"Ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir", cuenta Rodolfo Walsh en una carta que dijo María Victoria, su hija, el 29 de septiembre de 1976 antes de quitarse la vida frente a un brutal operativo conjunto del Ejército, la Policía Federal y la Gendarmería en plena dictadura. A mediados de diciembre del año pasado, el juez federal Daniel Rafecas ordenó la detención de diez militares que intervinieron en aquella masacre donde también fueron asesinados otros cuatro militantes montoneros y por los secuestrados de otras cuatro personas.

Ricardo Grisolía, Gustavo Montell, Hugo Eduardo Pochon, Guillermo César Viola, Domingo Giordano, Héctor Eduardo Godoy, Gustavo Juárez Matorras, Danilo González, Abel Enrique Re y Carlos Orihuela son todos los ex integrantes del Grupo de Artillería de Defensa Aérea (GADA) 101 detenidos por el juez.

Se encuentran detenidos en la Unidad 34 de Campo de Mayo acusados por los homicidios de Coronel, Bertrán, Salame y Molina Benuzzi. También por la tentativa de homicidio de “Vicki” Walsh y por los secuestros de cuatro integrantes de la familia que vivía en la casa de Corro al 105, lugar de la masacre, Lucy Gómez de Mainer, Maricel Mainer, Juan Cristóbal Mainer y Ramón Alcides Baravalle.

Estas detenciones se dieron en el marco de la causa que lleva adelante el juzgado Federal N° 3, a cargo de Rafecas, conocida como la megacausa “I Cuerpo del Ejército”. Ninguno de los imputados declaró hasta el momento.

La masacre

“Vicki” llegó a la casa de la calle Corro y Yerbal el 28 de septiembre, justo el día de su cumpleaños, y estaba junto a su hija que estaba por cumplir un año y tres meses. El 29 por la madrugada se dio un despliegue descomunal coordinado del Ejército, la Policía Federal y Gendarmería que incluyó alrededor de 150 soldados, tanques, camiones con bazookas y hasta un helicóptero.

El operativo estuvo dirigido por el coronel Roberto Roualdes y Ernesto “el Nabo” Barreiro y también estuvo Héctor Vergez, genocida perteneciente al Batallón 601. Hubo resistencia de quienes estaban en la casa, durante una hora y media soportaron el ataque.

El propio Rodolfo Walsh contó el episodio en una carta dirigida a sus amigos después de conocer la muerte de su hija: "Me ha llegado el testimonio de uno de esos hombres, un conscripto: "El combate duró más de una hora y media. Un hombre y una muchacha tiraban desde arriba, nos llamó la atención porque cada vez que tiraban una ráfaga y nosotros nos zambullíamos, ella se reía.", dijo el periodista que también fue desaparecido por la dictadura.

"Años de lucha de familiares, organismos de derechos humanos y los miles que seguimos peleando contra la impunidad, consiguieron que luego de decenas de testimonios y producción de otras pruebas, se llegara a estas detenciones", escribió en Twitter Myriam Bregman, abogada de Patricia Walsh y de la hija de Juan Carlos Coronel.