Nicolás Gilhad Pereg (40), israelí de nacimiento y argentino nacionalizado, siguió mirando el piso durante los veintiocho segundos que tardó el presidente del jurado popular en leer este veredicto, la decisión que lo declaró culpable de los asesinatos de la madre y la tía, ocurridas en Guaymallén, Mendoza, en enero de 2019.

A continuación, el hombre que desde entonces asegura ser un gato, que vivía con 40 felinos y que maulló durante la investigación, su detención y el comienzo del juicio, alzó la cabeza lentamente y miró de reojo a los miembros del jurado y a la jueza técnica María Laura Guajardo.

Media hora más tarde, durante la audiencia de cesura, la magistrada le impuso la pena de prisión perpetua y el culpable fue derivado al neuropsiquiátrico El Sauce, adonde está internado voluntariamente por trastornos tales como parafrenia y licantropía, las principales cartas que jugó la defensa para conseguir -finalmente sin éxito- que fuera declarado inimputable y por lo tanto no pudiera ser juzgado y mucho menos condenado.

Así terminó este jueves en Mendoza el juicio por uno de los casos criminales más impactantes de los últimos años. El caso del hombre que, desde que lo detuvieron, dice ser un gato y niega su condición de humano porque la asocia inmediatamente a lo malo. A lo oscuro.

El juicio se realizó en el nuevo Polo Judicial Penal de Mendoza, inaugurado hace poco más de un mes y se extendió durante ocho jornadas consecutivas, incluida la audiencia de Voi Dire o selección de los jurados: 12 titulares y 4 suplentes, varones y mujeres por partes iguales, según fija la ley provincial vigente desde 2018.

La deliberación secreta se preveía de larga duración. Entre cinco y siete horas, se especuló. Sin embargo, y contra todos los pronósticos, hubo veredicto apenas dos horas más tarde de comenzado el cónclave secreto. Así, pasadas las cuatro de la tarde, se reanudó la audiencia y llegó la esperada definición.

La prensa de todo el país le dedicó los breaking al desenlace de este caso que ocurrió y fue juzgado en Mendoza, y que tuvo impacto nacional por aquello de que el israelí maullaba, se orinaba y defecaba encima durante las audiencias.

Cada jornada del debate fue observada en simultáneo en Israel y Australia. Allí, las familias de Phyria Saroussi (63) y Lily Pereg (54)-madre y tía del culpable- presenciaron cada momento del proceso gracias a la transmisión del canal oficial de Youtube del Poder Judicial que gestionó el doblaje al hebreo e inglés por estudiantes de la UNCuyo.

En el rol de querellantes, hijos y el esposo de una de las víctimas, escucharon cada testimonio y los alegatos de comienzo y cierre a cargo de la Fiscalía de Homicidios, de la defensa de Gil Pereg y de la Oficina del Querellante Particular. Lily Pereg vivía en Australia, donde trabajaba como investigadora científica.

En enero de 2019, las mujeres vinieron a Mendoza expresamente a visitar a Gil Pereg: más precisamente a reclamarle dinero que le habían prestado para hacer negocios.

Durante los allanamientos, a Gil Pereg le incautaron una fuerte suma de dinero en dólares y armas de fuego registradas legalmente y compradas en una famosa armería mendocina. Entre otros reclamos, Gil Pereg aseguró haber sido despojado de 70.000 dólares durante las medidas judiciales.

Contra lo que muchos piden, Gil Pereg no puede ser deportado a su país natal porque tiene nacionalidad argentina.

Inimputable o no, ésa fue la cuestión

La ley de juicio por jurado popular rige en Mendoza desde 2018 y  comenzó a aplicarse al año siguiente solo para los casos de homicidios agravados, aunque a futuro se prevé el tratamiento de otros delitos. Sin embargo, el caso del hombre que dice ser un gato planteó al jurado un desafío adicional y definitivo: determinar si Gil Pereg era o no inimputable y si en virtud de esa decisión podía o no ser juzgado y condenado.

Que el israelí no comprende la criminalidad de los hechos fue la columna vertebral de la defensa técnica. “Está enfermo, no comprende los hechos y por lo tanto debe ser declarado inimputable e internado de inmediato”, planteó Maximiliano Legrand, cabeza visible del trío de abogados defensores.

Para darle carnadura a esa posición y convencer al jurado, contrataron los servicios del reconocido perito forense Mariano Castex, quien se convirtió en el testigo estrella. A pesar de que describió a Gil Pereg como una persona que padece severos trastornos como licantropía y parafrenia con rasgos esquizoides, no fue suficiente.

“Gil Pereg vive en otra dimensión. Es un enfermo mental y debería estar internado”

Mariano Castex - perito forense

De hecho, ninguno de los testigos aportados por la defensa dijo haber visto a Gil Pereg maullar u orinarse encima mientras era un vecino más de Guaymallén, donde vivía y fueron hallados los cadáveres por perros entrenados para detectar muertos.

Semejantes conductas sí fueron advertidas a partir de la detención, cuando Mendoza toda quedaba azorada al saberse que las mujeres no estaban desaparecidas ni secuestradas como denunció Gil Pereg en enero de 2019.

Antes, una profesional de la salud mental que lo entrevistó para el Cuerpo Médico Forense, como parte de un equipo interdisciplinario, sostuvo que Pereg “tiene sus funciones psíquicas conservadas y comprende la criminalidad del acto. Tiene un trastorno de personalidad esquizotípico y puede haber tenido episodios psicóticos con anterioridad”.

Alegatos: “No se dejen engatusar”

A la hora de los alegatos de cierre, el Ministerio Público Fiscal, representado por los fiscales de Homicidios Fernando Guzzo y Claudia Ríos, le pidieron al jurado que no se dejara engañar y que declararan culpable a Gil Pereg. Aseguraron que el hombre flaco, de barba de meses, pésimas condiciones de higiene y casi 2 metros de estatura sí padece de algunos trastornos mentales, pero que de ninguna manera puede ser considerado inimputable.  

“Estamos frente a un doble asesinato despiadado cometido por el señor Gil Pereg con la plena comprensión de la criminalidad de los actos. Un delito atroz”.

Guzzo dedicó parte de su exposición a rebatir algunas afirmaciones de la defensa en los alegatos. “Gil Pereg dice que no se siente humano porque los humanos hacen el mal: bueno, veamos de qué forma podemos interpretar que hizo el bien con estos asesinatos despiadados de la madre y la tía”. En ese sentido, dijo que “la conducta de la defensa durante el juicio fue atacar y desacreditar innecesariamente a los testigos del Ministerio Público. Intentaron confundir al jurado pero el jurado no debe dejarse engatusar, es decir no creer lo que no es: Gil Pereg no es inimputable”.

“Como se dice en la jerga investigativa: salieron de pesca. Salieron a pescar el concepto de inimputabilidad pero ni siquiera Castex lo dio porque dijo que eso depende del jurado y de los jueces en base al análisis de las pruebas", expresó Guzzo agregando que "las mejores respuestas las obtuvimos de los testigos de la defensa de Gil Pereg”.

“La capacidad mental de Gil Pereg no se presumió: la demostramos y no tenemos dudas. Tiene una enfermedad que no le priva su juicio crítico y no lo hace inimputable porque no le impide comprender la criminalidad de los actos: Gil Pereg comprende y sabe perfectamente lo que hace”, sentenció el fiscal de la causa.

“Por más que tenga parafenia, licantropía y características de personalidad equizotípicas Gil Pereg no es inimputable, todos dijeron que no es una persona común pero nunca fue perseguida por eso. Está lúcido y orientado. Diferencia el bien y el mal. Tiene el juicio crítico conservado”, agregó Guzzo.

“Hace alianzas estratégicas con quienes le conviene y amenaza con que si vuelve al penal se va  a matar y desde el MPF no apuramos su situación. De hecho, está internado voluntariamente en el neuropsiquiátrico El Sauce a pesar de que tiene el alta médica desde diciembre de 2020, no porque haya motivos para la internación psiquiátrica”.

La defensa

“Mándenlo al psiquiátrico porque Gil Pereg es una persona peligrosa para sí y para terceros”, pidió al jurado el abogado Lautaro Brachetta durante los alegatos de cierre. “Analicen todas las pruebas y no traicionen sus ideas ni el sentido común”, agregó. “Sean justos con el imputado y el resto de la sociedad”.

La columna de vertebral de la defensa técnica de Gil Pereg fue convencer al jurado de que está afectado mentalmente y que no está en condiciones de comprender lo que ocurrió con la madre y la tía en 2019. La insanía que alzaron como bandera tenía como objetivo hacer caer el juicio por la inimputabilidad.

La querella

Claudia Vélez, la querellante particular puesta por el Estado mendocino para representar a las familias de las víctimas fatales, expuso: “Con la fiscalía estamos convencidos, tomando como referencia la gran cantidad de pruebas colectadas, que Gil Pereg mató a la madre y a la tía”.

“Vivo 100% como un gato”

Viéndose acorralado, Gil Pereg jugó una carta salvadora y declaró por primera vez como imputado un día antes del veredicto.

Las fiscalía, querella y defensa no autorizaron la transmision en vivo. Los periodistas pudieron ver y escuchar desde una sala de prensa. Negó que la madre y la tía estén muertas y aseguró que la primera “me habla: está secuestrada en un lugar muy oscuro y me pide que vaya a rescatarla”.

Acusó al MPF y a los investigadores de “plantar” los cadáveres descubiertos enterrados bajo una capa de cemento en el predio que habitaba en Guaymallén, a 12 kilómetros de la Ciudad, adonde las mujeres fueron vistas entrando en tren de visita familiar sin que jamás fueron vistas retirándose. Ese fue el comienzo del caso. Y la caída de Gil Pereg.

El martes, con toda la intención de declarar y dar su versión de los hechos, el hombre que dice ser un gato entró por segunda vez a la sala para juicios por jurado número 15 del Polo Judicial Penal de Mendoza.

Ya había estado ahí apenas comenzó el debate pero la jueza Guajardo lo hizo desalojar y ordenó que lo ubicaran en una sala contigua con circuito cerrado de tevé, porque no paraba de maullar, como cada vez que estaba frente al público, la prensa o las cámaras.

Durante todo el proceso vistió la misma remera color naranja con vivos negros, el mismo short de baño y las mismas sandalias, las cuales se quitó mientras declaraba por primera vez.

Textuales del "Hombre Gato"

"Me culpan porque vivo de forma rara, precaria, de forma no común como la de ustedes"

“Siempre quise a mi madre y a mis hijos (por sus gatos). Jamás podría hacerles algo"

“Después de haber visto toda la maldad que hacen ustedes las criaturas de dos patas, decidí ser un gato. Vivo 100% como gato, como alimento, juego con los gatos y siempre he maullado. Tengo 37 gatos y estoy muy preocupado por ellos. Un sólo pelito de uno de mis hijos, vale más que todas las criaturas de dos patas de este mundo. Estoy muy preocupado por ellos, por lo que les puede haber pasado”

“Todos los humanos son basura y sólo saben hacer el mal. Son el diablo mismo. Mi madre y mi abuelo eran la única excepción”

Las opciones del jurado

El jurado deliberó en secreto casi dos horas acerca de las siguientes cuestiones para arribar al veredicto. Detalle importante: la ley mendocina de creación y puesta en marcha de los juicios por jurado popular establece que para que un imputado sea declarado culpable, la decisión debe ser compartida por los 12 jurados titulares o será declarado estanco.

Las opciones de veredicto por la muerte de Pyhria Saroussy, la madre de Gil Pereg, fueron las siguientes:

1. Culpable por el delito de homicidio agravado por el vínculo.
2. Culpable por el delito de homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación.
3. No culpable por razones de inimputabilidad.
4. No culpable.

En el caso de la muerte de la tía, Lily Pereg, emitirán un veredicto sobre tres opciones:
1. Culpable por el delito de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego.
2. No culpable por razones de inimputabilidad.
3. No culpable.

Los peritos del Cuerpo Médico Forense determinaron que Saroussy murió por estrangulamiento. En su cuerpo hallaron hierros de la construcción clavados. Lily Pereg murió por disparos de arma de fuego.

Los cadáveres estaban enterrados bajo una capa de cemento en la parte trasera del predio de Gil Pereg, una gran superficie con sectores a medio construir porque fracasó uno de los tantos proyectos del israelí nacionalizado argentino: un complejo de cáncas de pádel. Las torres de iluminación siguen ahí.

La última jornada del debate fue presenciada por el diputado nacional por Mendoza y presidente de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, cuya gestión de gobernador (2015-2019) promovió la puesta en marcha de los juicios por jurado, una forma de hacer justicia que durante casi 20 años estuvo frenada en la provincia y no avanzaba más allá de simulacros y disertaciones.

Perlitas

* Gil Pereg llegó al debate con la fama de maullar cada vez estaba en público, ya sea en la cárcel con penitenciarios, en el neuropsiquiátrico con los médicos y enfermeros y en los tribunales con jueces, fiscales y funcionarios. Y más aun frente a las cámaras de tevé. Por eso, el fiscal Guzzo pidió al jurado, durante los alegatos de apertura: “No se dejen engatusar. Si Gil Pereg maúlla, ustedes ladren más fuerte”

* Gil Pereg jamás fue un imputado común y corriente por sus conductas y su forma de vestir. A diferencia de los imputados que buscan impresionar a los jurados y a los jueces vistiéndose para la ocasión, Gil Pereg usó la misma remera, el mismo short de baño y las mismas sandalias de verano durante los ocho días de audiencias. Sus condiciones de higiene personal tampoco sorprendieron: desde antes de quedar detenido, cuando reclamaba que la madre y la tía estaban desaparecidas, era notable su desapego al baño. En la cárcel no se baña.

* Este fue el segundo juicio por jurado popular en el nuevo Polo Judicial Penal, inaugurado hace poco más de un mes. El primero terminó con la culpabilidad de un hombre por el crimen de una comerciante y fue utilizado por el Poder Judicial de Mendoza como un banco de pruebas para que el mecanismo llegara en óptimas condiciones de funcionamiento al debate del caso Gil Pereg.