El pasado lunes 2, se lanzó en Argentina el Sistema de Registro, Comunicación y Atención Integral a Víctimas de Violencia Institucional Carcelaria (SIRCAIVI), en el marco de la cercanía del Día Nacional de la Lucha contra la Violencia Institucional que se celebra este domingo 8 de mayo.
El acto de presentación fue realizado en la Defensoría General de la Nación, institución que promueve la implementación de este proyecto, acompañado por la Unión Europea a través del programa EUROsociAL+ e impulsado por la Asociación Interamericana de Defensorías Públicas (AIDEF). Esta última decidió que se aplicara como prueba piloto en tres países: Chile, Argentina y Costa Rica.
El SIRCAIVI será complemento del ya existente Programa contra la Violencia Institucional de la DGN, cuyo coordinador, Luciano Hazan, dialogó con Tiempo Judicial: “El compromiso de la Defensoría con la violencia institucional fue creciendo en etapas y podemos decir que esta es una nueva”.
El objetivo es generar más herramientas para detectar hechos de violencia institucional en centros penitenciarios a fin de poder brindar una protección amplia e integral de los derechos humanos de las víctimas.
Para la defensa pública será indispensable la generación de mayores mecanismos de control para combatir y prevenir la tortura. Esta iniciativa nace de la Defensoría pero no para trabajar sola. Por esto, también se ha firmado una carta de intención de creación de la “Red Interinstitucional contra la Violencia Institucional-Mesa de diálogo y actuación intersectorial” (RED-MEDAI), por parte del Ministerio Público de la Defensa de la Nación y de CABA, la Defensoría de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes, la Comisión Provincial por la Memoria, la Procuración Penitenciaria de la Nación y la Defensoría del Pueblo de CABA.
Alejandro Forero Cuellar, miembro de EUROsociAL+, expuso también en diálogo con este medio que las problemáticas a resolver en los tres países se fusionan con algunos agravantes en común: “el hacinamiento carcelario, deficiente atención médica, los altos índices de prisión preventiva, cada vez más frecuente en mujeres, y los altos índices de falta de registros y de una respuesta intersectorial y eficaz ante la violencia institucional”.
“El SIRCAIVI no va a solucionar el hacinamiento o la prisión preventiva, pero sí busca influir en la violencia que se produce. Y no estamos hablando solamente de la tortura, sino también de la violencia que se sufre de manera cotidiana incluso de manera psicológica, al vivir en una cárcel hacinada, con humillaciones diarias, insultos, miedos, amenazas. Hay gente a la que no la va a visitar su familia porque la han trasladado”, completó.
En concordancia con estos datos Hazan ha expuesto que “bajo la premisa de que la violencia institucional es un fenómeno muy grave, que está muy extendido”, será preciso alcanzar no sólo las cárceles” sino también “comisarías, escuadrones, fuerzas federales de seguridad, lugares de alojamiento de niños, niñas y adolescentes, hospitales psiquiátricos, y cualquier esfera donde haya privación de libertad”.
Finalmente, Iñaki Rivera Beiras, también representante de EUROsociAL+, afirmó que la tortura es un crimen de Estado que genera un estadío de impunidad en el sistema carcelario: “El miedo a las represalias de cualquier persona al denunciar algo y tener que seguir viviendo con tus custodios cara a cara, hace que la denuncia se desincentive”. Por esto, este programa no sólo plantea la inclusión de una red de instituciones del Poder Judicial, sino también la empatía y compromiso de organizaciones civiles, medios de comunicación y de la sociedad en general.
Nuevo complemento para políticas existentes
Luciano Hazan explicó que la Defensoría General tiene, desde siempre, una antigua política contra la violencia institucional y un fuerte compromiso para combatirla. En 2010, la defensora General, Stella Maris Martínez, puso en funcionamiento la Unidad de Registro de casos de tortura y otras formas de violencia institucional, y en el 2013 se creó el Programa contra la Violencia Institucional como una manera de tratar de brindar una asistencia más integral a las víctimas.
El SIRCAIVI es una iniciativa pionera que también se está aplicando en Costa Rica y próximamente en Chile. Al respecto, Hazan opinó: “Para nosotros es una oportunidad para repensar cómo veníamos funcionando”.
Desde el lunes 2 hasta el miércoles 4, se estuvieron desarrollando talleres y capacitaciones sobre este nuevo sistema. “Estuvimos presentando en las capacitaciones un protocolo de actuación para tratar de sistematizar el trabajo y hacer más eficiente la ejecución del programa. Se hizo una suerte de procedimiento para trabajar con cada uno de los casos de violencia institucional”, apuntó Hazan.
El coordinador especificó que para la correcta implementación de este programa se prevé un fortalecimiento de la coordinación interna y externa.
Con “coordinación interna” se refería a “la coordinación hacia dentro de la Defensoría para lo que la defensora armó un equipo de trabajo que estuvo acompañándonos durante todo este proyecto para tratar que el abordaje sea lo más coordinado posible”.
Asimismo, se convocó al Programa de Patrocinio a Víctimas de Delitos, a la Comisión de Cárceles, a la Comisión de Género, al Programa de Problemáticas Sociales y a todas las nuevas defensorías de víctimas que se fueron creando a partir de la ley de víctimas. A partir de este trabajo, “la idea es que el SIRVAIVI pueda tener una respuesta general lo más integral posible y coordinada”.
Por otro lado, el proyecto también prevé mejorar la coordinación hacia afuera, es decir, con otras instituciones, por lo que “se propuso crear una red contra la violencia institucional”, haciendo referencia a la Red MEDAI.
“Esto lo que busca es formalizar el trabajo que venimos haciendo hace muchos años con otras instituciones y crear un diagnóstico común de casos que nos permita crear políticas de prevención, investigación y sanción de la violencia institucional”, explicó el entrevistado.
Y completó: “Lo que ya está en proceso de testeo es un mapa de violencia institucional con la información que recibe la Unidad de Registro, para exponer toda la información en un mapa de Argentina y así facilitar la observación de hechos de violencia institucional que hoy aparecen como menores, pero que cuando uno los ve a repetición, esto puede generar una alarma sobre lo que realmente esté ocurriendo en determinadas cárceles y penitenciarías. Pretendemos tenerlo listo lo más pronto posible”.
Sistema judicial argentino hoy
El Día Nacional de la Lucha contra la Violencia Institucional busca visibilizar lo que ya está a la vista de todos, pero en la boca de pocos. Al respecto, Hazan opinó que “es muy importante la existencia de este día porque hace falta concientizar a todas las instituciones públicas y a la sociedad en general sobre esta problemática, que no es nada menos que violaciones a los derechos humanos”. “Estamos hablando de tortura, malos tratos, ejecuciones extrajudiciales, es decir, del ‘gatillo fácil’ cuando se trata del accionar policial o las muertes bajo custodia que suceden en las cárceles o comisarías de manera ilegal”.
Hazan indicó que este escenario se debe al “mal funcionamiento de nuestro sistema de justicia penal que todavía no ha sido democratizado lo suficiente, al igual que nuestro sistema de seguridad”.
También afirmó que ante la cantidad de hechos que ocurren, “estamos frente a un escenario de impunidad generalizada”, donde las respuestas del sistema judicial en general son “el archivo de los casos, la desconfianza a la denuncia y testimonios de las víctimas”.
En esta misma línea, opinó que “a los tribunales les resulta más difícil imputar, procesar o condenar a un miembro de las fuerzas de seguridad por un hecho ilícito que archivar el caso o absolverlo”. “Lamentablemente, los tribunales de Justicia todavía tienen un costo por avanzar en la investigación y sanción de estos hechos. Esta situación es muy grave, lo que hace falta es una fuerte voluntad del sistema de justicia para que estas situaciones no queden en impunidad, pero hace falta el compromiso del resto de los poderes del Estado a nivel nacional y provincial”. A ese compromiso debe sumarse el de medios de comunicación y la sociedad, quienes tienden a “la falta de empatía hacia la gente que se encuentra en una posición vulnerable, que usualmente es gente de bajos recursos”.
Para finalizar, Hazan expuso: “Cuando falta empatía, la experiencia nos demuestra que las instituciones no reaccionan, muchas veces sí lo hacen cuando hay un clamor popular y empatía frente a las víctimas. Por eso es tan importante darle visibilidad a estas situaciones”.
Colaboración europea
En la sede de la Defensoría General de la Nación, los expertos de EUROsociAL+ Iñaki Rivera Beiras y Alejandro Forero Cuellar, que han llegado desde España para acompañar la presentación del SIRCAIVI y las consiguientes capacitaciones, recibieron a Tiempo Judicial para dialogar sobre esta prueba piloto que comenzará a ejecutarse en nuestro país:
-¿De qué se trata este sistema y a qué se debe su visita?
-Alejandro: El SIRCAIVI viene de un trabajo de 5 años más o menos, en el que en el marco de AIDEF, y con el apoyo del programa EUROsociAL+ de la Unión Europea.
Se trabaja en hacer una guía para atender a las víctimas de violencia institucional en las cárceles y se hizo una primera etapa que fue un diagnóstico de violencia institucional en la región, en los países de AIDEF. Después de ese diagnóstico se hizo una guía con los resultados, con las buenas prácticas detectadas, etc. Esto nos brindó un marco de principios para ver cómo podría funcionar un protocolo para poder atender a las víctimas. Un sistema que tiene el foco puesto no tanto en el procedimiento de denuncia penal a los presuntos responsables, sino el foco en atender a la víctima, prestarle una defensa jurídica pero también apoyo médico real y efectivo, además de apoyo psicosocial tanto a la víctima como a su familia. Por todo esto hablamos de una atención integral.
Esta guía se aprobó en 2018, en un congreso en Chile, y por unanimidad, donde 10 países dijeron que esto se podría aplicar en sus países. Así AIDEF decidió que se aplicara de prueba piloto en tres países: Chile, Argentina y Costa Rica.
-¿Cómo se podrá optimizar el registro de violencias institucionales en los centros penitenciarios argentinos?
-Iñaki: En realidad, el SIRCAIVI que nace como sistema para funcionar dentro de la Defensoría General de la Nación, y de alguna manera viene a completar y mejorar, incluso técnicamente hablando, un registro que ya existía dentro de lo que se llama aquí el Programa contra la Violencia Institucional de la DGN cuyo titular es Luciano.
El SIRCAIVI introduce una serie de novedades, mejoras, lo complementa para que este registro sea más completo y eficaz, porque cuanto más y mejor se registre, más visible se hace aquella violencia queda en la cifra negra o en la invisibilidad.
Otra cosa importante para añadir es que el SIRCAIVI, si bien se aloja dentro de la institución de la Defensoría, no es lo único que se crea, sino que exactamente de manera paralela se crea la Red MEDAI, Mesa de Diálogo de Actuación Intersectorial, que es una red que involucra a todos los demá actores de Argentina, en este caso, que tienen en competencias en materias de torturas y violencia institucional y a organizaciones de la sociedad civil. Con una doble finalidad, que es una de carácter intrasistémico y extrasistémico. La primera quiere decir que donde no lleguen los recursos de la Defensoría, que la DGN pueda solicitar un médico o una trabajadora social, psicólogo, o lo que se requiera en cada caso, que pueda tener la Procuración Penitenciaria o el Mecanismo Nacional de la tortura o quien sea. Se habla de un aprovechamiento de los recursos de toda la ley, para poder dar una solución al caso concreto, dando una mejor atención integral.
La dimensión extrasistémica tiene que ver con que la existencia de esa red contribuirá al propio fortalecimiento de este sistema.
Con este viaje a Argentina terminamos el tramo de todos estos años de trabajo, y todo esto es muy bonito pero ahora esto recién nace y se lanza. Ha de crecer, vivir y desarrollarse. Es necesario que todos los actores del país se involucren y lo sientan como propio, que firmen convenios y se comprometan por escrito en trabajar en la asistencia a las víctimas.
-¿La situación carcelaria en Argentin tiene similitudes con la de Chile y Costa Rica?
-Alejandro: Sí, tiene ciertas similitudes, sobre todo negativas: el hacinamiento carcelario, deficiente atención médica, los altos índices de prisión preventiva, cada vez más frecuente en mujeres, y los altos índices de falta de registros y de una respuesta intersectorial y eficaz ante la violencia institucional. Esto en el siglo XXI no para de crecer.
El SIRCAIVI no va a solucionar el hacinamiento o la prisión preventiva, pero sí busca influir en la violencia que se produce. Y no estamos hablando solamente de la tortura, sino también de la violencia que se sufre de manera cotidiana incluso de manera psicológica, al vivir en una cárcel hacinada, con humillaciones diarias, insultos, miedos, amenazas.
El registro no sólo va a registrar el golpe, sino también cosas cotidianas, como insultos, porque parece algo que no tiene tanta importancia pero que podría ser el primer eslabón de una cadena de violencias que podría terminar explicando un suicidio. Por eso es importante mapear estas situaciones. De hecho, otra cosa que se está creando en la Defensoría es un mapa de casos para geolocalizar dónde se producen los hechos y que la gente de manera pública pueda ver dónde se producen y qué tipos de casos, exponiendo patrones, guardias, horarios. Esto es una forma también de sensibilización y concientización.
-El hecho de registrar y visibilizar los casos de violencia en el ámbito carcelario, ¿provoca que se desincentive por inercia el abuso de poder por parte de los carcelarios y autoridades?
-Iñaki: Totalmente. A eso se le puede sumar que el miedo a las represalias de cualquier persona de denunciar algo y tener que seguir viviendo con tus custodios cara a cara, hace que la denuncia se desincentive. Hay muchos ejemplos de gente que ha sido brutalmente golpeada o asesinada directamente por denunciar, lo cual produce un efecto de disuasión. Es importante visibilizar la forma de impunidad en la que viven y que genera, a su vez, una cultura de violencia ahí adentro donde los presos más débiles están a merced de los carcelarios y también de los grupos de poder de los otros presos.
La tortura requiere que quien la cometa sea un funcionario, porque la tortura es un crimen de Estado. Esto también se ve ante la pasividad de agentes del Estado cuando un preso agrede a otro preso.
Es tanta la violencia institucional que hay en cantidad, calidad y diversidad que sabemos que, además, el SIRCAIVI va a ser llevado aquí por seres humanos, con todas las limitaciones que eso supone. Registrará todo lo que pueda, pero creemos que será importantísimo que sea un sistema fuerte. Los defensores y defensoras son los que van a cargar el sistema, para ellos va a haber una sobrecarga de trabajo y será clave su rol al decidir si cargar o no las denuncias de este tipo de violencia. Es un desafío para todos, tanto externo como interno de transformar la cultura burocrática, de las rutinas de trabajo. Esto es algo que finalmente va a interpelar a todo el mundo, no se pueden depositar las culpas de todo esto en las cárceles. Se dependerá mucho del ejercicio que hagan los defensores de su tarea de registrar todo esto.
Será bueno algún día, quizás volvamos, para evaluar cómo esto ha funcionado, qué impacto ha tenido, cuántos casos se han registrado y qué ha pasado con ellos a fin de hacer un seguimiento de este nuevo camino. Será importante el rol de los periodistas también al hacer seguimiento de esto.
-¿Qué y tipo de asistencia recibirán los familiares y círculo íntimo de las y los presos?
-Alejandro: Para nosotros este punto es fundamental, ojalá esto sea tomado como prioritario. El SIRCAIVI desde que se pensó, se hizo para eso, para dar apoyo a todas las víctimas, dar apoyo psicosocial, acompañamiento, y darles información.
Para nosotros las familias son una pieza fundamental, clave, en todo esto. En Argentina hay organizaciones de la sociedad civil, que en otros países no había, de gente buenísima. Son sobre todo mujeres que cuentan cómo nacen estas organizaciones con varias mujeres conversando en las filas de espera de las cárceles para ver a sus seres queridos. Empezaron a organizarse al estar angustiadas por ver cómo se desarrolla todo allí adentro. Se comparten información y generan grupos importantísimos.
A aquellas familias que no estén organizadas, hay que darles información, herramientas de apoyo y acompañamiento, y aquellas familias que sí están organizadas, tienen que cumplir un papel importante para informar sobre casos que allí sucedan, porque ellas se enteran. Y pueden jugar otro rol fundamental, la Red necesita que detrás estén las organizaciones de madres, familiares, etc., donde no hay un colapso de trabajo ni burocratización. Las familias están siempre y pueden ser un elemento que ayude a que este sistema funcione.
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