Por sus manos pasaron causas sensibles y mediáticas desde cuando eran juez bonaerense como el caso del asesinato de María Marta García Belsunce, cuando estaba en el tribunal oral causas de lesa humanidad como Campo de Mayo o Escuela 3 en Neuquén así como la condena al sindicalista José Pedraza por el crimen de Mariano Ferreyra y hoy tiene apelaciones presentadas en causas donde está acusada justamente Cristina Kirchner.

Diego Barroetaveña es el candidato de la Lista Bordó para ocupar un cargo de alto voltaje ya que además seguiría siendo juez de la Sala 1 de la Cámara Federal de Casación Penal. Recibió en su despacho del 1 piso de los tribunales de Comodoro Py Tiempo Judicial para hablar sobre las elecciones del próximo 18 de octubre sobre la coyuntura, los desafíos y lo que se espera tras el nuevo armado en el Consejo.

Siendo un juez de tanta exposición ¿Cómo se gestó su candidatura más allá que seguramente va a seguir ejerciendo si asume en el Consejo dos cargos de tanto poder e importancia, es decir como juez de Casación y consejero?

Venimos trabajando hace muchos años en la justicia nacional y me fui ganando terreno viniendo de la justicia de San Isidro no teniendo cargos. Empecé mi carrera como defensor oficial y juez provincial tuve causas resonantes como el caso María Marta García Belsunce donde hice valer lo que es el juez de Garantías pero con una militancia en la asociación de magistrados de la mano del juez Luis María Cabral donde empecé organice jornadas académicas en la Facultad de Derecho.

Así empecé haciéndome un espacio, con ganas y trabajo porque el reconocimiento viene después. Somos un equipo de funcionarios, jueces y juezas donde me fui haciendo visible y me ofrecieron ser mesa chica donde estuve con colegas como Ricardo Recondo, Mariano Pérez Roller, Fátima Nicastro, Analía Monferrer o Ricardo Sáenz en tiempos muy difíciles para la justicia en 2014 con la llamada “Democratización de la Justicia” impulsada por el gobierno de Cristina Kirchner.

Nosotros estábamos dispuestos a dar el debate porque no somos talibanes y creemos que hay que hacer modificaciones en la Justicia que generen cambios en las personas de a pie. Pero como vino encarado, decidamos firmar un amparo muy pocos jueces y justo estaba en el medio de un concurso para la cámara. Lo que quiero marcar es la construcción de una candidatura también con la labor de Recondo como consejero donde tuve la oportunidad de ser candidato pero recién había llegado a la Cámara Federal de Casación Penal y no me parecía oportuno presentarme. Hoy, estamos en una etapa de transición donde yo soy el puente entre aquellos que pasaron y los que ya vienen. Y está vedada la posibilidad de reelección en el Consejo donde nosotros recibimos críticas pero paradojalmente ahora la que recibe esas críticas es nuestra lista rival.

Hay que abrir el juego porque hay muchas juezas y muchos jueces que aportan mucho y hay que abrirse, no cerrarse. Es un equipo reducido donde hay que tener mucha vocación para trabajar a diario en lo asociativo como lo hace el actual presidente de la AMFJN, Marcelo Gallo Tagle, y su vice Mariano Llorens.

En este sentido ¿cuál es la diferencia entre la lista Bordó y las otras dos listas?

Lo que distingue a la Lista Bordó es la independencia del Poder Judicial porque sea quien sea el factor de poder siempre van a encontrar un dique en nuestra lista y los que la representamos vamos a trabajar con equilibrio y templanza para enfrentarnos con términos jurídicos a eso. La lista tiene alternancia por las cuestiones de género, tiene juventud y también experiencia así como la transparencia en la cual nosotros siempre abordamos los concursos. Como por ejemplo: gente que trabaja conmigo que no se presentó nunca a un concurso en el cual yo era parte del jurado.

Otra cuestión importante es el tratamiento de los sumarios administrativos porque nosotros no queremos que haya jueces corruptos en la Justicia pero tampoco que haya buenos jueces y juezas injustamente judicializados mediante sumarios que se prolongan en el tiempo perturbando a los titulares y complicándolos en los concursos. Yo tengo una causa abierta ante el Consejo hoy en día por el contenido de mi sentencia en lo que dicte en “Cuadernos” y sigue viva, es una carilla y media la denuncia.

Los jueces nos conocen, conocen nuestra voz, nuestra cara y nuestra trayectoria en mi caso porque tengo competencia en todo el país revisando sentencias de los tribunales y las cámaras de las provincias. Y en el caso de mi colega Díaz Cordero, en su gestión de 5 meses se hizo muy visible donde  todos se sorprenden de su buen trabajo como consejera, esto es trabajo y lo que se vota en las elecciones que viene es el cuarto consejero. Y nosotros queremos que sea una consejera, que sea Agustina Díaz Cordero, porque ya la conocen.

¿Qué propuestas llevará como candidato a consejero por la Lista Bordó?

Creo que tenemos que construir un Consejo de la Magistratura más judicial y más técnico. Es cierto que su conformación hace que hay representación de muchos estamentos (legislativo, académico, científico, abogados y jueces) pero lo que sentimos antes de fallo de la Corte Suprema que cambió su conformación es que estaba muy politizado. Un Consejo presidido por la Corte sea quien sea su presidente nos ayuda y mi idea es conformar con los demás jueces de los otros espacios que puedan acceder al Consejo un bloque fuerte dentro del Poder Judicial, que no quiere decir sectario. A veces sentimos que hay una casa tomada por parte de la política. 

Y desde el punto de vista técnico hay mucha gente valiosa mal aprovechada en el Consejo que sería importante reciclarla y ponerla operativa en distintas secretarias. Así como valorar la gestión de la actual consejera de cercanía, como le digo yo, a Agustina Díaz Cordero. Su gestión son las que valora el juez de Oberá porque ella escucha y hace la devolución a cada juez o jueza del país que le hace un pedido puntual. Esto se valora mucho siendo una jueza de familia con poca visibilidad y sin embargo la conocen porque viajó a todos lados.

El tema de las elecciones es si votar pruebas de ensayo o votar a quienes los jueces ya conocen y ya saben quién es. Por eso, a la Lista Bordó la conocen, conocen nuestra trayectoria, la podemos mostrar con orgullo y mostramos el cambio y la renovación de jueces y juezas que tiene el compromiso de trabajar por la Justicia. Así como se nota un cambio de estilo en la comunicación de la AMFJN  y de la Lista Bordó más aggiornada y demás…

En este sentido, ¿Qué piensa de la famoso frase de los “jueces hablan por su sentencias” y si hay una autocrítica sobre la forma de comunicar de los magistrados y magistradas?.

Hay que aggiornarse a los tiempos y quizás se necesite que otros colegas asuman ese rol de comunicador de las sentencias y que no sea justamente el mismo juez o jueza. El único juez que sabía manejar bien los medios de comunicación fue hace tiempo Piotti de San isidro. Creo que hay que transmitir las resoluciones pero no lo tiene que hacer el mismo juez que dicta la sentencia. Alguien técnico e idóneo nutrido de la opinión de otros jueces que salgan a explicar por ejemplo; se dictó tal prisión preventiva porque había riesgo procesales. Creo que a nivel comunicación judicial, se está mejorando y es importante modernizarse.

¿Yendo a la coyuntura, por lo que fue diciendo veo que está conforme con el fallo de la Corte Suprema que incrementó el número de integrantes del Consejo a 20 miembros con la presidencia a cargo de Horacio Rosatti?

Sí...en líneas generales si…me parece bien volver a la conformación en la cual el presidente de la Corte Suprema sea quien presida el Consejo de la Magistratura. Fue una implementación un poco dificultosa pero aquí estamos ya a una semana de renovarlo completamente.

Con respecto a la impugnación de Alberto Lugones, candidato de la Lista Celeste, como consejero, me llamó la atención la actitud de la lista Bordó que no impugnó a Lugones sino que fue la lista de Compromiso Judicial la que presentó el pedido.

Antes de que se oficializaran las listas con la candidatura de Lugones, la Junta Electoral observó su candidatura donde tenemos dos representantes de la Lista Bordó, dos jueces laborales Alejandro Sudera y Ana Barilaro, que son independientes totalmente y sabemos hace tiempo cómo van a actuar. Nuestros representantes impugnaron la candidatura de Lugones y no lo quisimos visibilizar como una muletilla de campaña.

Nosotros basamos nuestra campaña en propuestas, no en una impugnación. La institucionalidad se defiende cuando uno sale y levanta la voz con los ataques permanente a la Corte Suprema de Justicia. En ese contexto, nuestro espacio fue el único que levantó la voz, y la lista Celeste dijo que había libertad para volcar ideas y la lista de Compromiso Judicial censuró nuestro comunicado. En este caso, sí creemos que estaba en riesgo la institucionalidad. Pero estamos seguros de los representantes que tenemos en la Junta Electoral y ahora es largo el proceso de impugnación. Quiero destacar que sabemos el obrar de nuestros representantes en la Junta Electoral.

¿Y qué opinión le merece la ampliación de la Corte Suprema?

 Me parece que hay que moverse en los clásicos y este no es un momento para ponerlo en la agenda. La Corte con cuatro integrantes está sacando lo que tiene que sacar, no es que las cosas se demoran, y Argentina afrenta una crisis económica, política e institucional intensa comparada con el 2001. Acá lo que veo es una responsabilidad de sostener esto y no estamos para perder el tiempo en la ampliación de la Corte y en todo caso nosotros tenemos un estilo norteamericano. Entonces, los números pueden variar entre 5, 7 o 9 pero más…

Esta reforma debería venir de un gobierno que esté consolidado y fuerte para poder sentarse con los distintos de la oposición, y el Poder Judicial para ver cómo pueden estar representadas todas las voces.