La frase es del presidente de la Cámara Comercial, Eduardo Machín, quien es candidato al Consejo por la lista Compromiso Judicial. Un repaso por su historia, sus propuestas y repasa las polémicas actuales de la Justicia y la política. “El magistrado tiene dos opciones: o utiliza una bidón con gasolina o un bidón con agua, la función del juez es administrar el agua para que los incendios se apaguen”, explicó en la entrevista en su despacho con Tiempo Judicial.
Eduardo Machín es el titular de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial con 35 años de carrera en la Justicia y se presenta como candidato a consejero por el estamento de los magistrados y magistradas en estas elecciones del 18 de octubre por la lista Compromiso Judicial.
¿Cómo inició su carrera y cómo se gestó su candidatura para estas elecciones?
Con tres de meritorio, ingresé en el juzgado civil número 2 con Benedetti, pase por la justicia de San Martín donde por causalidad en el juzgado de al lado y yo por recibirme de abogado había una vacante. Luego pase por una defensoría civil en la provincia de Buenos Aires donde tras el concurso asumí en un juzgado civil y comercial en 1998. Tenía en esa época una competencia muy amplia porque teníamos incidencia en juicios laborales así como en problemáticas de esa época como el “patacón” en el año 2001. Ya en el 2011 vine para la Cámara Nacional en lo Comercial donde también ingresé por concurso, y en donde tuve presidencias en el 2014 y ahora en 2022.
Mi ingreso a la lista de Compromiso Judicial se da por mi amistad personal con Leónidas y Alejandro Moldes quienes me acercaron a la primera camada de este espacio en donde hoy me toca participar activamente. Es un espacio que surgió en 2014 como una escisión de la lista Celeste por dos factores: el personalismo en la decisión de los candidatos, que hoy sigue vigente, y la presencia muy fuerte de la Agrupación Justicia Legítima en el mundo judicial y también en la representación de esa lista. Por eso, no tuvimos voluntad de continuar en ese marco, el nuevo espacio tomó velocidad y vida propia con Leónidas Moldes y Juan Manuel Culotta como nuestros representantes en el Consejo hasta en el día de hoy.
¿Qué propuestas tiene desde su lista a diferencia de la Celeste y la Bordó?
A nosotros nos interesa el apoyo de los jueces que trabajan como jueces y que van a su despacho cotidiano todos los días. Desde la vacantes de los jueces, hasta los problemas con el sistema todos los días. Nosotros estamos en las cuestiones cotidianas, nos dedicamos a ser jueces y queremos que tengan las herramientas para trabajar todos los días. Y que puedan tener una voz que los representan con las necesidades reales. No usamos el cargo para hacer política ni tampoco para hacer farándula.
Estamos para dedicarnos a nuestra actividad y que los magistrados tengan una representación acorde a las problemáticas reales que afrontan a diario nuestros colegas frente a una Consejo de 20 personas donde la mayoría viene de sectores políticos con otros intereses y los jueces somos sólo cuatro.
Queremos tener una voz para decir las cosas que hay que decir como lo que ocurrió con el concurso con el fuero laboral donde se benefició manifiestamente a algunos concursantes. Y si tenemos que pedir la nulidad, lo vamos a hacer porque acá estamos para defender los intereses de los jueces y para trabajar por una Justicia mejor, moderna, con herramientas para cumplir nuestra función y donde el juez está prestigiado por hacer su trabajo.
Y devolverle a la sociedad lo que la sociedad ha hecho por nosotros, y en lo particular, estoy en el fin de la carrera y quiero que nuestros hijos tengan futuro y queremos que haya un futuro hacia adelante, y sino queremos que haya Justicia se aborta la posibilidad de construir una sociedad hacia adelante. No queremos que se use el nombre de la Justicia para hacer otra cosa porque sabemos que la justicia da respuesta todos los días al ciudadano más allá del relato que se puede contar de lo que ocurre en el Poder Judicial.
Con respecto a la comunicación judicial de los jueces y juezas, ¿A qué se refiere cuando habla de relato con la famosa frase de “los jueces hablan por sus sentencias”?
Es una situación maquiavélica porque nos critican si hablamos y también si no hablamos. Entonces, hay que buscar una voz correcta, que puede ser un consejero o una oficina especializada que brinde la información necesaria o el espacio donde los jueces pueden hablar.
En definitiva, también se pueden cambiar las reglas procesales para que el juez pueda realmente informar y que eso no sea objeto para que se invaliden los actos jurisdiccionales que se están dictando. Por ejemplo: hoy nos denuncian igual por el contenido de nuestras sentencias y las denuncias están presentadas por más que no avanzaron ni en la instrucción en el Consejo de la Magistratura. Hoy, es práctica liviana interponer una denuncia con tan sólo mandar un mail y se abre una carpeta. Se están abusando de las instituciones y en vez de apartar un juez por un recurso, interpongo una denuncia. Este uso desmedido es al solo efecto de trabar un expediente.
NR: ¿Cuáles son los principales problemas de la Justicia que planteará como consejero por su estamento?
La realidad es que se debe hacer un mapa judicial para saber los porcentajes de conflictividad que tienen que ver con la conflictividad social actual y la función del juez es pacificar a la sociedad. Hoy en día, el contrato social en la Argentina se rompió y el magistrado lo tiene que recomponer.
En este sentido, el magistrado tiene dos opciones: o utiliza un bidón con gasolina o un bidón con agua. La función del juez es administrar el agua para que los incendios se apaguen. Y así, reestablecer las igualdades y hacer valer las garantías constitucionales que están plasmadas en la Constitución. Y que no sean solo una declamación.
NR: Hablando de la política partidaria metida en la Justicia ¿Hay un mayor porcentaje de jueces y juezas con bidón con gasolina o bidón con agua?
Yo creo que la mayoría tiene el bidón con agua.
NR: Pero la minoría explosiva tiene poder mediático…
Bueno...el tema mediático es una cuestión odiosa porque el magistrado está en una condición en la que si habla puede ser denunciado por parcialidad y sino habla se le tergiversan las cosas o se dicen las cosas a medias. Entonces… el relato ante el ciudadano común está teñido por una parcialidad en la cual el magistrado en muy pocas ocasiones puede decir lo que está pasando.
Es una realidad que dificulta la relación con la sociedad y es uno de los temas a solucionar. Que el magistrado pueda tener una voz en los términos llanos para que el ciudadano comprenda el fallo dictado. También creo que hay un problema cultural porque se piensa que tenemos un modelo de Justicia anglosajón que es lo que muestran las series de televisión. Y esto no es así, no es nuestra justicia, la justicia argentina está basada en el modelo continental-europeo donde lo que importa es lo que dice la ley.
¿Cómo evalúa las críticas a la candidatura de Alberto Lugones por la Lista Celeste y que desafíos nuevos enfrentará el Consejo los próximos años?
Lugones es consejero y termina su mandato en noviembre. La ley es claro porque no puede reelegir y no hay otra interpretación porque sino se estaría perpetuando en el cargo. Si este es el primero mandato como dijo la jueza Servini, ya iriía por 8 años de consejero más otro mandato más y llegaría a 12. Ningún magistrado está en igualdad de condiciones que el doctor Lugones y creemos que la ley es igual para todos, no hay dispensas personales ni graciosas.
¿En que lo beneficia a su lista que Lugones no sea candidato?
No es un problema del doctor Lugones sino que no se cumple con la ley. Los jueces somos los que tenemos que cumplir con la ley porque somos los que vamos a cubrir las vacantes de los jueces. Culotta se autolimitó y no se presentó ya que todos entraron en el mismo período. Los otros candidatos no están en las mismas condiciones que Lugones y tiene todos los resortes del Consejo a su disposición.
Es más, cuando el fallo de la Corte habilitó a los consejeros que recién ingresaron al nuevo organismo de 20 integrantes, lo hizo cuando aún ni se sabían los candidatos, fue una prórroga ignominada. No se hizo por Agustina Díaz Cordero ni por los abogados. No hubo preferencia sino que se consideró una situación particular. Ahora, el caso de Lugones es querer tener un tratamiento especial porque es uno y seguimos con el personalismo que venimos mencionando hace muchos años desde nuestra lista.
Las instituciones se compartan más allá de los nombres, con diversidad y con las bases de un sistema republicano como la alternativa y la periodicidad. La Lista Celeste tiene sus votantes al calor del oficialismo y con esta impugnación que presentamos no ganamos votos sino que frenamos una situación fuera de la ley. Acudimos a la Corte Suprema por un per saltum y en la Cámara Nacional Electoral también hay que integrar la sala. Veremos…porque el problema es la inmediatez porque la elección está a la vuelta de la esquina y vamos a llegar hasta los últimos recursos legales.
Comentarios recientes