales, pero con menores de edad, que las entrevistas son de manera lúdica, presenciales, no se puede. Pero, desde una visión más global, ya se hicieron muchas audiencias, hubo muchas celebraciones de trámites judiciales de forma remota y es un avance que vino para quedarse e instalarse. No se vuelve atrás.
Muchos colegas suyos coincidieron que, si bien son grandes avances, en muchas delegaciones, zonas enteras, no había las herramientas necesarias…
Hoy tenemos herramientas obsoletas y no pueden llevar este tipo de tareas los equipos se vieron rebalsados de información. Desde el colegio de magistrados respondimos a esto, compramos cámaras, materiales sanitarios. Pero hay que modernizar todo.

¿Existe buena relación entre el Colegio de Magistrados y Funcionarios Zarate-Campana y la Suprema Corte de la provincia?
Si bien es una relación aceitada, es un órgano muy centralizado y consideramos que es importante la descentralización. Se vio reflejado en la pandemia, muchas veces desde el órgano central, hasta llegar a los lugares cómo Trenque Lauquen, Carmen de Patagones, Pehuajó, la visión que se tiene que se tiene desde el órgano central es muy distinta a la ocurre en las distintas localidades. Fue un trabajo muy difícil que la Corte estuvo a la altura de las circunstancias. Uno siempre demanda más, uno nunca puede estar satisfecho. Aun así, hay un tema que la SCBA no tocó fue el tema de la “salud mental” de los operadores, como funcionarios y magistrados. Hay un desgaste físico, intelectual y emocional por parte de los distintos operadores del Poder Judicial que la Corte todavía no hizo nada. Creo que es una deuda pendiente que tiene la Corte y que tiene que ocuparse.
¿Cuáles son los mayores problemas que tiene en su departamento judicial de Zárate-Campana?
Tenemos la siguiente particularidad, está compuesto por el conurbano y el interior. Es decir, vos tenés los municipios de Escobar y de Campana, que tienen las mismas problemáticas que el conurbano en la provincia de Buenos Aires, con la misma cantidad de delitos. Tenés una zona que es el norte de la provincia y es campo. Igual, la gran cantidad de incidentes, de hechos delictivos, han bajado. Bajaron durante la pandemia y tiene que ver, cálculo, con menos gente en la calle. Esto es a nivel Macro.
¿Y lo tecnológico no fue una respuesta ante la problemática delictiva?
Yo creo que hay un sector de la población que, con estos adelantos tecnológicos, ha quedado excluido del acceso a la justicia por no contar con las herramientas. En lo particular tengo un programa desarrollado dentro de la fiscalía, qué es llevar el fiscal a los barrios. Se trabaja con referentes barriales que identifican dónde está el conflicto, donde está el problema. La verdad es que nos dio muchos resultados.
¿Se puede sacar alguna conclusión de estos casi dos años tan distintos?
Creo que debemos ser autocríticos con nuestra tarea, yo soy muy autocrítico, y se deberá revisar las cosas que hacíamos. Con la pandemia, que nos sorprendió a todos, dejamos de hacer cosas que eran innecesarias y ahora ponemos la energía y los recursos en otro lado. Eso también nos ha servido muchísimo. Será fundamental realizar una buena inversión en actualizar las herramientas de trabajo, invertir en las nuevas tecnologías. También, la descentralización de todo lo que tiene que ver con lo burocrático para la provincia de Buenos Aires, eso sería muy bueno.
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