En el marco del primer encuentro Primer Encuentro Nacional “Puertas adentro de nuestra casa”, cuyo eslogan es “las mujeres del servicio de la Justicia hablan”, Stella Maris Martínez, Defensora General de la Nación, participó del tercer panel donde no sólo describió cómo las mujeres padecen el “techo de cristal” en la Justicia, sino que dio cifras específicas respecto a su participación.
El mencionado evento fue realizado el pasado 8 de marzo en el marco del Día Internacional de la Mujer, en la sede del microcentro de la Universidad de Morón, ubicada en Lima 221.
Allí, Martínez señaló que es importante resaltar la palabra “lucha”, porque si bien las mujeres cuentan con un escenario mucho más alentador que generaciones pasadas, "falta mucho por luchar y conquistar”, en especial, “los espacios de poder”: “No nos engañemos, nosotras no somos una cuestión decorativa, no tenemos que estar en los espacios como relleno o maquillaje, sino que debemos estar compartiendo espacios de poder. Todavía, los espacios donde se toman decisiones y donde se disputa el poder, son espacios masculinos”.
Para ejemplificar esta premisa, se refirió al Gobierno Nacional que “públicamente se manifiesta a favor de una política de género y que ha dictado leyes muy igualadoras, sin embargo, si miramos el gabinete de 21 ministros, hoy sólo hay dos mujeres. A veces hay que prestar más atención a las fotos que a lo que se dice”.
Pero Martínez describió que esto sucede también en la Justicia: “En este momento, las cabezas del Poder Judicial son: en la Corte Suprema 4, varones”. “Hoy el ministro Soria afirmó que iban a enviar el pliego de una mujer pero con lo que tarda todo en este país probablemente todo el año sigamos con una Corte meramente masculina”, apuntó.
La Defensora continuó por mencionar que el Procurador es también un varón. Y sintentizó: “O sea, de quienes están ahora, la única mujer soy yo. Y esto no puede ser, porque si no podemos ocupar espacios de poder, nunca vamos a poder hacer valer como corresponde los derechos de las mujeres”.
En números
La Defensora General aceptó que la lucha de las mujeres por derechos igualitarios con los hombres “avanzó mucho”, sin embargo, propuso “mostrar cómo en la realidad esos avances quedan minimizados por el mantenimiento de prácticas patriarcales ancestrales o por actitud incluso de las mismas mujeres que no se adaptan al cambio que exige esta nueva realidad”.
“Soy Defensora General hace muchos años, con una fuerte política de género. De hecho, la primera comisión de género que se creó en el sistema de administración de Justicia fue en el Ministerio Público de la Defensa. Sin embargo, cuando empezamos a estudiar las cifras de los últimos 10 años, descubrimos con horror que el número de magistradas en vez de aumentar, decreció. A raíz de esto, comencé una investigación para ver qué es lo que pasaba y cómo lo podíamos solucionar”, comenzó.
Asimismo, puso en números la participación de mujeres en el Ministerio Público de la Defensa: “En este momento, las mujeres conforman el 58% del total de la conformación del Ministerio pero magistradas hay sólo el 37%, funcionarias el 56% y empleadas el 66%. Es decir, el menor número es el de los cargos más altos”.
“Y lo interesante es que la brecha más grande se da en el fuero federal, lo cual no pasa sólo en ese Ministerio, pasa en general. Allí es donde se deciden las cuestiones más importantes, mientras que a las mujeres las mandan a las defensorías de menores e incapaces, a la de niños, niñas y adolescentes”, denunció.
También señaló que en los concursos, el 36% de las personas inscritas son mujeres, aunque aprueban el 34%.
“El 79% de las ternas incluyeron mujeres. Nuestro objetivo es que hoy en día el 100% de las ternas incluyan mujeres. Pero el Ejecutivo sólo envió al Senado pliego en el 33% de los casos”, puntualizó al respecto. Y adhirió: “Es decir, de 10 ternas 8 incluyen a las mujeres pero sólo 3 veces de cada 10 se envió el pliego de una mujer. Esto nos deja un panorama realmente complejo y desde que está el ministro Soria debo decir que están enviando pliegos de hombres y mujeres con mayor paridad. Aun así, esto no va a equilibrar el gran desbalance que hay en la actualidad”.
En la Comisión de Género que Martínez mencionó se llevó a cabo una investigación para ver qué era lo que pasaba y han detectado “la presencia clara del techo de cristal pero sobre todo del piso de la Justicia”, ya que “a las mujeres les cuesta mucho más acceder a puestos de mayor poder”.
Acciones igualitarias
Stella Maris Martínez tomó cartas en el asunto planteado, por lo que han incorporado el “principio de igualdad y no discriminación como principio rector en todas las instancias del trámite de los concursos y de los exámenes”.
“También garantizamos la paridad de género en la conformación del jurado del concurso y del tribunal examinador para el examen de ingreso. Fíjense que los exámenes de ingreso en nuestra institución están integrados por camaristas, y como las mujeres son muchas menos, el hecho de que siempre haya una mujer en esos jurados, implica una sobrecarga en las tareas para las mujeres, una sobrecarga que estimamos imprescindible”, contó respecto al compromiso de las mujeres que, ya dentro del sistema judicial, optan por sobrecargarse con tal de poder ayudar a otras colegas a ingresar también.
Por otro lado, en los concursos, “si se advierte que la cantidad de mujeres inscriptas para un concurso es menor al 40% vamos a ampliar el plazo de inscripción sólo para mujeres” y se asegura que toda persona que transite un embarazo, o esté en época de lactancia o en uso de licencia por maternidad y esté inscripta para dar examen, reciba un trato acorde a su condición durante las instancias de evaluación”. Y amplió: “En tanto, si la fecha prevista para el examen de oposición, en el caso de los exámenes de ingreso, coincide con la fecha probable de parto o de la licencia por maternidad, la concursante deberá hacer saber eso y manifestar su voluntad de rendir el examen en otra jurisdicción respetando la competencia de la materia. Ese resultado de va a considerar válido”.
Finalmente, Martínez informó que “se incluyó como contenido obligatorio en los temarios cuestiones que remitan a las nuevas cuestiones de la perspectiva de género de los postulantes, así como los protocolos de actuación para la prevención e intervención en caso de discriminación por motivos de género en el Ministerio Público de la Defensa”, con el fin de poder achicar más la brecha que separa a hombres y mujeres en el mundo laboral.
El peso doméstico
Martínez llamó a contemplar los orígenes de las sobrecargas que las mujeres sufren en la cantidad de tareas relacionadas al ámbito doméstico, comparados con los privilegios con los que los varones cuentan en la libertad de acción en el trabajo.
“La mayoría de las mujeres se encuentran abrumadas por las cargas de las tareas de cuidado. Nos ha pasado de que cuando dimos licencias por paternidad, descubrimos que algunos hombres aprovechaban esa licencia para dar materias, dar examen, cualquier cosa menos colaborar con la mujer. A muchas mujeres esto les sigue pareciendo natural, incluso. Pero tiene que cambiar”, explicó Martínez.
Y completó: “El varón no tiene problema en presentarse a examen en otra jurisdicción, porque sabe que la mujer se queda con los niños, pero nunca sucede al revés. Esto hay que exponerlo porque si no todo queda en un eslogan vacío que no lleva a cambios concretos en la práctica”.
Finalmente, la Defensora mencionó un aspecto clave para el cambio de raíz en estas estructuras laborales patriarcales: “el acompañamiento a las mujeres jóvenes para que se animen a subir a cargos superiores”. Que ellas vean lo que pueden ser, porque la Justicia las necesita.
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