La masacre fue en 1994 y recién, 28 años después, los familiares de las víctimas esperan que el juicio, que tiene en el banquillo de los acusados a los siete ex policías bonaerenses que participaron y quisieron encubrir el asesinato de cuatro personas, termine a fines de noviembre con condenas firmes para todos. En los próximos días será el turno de los abogados defensores que siguen con los alegatos, las réplicas y las últimas palabras. JUICIO EN VIVO.

El Tribunal Oral Criminal 3 de Lomas de Zamora, integrado por Marcelo Hugo Dellature, Luis Miguel Gabián y Claudio Fernández, escuchó a la parte acusatoria compuesta por los fiscales Jorge Bettini Sansone y Viviana Simón, y al abogado Ciro Annicchiarico, representante de Raquel Gazzanego, esposa de Edgardo Cicutín, a Gustavo Romano Dufau, representante de Norberto Corbo, y a Eduardo Michaud, el letrado de los familiares de Claudio Mendoza y Héctor Bielsa.

Al respecto, el letrado Annicchiarico, en diálogo con Tiempo Judicial, afirmó que “se terminaron de producir los alegatos todas las partes acusadoras”, y consideró que “los policías no recibieron ningún un rasguño de los supuestos disparos que ellos dicen que les hacían, tampoco hubo ningún vestigio en las inmediaciones que haya provenido por parte de las víctimas en ningún lado; ni auto, ni personas, es otro indicio de que no hubo enfrentamiento como argumentaron desde el comienzo”, detalló.

La confianza está depositada en el conocimiento del expediente y de lo que se logró probar durante el juicio, que fue contundente”, remarcó.

Asimismo, expresó: “Es difícil distanciarse, pero si yo fuera juez, tengo certeza de una condena por homicidio agravado. Por lo que se probó fehacientemente que los vehículos que fueron víctimas de cerca de 200 disparos por parte de la policía no llevaban ningún arma. Se probó que los policías dispararon sin aviso previo, vestidos de civil, en vehículos particulares, sin darse a conocer como policías y que el ataque fue repentino y sorpresivo”. 

En esa línea, explicó que “se probó que falsificaron el sumario desde un primer momento, lo que motivó que pidiera en el alegato que se promoviera una denuncia en contra del jefe de la brigada de investigaciones de Lanús y de los oficiales que intervinieron en los primeros actos de la instrucción, porque incurrieron en el ocultamiento de elementos fundamentales para la investigación. Eso es fraude procesal”.

Además, señaló que las armas que encontraron en el auto de las víctimas del Peugeot 505 “eran plantadas”, y recordó que “se comprobó que no eran aptas para el tiro. Una estaba completamente oxidada, la otra tenía el cañón trabado por un casquillo que lo tuvieron que remover con una pinza”.

“Claramente fueron armas que les pusieron para fraguar un enfrentamiento en un momento que pensaron que eran totalmente impunes y podían hacer lo que querían. No olvidemos que era la época de la maldita policía y solía no pasarles nada”, remarcó el abogado.

En cuanto al veredicto, expresó que tiene “expectativas elevadas”, pero aseveró que “hasta que no escuche el veredicto no se puede afirmar nada. No hay que olvidar que Marcos Rodríguez, cuando prestó declaración indagatoria en este juicio, dijo que se escapó a Córdoba por una amenaza telefónica que le hicieron, ya que en la policía estaba ‘cebada en mafia’, lo dijo él”.

Cabe recordar que los acusados son el excomisarios Roberto Mantel y Eduardo Gómez; el exoficial Osvaldo Lorenzón; los exsubtenientes Marciano González y Pablo Dudek; y los exoficiales Julio Gatto y Marcelo Valenga; el exsubteniente Marciano González, quien espera una pericia médica que certifique si está en condiciones de ser juzgado o no.