Daiana Abregú apareció muerta en una comisaría. Tenía 26 años, y un niño de nueve, cuando el domingo 5 de junio fue detenida por la policía por una presunta contravención y llevada a la comisaría de Laprida, lugar donde presuntamente -versión dada por la policía- se suicidó con su campera esa misma tarde. No obstante, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) comunicó que en la reautopsia se descubrió que la muerte de Daiana no coincide con un suicidio.
La CPM, que actúa como particular damnificado institucional en sus funciones como Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, además de ser quien pidió que se realice la nueva autopsia, criticó duramente el papel del fiscal de la causa Ignacio Calonje, quien consideró que demoró la medida judicial y puso en riesgo los resultados.
“El informe preliminar de la reautopsia al cuerpo, asegura que no se encontraron en el cuello y vías superiores, marcas o lesiones compatibles con un lazo de ahorcamiento, desmontando la versión policial de que Daiana se había ahorcado en el calabozo de la comisaría de Laprida”, destacó el informe de la CPM.
Asimismo, agregó: “Murió por un cuadro general asfíctico. Este resultado echa por tierra la hipótesis del suicidio, tal como habían sostenido los funcionarios policiales desde el primer momento. Es decir, la escena en que fue hallado su cuerpo fue armada por los funcionarios policiales para ocultar lo ocurrido, confirmando varios indicios obrantes en la causa”.
El organismo explicó que el informe concluyó que “no se constataron lesiones en músculos del cuello… no se constataron alteraciones en laringe. Hueso hioides indemne”, y detallaron que Daiana murió por un “síndrome general asfíctico”.
En tanto, esta mañana en declaraciones televisivas, su papá Roberto, aseguró que "tiene las pruebas y las fotos del cuerpo de su hija que muestra golpes y rasguños que se les fue la mano a los policías y la mataron". Además dijo que "ellos se manifestaron siempre pacíficamente frente a la comisaría" y que "quiere ver a todos presos".
El caso
Fue en la madrugada del 5 de junio cuando Daiana Abregú fue detenida por la policía en la localidad de Laprida, en el interior de la provincia de Buenos Aires, acusada de “alteración del orden público”. La alojaron en los calabozos de la comisaría y alrededor de las 15 fue encontrada, según informe de la fuerza, ahorcada en la celda.
La primer autopsia, según la CPM, contenía “enormes irregularidades”, y remarcó que “se realizó sin aplicar el protocolo de Minnesota y por lo tanto sin respetar los estándares internacionales mínimos de investigación en casos de muerte bajo custodia estatal, tampoco se realizaron radiografías, fotografías completas ni filmaciones conforme lo establecen los protocolos vigentes”.
También, señalaron, no se completaron “extracciones de piel que podrían dilucidar el origen de algunas lesiones que se observaban ya en ese momento. Del resultado de esa autopsia, en la que participó una única perita, se desprendía que Daiana había muerto por un paro cardíaco por asfixia mecánica”.
En tanto, la CPM señaló que “este hecho confirma también que es indispensable que el Procurador General de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, cumpla con la ley provincial que crea las fiscalías especializadas en violencia institucional”, y concluyó: “Nombrando funcionarios judiciales calificados y comprometidos con una perspectiva de derechos humanos, que intervengan de manera diligente y urgente frente a estos graves delitos cometidos por los funcionarios policiales”.
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