La Justicia impulsó de oficio la adopción de una niña y le dedicó unas palabras en lenguaje claro

El Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género de 4.° Nominación dio un paso adelante en el ejercicio de los derechos luego de conceder la adopción de una niña a una familia que tenía su guarda desde hacía cinco años. El problema radicaba en que sus ingresos eran superiores al límite exigido para el patrocinio gratuito de un letrado que dé inicio al trámite legal correspondiente para la adopción. 

Por esa razón, el tribunal inició de oficio las acciones pertinentes, ya que los motivos económicos interrumpian el derecho a identidad de la menor por la falta de acceso a la justicia. La familia, si bien superaba el mínimo de ingresos requerido para la gratuidad, en los últimos años tuvo problemas económicos y de salud que no permitían que puedan comenzar con el pedido de adopción legal. 

La jueza Mariana Wallace consideró que “conspiraron inusuales circunstancias de la más diversas índoles (catástrofes naturales, crisis en la familia de una de las hijas del matrimonio, riesgos en la estabilidad laboral y delicado cuadro de salud de uno de sus miembros), que repercutieron directamente en la capacidad económica del grupo familiar (…) a los fines de iniciar la deseada adopción”. 

En tanto, la jueza resaltó que “los lazos familiares generados desde el cariño y consolidados en el tiempo, que conforman la identidad de M., requerían el reconocimiento jurídico a través del emplazamiento familiar querido por la misma niña y por las partes, con las dificultades antes mencionadas”.

Además, destacó que se debía garantizar la  “tutela judicial efectiva” de los derechos de la niña y señaló que “el otorgamiento de la adopción iniciada de oficio es la respuesta del Estado que mejor garantiza el interés superior de la niña M.”. 

La jueza, en su resolución, dirigió palabras a la niña adoptada: "Ahora y para toda tu vida sos M. L., y vas a compartir todos los momentos de tu vida junto a G., M., L. y J. Ellos manifestaron firmemente su deseo de SER FAMILIA CON VOS. Con el apellido L., te van a identificar en el colegio, tus amigos, en la iglesia y donde vayas. G. y M., cuentan con las condiciones para acompañarte amorosamente en tu camino de crecimiento personal, llena de posibilidades y sueños. Ahora te encontrás al frente un horizonte en familia, no solo desde el afecto, como lo vivís desde hace muchos años, sino como vos anhelabas: una “L.”.