Agustina Díaz Cordero, jueza civil y candidata de la Lista Bordó, y un apellido conocido de la lista y del mundo jurídico ya que su madre fue presidenta de la Asociación de Magistrados. Es abogada egresada de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina con estudios de Posgrado en Derechos Humanos y Violencia Familiar en el exterior en la Escuela Judicial del Consejo del Poder Judicial de España, Barcelona; en la American University Washington College of Law, Washington DC; en la Universidad de Roma Tor Vergata, Italia, Estrasburgo y Luxemburgo y en en el Federal Judicial Center, Washington DC.

Hoy se desempeña como titular del juzgado de familia 23 de Capital Federal, también integra la Asociación Iberoamericana de Derecho de Familia y de las Personas y la Asociación Internacional de Magistrados de la Juventud y la Familia (AIMJF). Y como docente es profesora de la Escuela de Capacitación Judicial de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, entre otras, así como fue asesora e Investigadora de los Proyectos de la Investigación Científica de Innovación Tecnológica e Interdisciplinaria de la UBA.

En una entrevista con Tiempo Judicial analizó el impacto de la pandemia en su trabajo diario en la justicia civil, las elecciones en el Consejo y su funcionamiento, los proyectos de Reforma Judicial del Poder ejecutivo y la intención de la Legislatura porteña de avasallar las competencias de la Justicia Nacional.

El Covid y la Justicia

¿Cómo influyó en el Poder Judicial los protocolos impuestos por el Covid y que enseñanza dejó a más de 2 años de pandemia?

La pandemia llegó de modo inesperado a nuestra vida y el Poder Judicial reaccionó inmediatamente. Los jueces y juezas no dejamos de atender las causas en ningún momento. Los fueros Nacionales en lo Civil de Familia y el Penal fueron quienes tuvimos mayores urgencias, que fueron exitosamente atendidas.

Transcurridos pocos días desde que se dispusiera el aislamiento social obligatorio, se habilitó en el sistema operativo Lex 100 que se utiliza en la Justicia Nacional y Federal de todo el país, la firma electrónica. No obstante que fue caótica su implementación, por la distancia, por la falta de capacitación previa y por las dificultades derivadas de la falta de experiencias anteriores, gracias al compromiso del escaso personal informático, fue la perseverancia de los jueces y juezas con sus respectivos equipos quienes lo hicieron posible. Ello gracias al esfuerzo sobrehumano realizado.

Todos dedicábamos más de doce horas por día a superar con nuestro empeño los inconvenientes iniciales fines de semana incluidos. Especialmente en el Fuero Nacional de Familia, debimos atender situaciones graves en los Hogares de Niños cuando el virus afectaba a toda la población allí alojada. Igualmente los Hogares de adultos mayores, y hogares de personas con discapacidad fue realmente dramático lo que tuvimos que atravesar.

El sistema de salud estaba al borde del colapso y los jueces/juezas que trabajamos con personas en situación de especial vulnerabilidad debimos redoblar esfuerzos para atender a cada uno de ellos en esta gravisima situación. Algo que jamas vamos a borrar de nuestra memoria. Ni siquiera figuraban en el plan Nacional de Vacunación las personas con discapacidad, lo que mereció en un caso concreto en trámite por ante el Tribunal a mi cargo un fallo judicial para lograr su incorporación. Ejemplos de la delicada situación que vivimos y a la que nos expusimos para garantizar los derechos de las personas son incontables.

Los meses trancurrieron y  los inconvenientes técnicos se fueron superando, aunque aun queda un largo camino por recorrer. La enseñanza que nos deja es que el Poder Judicial no escatima esfuerzos, cuando se encuentra en juego el reconocimiento de los derechos de los habitantes de la Nación Argentina.

¿La pandemia dejó algo bueno para la Justicia como la digitalización?

Por supuesto que la informatización llegó para quedarse, pero sobre todo la experiencia vivida, hizo que todos los operadores del sistema advirtieran que el mundo virtual es una herramienta inigualable. No solo sirvió para que sus detractores perdieran el temor que tenían a su respecto, sino que reconocieran sus beneficios. En síntesis, logró cambiar la mentalidad y hoy podemos pensar en un nuevo paradigma. En el mes de mayo de 2020, abrimos una cuenta de Instagram en el Tribunal a mi cargo -@jncivil23-, donde publicamos información relevante, atendemos consultas por mensajes privados o a través de la mesa de entradas virtual que implementamos en pandemia. Hoy sigue funcionado como una manera mas de acceso a Justicia.

¿Cómo se gestó su elección como candidata de la lista Bordó y por qué es candidata al Consejo de la Magistratura?

El mismo día en que la Corte dictó el fallo por el que declaró la inconstitucionalidad de la nueva ley, de manera espontánea se pensó que una mujer debía ocupar la nueva vacante que debía cubrirse.

Luego de deliberaciones en las que intervinieron todos los que  conforman nuestro espacio, surgieron nombres y llegó mi propuesta. Es un desafío enorme poder representar a jueces y juezas de todo el país. Trabajo en el Poder Judicial hace 29 años y conozco las necesidades y problemas que nos aquejan. Quiero tener contacto directo con cada uno de sus miembros, escuchar, atender y ser un puente para solucionar los conflictos en cada jurisidicción. Es mi deber como representante de ellos.

¿Qué los diferencia de las listas de Compromiso y la lista Celeste?

La principal diferencia con la “Lista celeste” es la forma de concebir a la justicia. Buena parte del curso de acción de la lista celeste se ve impregnada de un pragmatismo que no compartimos. Tienen un objetivo claro que es consolidarse como el primer espacio en la “interna” del Poder Judicial. El problema que veo es que no terminan de definir para qué. No advierto una posición institucional sólida, sino una conjunción de individualidades. No termino de entender qué Poder Judicial persiguen, pues el sistema de alianzas políticas de las que se valen justamente nos horada y debilita.

Si tengo que arriesgar a graficar cuál es su modo de pensar real fíjense en “Justicia Legítima”, es una segunda marca del mismo espacio; podrán advertir que sus principales representantes coinciden y que aquélla es una sociedad muy sentida. La última marcha contra la Corte, destinada a que renuncien todos sus integrantes, es un ejemplo contundente. Observe quiénes fueron sus organizadores en el plano judicial.

De “Compromiso Judicial” mucho no tengo para decir. Es una lista que colectó algunos  heridos de la lista celeste, de donde surgió, y en algún momento incluso algunos pocos de mi lista, a causa de errores cometidos en momentos muy complejos. Considero que no tiene una posición tomada sobre los temas centrales. Su pensado silencio en la marcha contra la Corte también es un claro ejemplo de falta de posicionamiento en temas álgidos.

¿Cuál es la posición de la lista sobre el cupo de género en la Justicia? 

En la Lista Bordó nunca hizo falta recurrir al cupo  para que las mujeres tuviéramos los mismos derechos que los hombres. Incluso desde hace ya muchos años se exige la representación femenina en el Consejo Directivo de la AMFJN y también tuvimos la primer presidente mujer.

Sin embargo, respecto de la Justicia estimamos que llegó la hora de romper el techo de cristal y trabajar para que más  mujeres ocupemos los cargos de mayor jerarquía. Nuestra mirada es relevante al tiempo de decidir los conflictos en todas las instancias.

¿Qué piensa de la actualidad del Consejo tras el fallo de la Corte por su composición?

Es una valiosísima oportunidad para hacer definitivamente del Consejo una institución eficiente y equilibrada. Las decisiones judiciales son actos de gobierno y como tales deben ser cumplidas. Será el Congreso luego, quien pueda dictar otra ley y en esa oportunidad expresaremos nuestra opinión con el único interés de que sea la mejor posible.

¿Están de acuerdo con la actual composición o con los 20 consejeros sumando al titular de la Corte Suprema al organismo?

Es la ley vigente y debe ser cumplida, como la orden judicial que restableció su vigencia. El equilibrio entre los distintos estamentos que componen el Consejo resulta medular. Estoy de acuerdo que la presida el Presidente de la Corte Suprema. 

¿Qué piensa del traspaso de la justicia a la Ciudad y del intento de la Legislatura porteña de involucrarse de hecho en la cuestión con una ley contra la Justicia Nacional?

Estoy totalmente en contra del traspaso de la Justicia Nacional al ámbito de la CABA, posición que mantiene sin fisura alguna  nuestro espacio. Ni desde allí, ni desde ningún otro lugar di opinión en favor del trapaso, sino todo lo contrario. Desde hace mas de 20 años que nuestra Lista viene oponiendose al traspaso.

Respecto de la aprobación por la Legislatura de la Ciudad de una ley que pretende la modificación del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, es absolutamente inconstitucional.

Es más, si por vía de hipótesis le reconocieramos facultades que carece, creo que la intervención de otro órgano dentro del devenir del proceso, incorporando una nueva instancia, perjudica directamente a las partes. Ello haría aún más el lento  el proceso que deben padecer los justiciables.