“Las perimetrales no sirven”, aseguró Edgardo Aló, padre de Carolina Aló, la adolescente asesinada hace 25 años de 113 puñaladas por Fabián Tablado, en Tigre. El femicida recuperó su libertad en febrero de 2020 tras cumplir sus condenas reducidas a causa del beneficio de la derogada Ley del "2x1" y los cursos que hizo en prisión como "estímulo educativo".
En 1998, Tablado fue condenado a 24 años de prisión por "homicidio simple" pero en 2013 sumó la segunda condena por amenazar a su exmujer y su exsuegra y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.
Sin embargo, Tablado se encuentra nuevamente en prisión desde el 16 de diciembre del pasado año, es decir, hace diez meses, por violar dos restricciones perimetrales que tenía con el padre de la víctima y con sus hijas mellizas.
Tablado enfrentará una imputación por “desobediencia reiterada”, delito contemplado en el artículo 239 del Código Penal, que prevé una pena desde 15 días a un año de cárcel. Esto significa que, si es condenado al año de pena máxima, recuperará la libertad en poco más de un mes, lo cual no sólo despierta la preocupación de la familia, sino también del debate por la ineficacia de las restricciones perimetrales dictadas por la Justicia.
Beneficios para el femicida
Edgardo Aló, damnificado en esta causa, expresó con énfasis su preocupación por los beneficios que el femicida de su hija tiene: reducción de condena y restricciones perimetrales sin control policial.
La jueza de Familia 2 de Tigre, Silvia Sendra, le había prohibido a Tablado acercarse a menos de 500 metros de su exesposa y exsuegra por haberlas amenazado de muerte, de sus hijas y del domicilio o el lugar de trabajo del denunciante Aló. Pero Tablado pasó a 150 metros de la Dirección Nacional de Migraciones de Tigre, donde trabajaba Aló.
Aún más, el fiscal de Rincón de Milberg que instruyó la causa, Sebastián Fitipaldi, aseguró que “el día 19 de octubre del 2020 entre las 15.20 y las 17 aproximadamente, el aquí imputado se desplazó caminando por el puente Sacriste, ubicado en Av. Libertador San Martín cruzando la calle Lavalle de la localidad y partido de Tigre” con sus dos hijas. Quedó grabado por las cámaras de Tigre.
Tablado fue imputaron por un segundo hecho: la desobediencia en el uso de una tobillera electrónica, para que no se acerque a menos de 300 metros de su exmujer, Roxana Villarejo -con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, hecho que le valió una segunda condena-, y que también incluía a sus hijas.
Al ser indagado, Tablado se defendió diciendo que sólo le habían notificado los domicilios particulares de Aló y sus parientes, pero que desconocía cuál era el lugar laboral de su exsuegro, y también dijo que el encuentro con sus hijas se dio de común acuerdo con su exmujer, con quien dijo tener una "excelente relación", y con la supervisión de su suegra.
Con todo esto, quedó demostrado, nuevamente, que las restricciones perimetrales no son de utilidad para cuidar a las víctimas o, en este caso, a las y los familiares de las víctimas.
Perimetrales en jaque
Unos 9 de cada 10 hombres violan las restricciones perimetrales con las mujeres que los denunciaron por violencia de género, según un informe de la organización "Vivas nos queremos", por lo que sostiene que la Justicia ya no puede continuar con estas medidas cautelares porque “no sirven” y, peor aún, dejan en mayor vulnerabilidad a quienes denuncian violencia machista.
Ante esto, exige la sistematización de tobilleras para el control continuo de los imputados, ya que se trata de prevenir un nuevo crimen y no sólo penarlo luego de sucedido tras dejas a la víctima y su círculo cercano librado a su suerte.
"Hay que escuchar a las víctimas, cuando están vivas. El sistema actual de medidas cautelares o como se las conoce de prohibición de acercamiento para varones violentos, en el marco de la violencia machista, es arcaico y absolutamente perimido. La justicia sólo da un papel firmado y sellado a las víctimas. Luego carga sobre la espalda de la víctima la responsabilidad de llamar y denunciar cada vez que el agresor viola la perimetral", dijo Julio Torrada, miembro de la mencionada organización.
"La cautelar por violencia machista es una medida estéril, incapaz de proteger a la mujer. Es altísimo el porcentaje de femicidios cometidos por personas que han violado la perimetral. La prohibición carece de un sostén. Se requiere de tobilleras, de conexión con las comisarías y que el sujeto quede desactivado cuando viola la perimetral", explicó Torrada.
Y en ese mismo sentido se expresó también Edgardo Aló: “La Justicia tiene que entender que las perimetrales no sirven, porque el femicida y el psicópata no entiende, es algo intangible, que es invisible para ellos”, y reiteró que “lo que tiene que haber es prisión, que no puedan salir”.
Aló aseguró que “fue doble la desobediencia de perimetrales”, por lo que opinó que “el Código Penal debe ser reformado”: “No solamente violó el lugar donde yo trabajaba donde había una orden judicial de no acercarse a 500 metros esté o no esté yo, sino que también tenía 500 metros para no acercarse a sus hijas y salió con las dos”.
“Estamos dándole la posibilidad de salir cuando estos chacales, asesinos y femicidas realmente tendrían que tener una perpetua porque están matando y asesinado todos los días a cualquier hora y de cualquier manera por nada”, dijo el padre de la víctima, alegando: “Nos mataron también a nosotros. La Justicia tendría que darse cuenta que no solamente se llevan una víctima, se llevan la vida de una familia. Nosotros quedamos anclados en ese 27 de mayo de 1996 donde nos enteramos que nuestra hija, que había salido a estudiar, estaba muerta con 113 puñaladas”.
“Un psicópata es psicópata, no es un enfermo. Nace psicópata, muere psicópata y es una forma de vida que tienen”, señaló. Y completó: “La Justicia es la que tiene que defender a las víctimas de una vez por todas”.
Comentarios recientes