En una nueva edición del informe “La desigualdad de género se puede medir”, realizado por Ecofemidata, el equipo de datos arrojó datos concretos sobre las diferencias en la inserción en el mercado de trabajo entre hombres y mujeres en el primer trimestre de 2022. Para esto, ha medido los ingresos que perciben en ambos casos, la cantidad de horas que trabajan semanalmente, y la distribución de las tareas domésticas.
El objetivo es analizar qué tan masculinizado se encuentra el mercado laboral y distinguir si las mujeres encuentran más problemas a la hora de conseguir un empleo.
Para realizar los cálculos se utilizan bases de datos publicadas por la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. La misma releva características demográficas, sociales, económicas, con especial atención a las formas de participación en el mercado laboral, entre hogares y personas de 31 aglomerados urbanos.
Según este estudio, la falta de descuento jubilatorio suele ser un indicador que aproxima la falta de registro de la relación laboral asalariada. En Argentina, hay un 38.2% de las asalariadas que por su trabajo realizado no posee descuentos jubilatorios, mientras que para los asalariados varones dicha tasa es del 34.0%. Específicamente, en el Gran Buenos Aires esa cifra desciende a 36,5% en el caso de las mujeres y 31,7% en el caso de los hombres.
En tanto, el análisis del mercado laboral abordado desde la perspectiva etaria indica que son las mujeres más jóvenes las que presentan las mayores tasas de desocupación y subocupación a nivel nacional. Para dar un ejemplo, un 16.8% de las mujeres de 14 a 29 años está desocupada, es decir que, no teniendo ocupación, están buscando activamente un trabajo y no lo consiguen. En cambio, en el caso de los varones jóvenes, el porcentaje de desocupados es de más del 11%.
Con lupa en el GBA, la tasa de trabajadores activos/as en ese rango de edad es de 42,2% en mujeres y 51,4% en hombres. Entre los 30 y 64 años de edad, dichos porcentajes se modifican: 70,1% en mujeres y 88,8% en hombres.En dicha región, la tasa de empleados/as es menor en ambos sexos: 35% mujeres y 45,2% hombres.
Cargos jerárquicos
El citado informe de Ecofeminita también midió el acceso a cargos jerárquicos: además de tener una participación más restringida en el mercado de trabajo, las ocupadas encuentran más obstáculos para acceder a cargos jerárquicos: mientras que un 8.2% de los ocupados varones tienen cargos de dirección o son jefes, solo un 5.4% de las ocupadas ejercen puestos en Dirección o Jefatura.
Esta problemática es conocida como Techo de Cristal o segregación vertical del mercado de trabajo, y hace referencia a la dificultad que poseen las mujeres para ascender profesionalmente en el mercado laboral.
Y, en tanto a la distribución de los géneros en el sistema laboral, el escrito denuncia que las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en aquellos sectores vinculados al cuidado y las tareas de reproducción, como son el servicio doméstico, la enseñanza y los servicios sociales y de salud.
Por su parte, sectores como la construcción, transporte y comunicaciones, las actividades primarias e incluso la industria manufacturera se encuentran masculinizadas.
Este fenómeno se conoce como Paredes de Cristal o segregación horizontal, y hace referencia a los muros invisibles que segmentan el mercado de trabajo de acuerdo a los estereotipos de género aún vigentes.
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