El juez federal Walter Bento se convirtió en el protagonista excluyente del año jurídico-político en Mendoza a fuerza de estar gravemente involucrado en una causa judicial en la que está procesado con prisión preventiva por delitos de asociación ilícita acusado de solicitar dinero a cambio de beneficios judiciales. Para él, todo es “una infamia, una canallada motivada por el odio, armada con testigos falsos por el fiscal y avalada por el juez y la cúpula de la Justicia Federal”.
Durante el 2021, la pesquisa en desarrollo a cargo del Fiscal General Dante Vega fue como una caja de Pandora de la cual brotaron denuncias, sospechas firmes, pruebas, documentación y nuevos hechos que terminaron acorralando al titular del Juzgado Federal 1 de Mendoza, quien tiene a su cargo, desde 2006, la investigación de causas penales (narcotráfico y delitos aduaneros, entre otros) y la competencia en materia electoral.
Nacido en Buenos Aires hace 58 años, Bento está en libertad gracias a los fueros que le otorgan su condición de magistrado. Otra investigación en proceso sobre su conducta profesional está en marcha. La misma está a cargo de la Comisión de Acusación y Disciplina del Consejo de la Magistratura de la Nación, donde el kirchnerismo y el macrismo libran una batalla política como telón de fondo repetido en otros pleitos judiciales.
A través de sus consejeros, el oficialismo hace todo lo posible por exprimir al máximo cada foja del expediente penal contra Bento, a cargo del juez federal de San Rafael, Eduardo Puigdengolas. Del otro lado de la grieta, el macrismo -que asegura que el kirchnerismo hace todo por ralentizar la pesquisa- hizo todo lo posible por acelerar este proceso administrativo y llegó a jugar una carta fuerte que finalmente perdió: promover que Bento fuera separado del cargo sin que la pesquisa interna hubiera sido clausurada, como exige la ley.
Bento hoy
Bento terminó el 2021 ejerciendo la función de juez que hace 15 años le encomendó Néstor Kirchner, cuando avaló su designación ante el Senado de la Nación. De hecho, condujo el proceso electoral de las PASO y las legislativas de noviembre último.
Para el macrismo, esto fue gravísimo por la comprometida situación procesal del juez. Incluso para algunos referentes de Juntos por el Cambio, como el mendocino Alfredo Cornejo, debió tomarse licencia. El oficialismo, del otro lado de la grieta, hizo silencio de radio.
Mano a mano
- Esperemos el final de la historia -propone el juez Bento- y se verá quién tiene razón: si el fiscal Vega y el juez Puigdengolas o yo.
- ¿Qué opina de todo lo actuado por la Justicia Federal de la que usted forma parte?
- Estoy muy tranquilo y cada vez más le diría, sobre todo porque las pruebas que hemos incorporado a la investigación administrativa del Consejo de la Magistratura permiten dar la tranquilidad de que, efectivamente, se están derrumbando todas y cada una de las pruebas que sustentan esta infamia, sostenida por un fiscal que tiene uno odio patológico hacia mí. Cada una de las recusaciones que hemos planteado, como lo digo siempre, no obedecen a una estrategia defensiva y mucho menos a un capricho personal: están basadas en elementos contundentes que hemos descubierto cuando finalmente, luego de mucho tramitar, logramos acceder a la causa, que muchas veces nos escondieron.
- ¿Quiénes sustentan la acusación en su contra?
- Las personas que justifican esa infamia son privados de la libertad, imputados, procesados y exonerados, tanto de la Justicia como de las fuerzas de seguridad. Testigos que han mentido y otros que buscan beneficios, como la reducción de sus condenas. Todo lo contrario son los testigos que hemos presentado nosotros. Y otro dato importante que justifica nuestra tranquilidad: el último secreto de sumario dispuesto por el juez Puigdengolas apuntó a demorar la posibilidad de que la causa llegue a debate y que salgan a la luz, efectivamente, las irregularidades de todas las medidas probatorias que impulsó la Fiscalía General y que aceptó el juez. Esto, contra todas las pruebas que no me permitieron producir y que demuestran que son totalmente falsos los elementos que justifican esta infamia.
“Yo declaré como imputado durante 30 horas la primera vez y luego 2 horas más. Cinco días después, es decir casi de inmediato, salió el procesamiento en mi contra sin haberse analizado ninguno de los elementos probatorios ni los descargos que yo expresé. Por eso decidimos acudir a los tribunales internacionales”, aseguró Bento a Tiempo Judicial.
- ¿Qué explicación le encuentra a esa celeridad?
- Con mis abogados entendemos que el procesamiento ya estaba escrito, independientemente de que yo declarara o no. Hubiera sido lo mismo que yo me abstuviera de declarar o que lo hiciera, como lo hice en la sede judicial durante más de 30 horas antes de la feria de invierno.
“Solamente el juez Puigdengolas y su conciencia sabrán a qué responden cada uno de los planteos del fiscal Vega, a los que hizo lugar desde el comienzo de la causa; también, porqué rechazó cada uno de nuestros planteos”
- ¿Qué otras secuelas advierte usted en la pesquisa?
- Por las decisiones de esos magistrados hay personas privadas de la libertad de manera injusta.
- Teniendo en cuenta que anunció que acudirá a los tribunales internacionales, ¿tampoco confía en la Cámara Federal de Apelaciones?
- De acuerdo al asesoramiento de mis abogados, entendimos que lo mejor, en cuanto al procesamiento, fue desistir de la apelación porque son tantas las irregularidades incorporadas al expediente que mis abogados no salen de la sorpresa al ver cómo se impidió la incorporación de pruebas.
- ¿Por ejemplo?
- La información del teléfono celular que me secuestraron, que fue totalmente volcada al expediente, incluyendo fotos de mi familia siendo que uno de los integrantes de mi familia (habla de uno de sus hijos) no puede aparecer con su fotografía. Se permitió que cualquier abogado u otra persona con acceso al expediente publicara esas fotos. Lo mismo que con la lista de mis contactos y mis conversaciones con mis abogados. Pareciera que el derecho a la intimidad solamente puede tenerlo el testigo estrella de la fiscalía (se refiere a Diego Barrera), que confesó ser el homicida de otra persona, que desapareció en julio de 2020 (se refiere a Diego Aliaga, hallado muerto y enterrado en el Gran Mendoza, de quien se ha dicho que era el contacto entre Bento y los abogados de las personas presuntamente beneficiadas por el juez a cambio de dinero).
- ¿Qué más había en ese teléfono?
- Capturas de pantalla falsamente fabricadas. La Policía descubrió eso, no nosotros. En otro celular, propiedad del testigo del homicida del que le hablé-, aparecieron proyectos de imputación de la Fiscalía General antes de que fueran incorporados al expediente. Y por el derecho a la intimidad de ese testigo estrella, el juez ordenó que se desglosara esa información porque era contundente para demostrar que efectivamente había un contubernio entre la Fiscalía y el testigo estrella.
“Por supuesto que recuerdo al fallecido Aliaga: lo detuve en una causa del Juzgado Federal 3, lo imputé, lo indagué y rechacé el pedido de sobreseimiento que presentó su defensor. Más tarde, el Tribunal Oral Federal lo condenó, lo que avaló mi actuación”, explicó Bento sobre el caso y agregó que "en otra causa, al final de una larga investigación, le dicté el sobreseimiento, lo que fue confirmado por la Cámara Federal de Apelaciones y la Cámara de Casación”.
- Usted alega que Vega lo odia, ¿por qué?
- Lo desconozco, habría que preguntárselo a él. Pero sé que engañó y mintió a los jueces de la Cámara Federal de Apelaciones para quedarse con la causa en mi contra. Con mis abogados le atribuimos, y lo hemos denunciado por falta de objetividad desde el comienzo del proceso penal. Ha cometido graves desvíos funcionales pocas veces vistos en la Justicia.
- ¿Está en desacuerdo con la figura del arrepentido que colabora con la Justicia, como en este caso?
- No, pero en este caso ha sido mal utilizada, lamentablemente. Porque cuando una persona está privada de la libertad la desesperación hace que se utilice ese remedio para que manifieste cualquier cosa con tal de recuperar la libertad, incluso si se la dictan o facilitan por escrito.
Apuntes de la causa
. El juez Walter Bento está procesado con prisión preventiva confirmada por la Cámara de Apelaciones de Mendoza por ser considerado por el juez Puigdengolas, a instancias del fiscal Vega, líder de una asociación ilícita que cobraba con dinero resoluciones judiciales favorables.
. La investigación se gestó cuando la Fiscalía Federal 2 descubrió, durante la pesquisa sobre un jefe narco, información que hizo sospechar de que Bento y el abogado del imputado mantenían contactos non sanctos.
. De la investigación sobre Bento se apartaron dos fiscales por haber participado de esa causa y por relaciones personales y laborales
. El procesamiento judicial es por asociación ilícita, prevaricato, omisión y retardo de justicia en causas a su cargo, enriquecimiento ilícito, cohecho pasivo en 10 hechos y lavado de activos en coautoría con su esposa.
. Ese escrito, fechado a fines de julio, quedó plasmado en 814 fojas.
. Al magistrado le trabaron embargos y inhibiciones sobre sus bienes por $187.610.000. A la esposa, por $149.773.600
. Otras 22 personas están procesadas en la misma causa. Varios son abogados del fuero penal de Mendoza que defendieron a sus clientes en el Juzgado a cargo de Bento.
. Walter Bento asumió al frente del Juzgado Federal 1 de Mendoza con competencia electoral en septiembre de 2006. Llegó a ese cargo por concurso. Ese juzgado estaba vacante desde 2002 cuando el entonces juez federal Luis Leiva fue destituido por haber investigado una causa en la que aparecía como víctima. El empresario Raúl Moneta había sido clave para llevarlo a juicio de destitución ante el Consejo de la Magistratura.
. La parte administrativa del caso Bento está en manos de la Comisión de Acusación que preside la senadora nacional del FDT, María Inés Pilatti. El instructor es el diputado del Pro, Pablo Tonelli.
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