El mundial de fútbol realizado en Qatar y organizado por la FIFA, iniciado el domingo 20 de noviembre, es el evento deportivo que atrae la mirada de todo el mundo a lo largo de un mes. Millones de fanáticos esperan que sus selecciones se destaquen y están atentos a lo que ocurre en el país, pero no todo es goles y celebraciones. También atrajo la mirada de muchos organismos de derechos humanos que criticaron y señalaron los distintos abusos que atravesó aún hoy atraviesa el país.

Desde un comienzo, la elección del país como anfitrión de la Copa del Mundo 2022 se vio nublada por una seria sospecha de corrupción: distintas fuentes, como Phaedra Al-Majid, que trabajó para el equipo que impulsó a Qatar como sede en el 2011, informó que se ofreció un soborno a, al menos, 3 miembros de la FIFA por su voto.

De hecho, en el 2020 hubo una acusación formal por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos hacia dirigentes de la FIFA, ellos fueron el ya fallecido Julio Grondona, de Argentina, Nicolás Leoz, de Paraguay, también ya fallecido en el 2019 y Ricardo Teixeira, de Brasil.

Además, se sumaron las denuncias por un elevado número de víctimas que la construcción de los estadios, espacios preparados para los fanáticos, y graves falta a la libertad de expresión y a la vulneración derechos de las mujeres y la comunidad LGBT+, que repercutió en la total prohibición de banderas que den apoyo a dicha comunidad.

En cuanto a los trabajadores, que en su mayoría eran migrantes de Nepal, Bangladesh e India, distintas organizaciones denunciaron violaciones a los derechos básicos por ser sometidos a condiciones de hacinamiento, falta de seguridad en los alojamientos, durante la construcción y una total falta higiene.

La lista de conflictos denunciados agregó incumplimiento de salario, falta de renovación de permiso de residencia, confiscación del pasaporte, lo que imposibilitaba que salgan del país o cambiar de trabajo, amenazas, trabajo forzoso y el lamentable número de fallecidos, que ascendió a más de 6.500.

Por su parte, las denuncias sobre la vulneración de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT+ no pasó inadvertida desde que el mes del mundial se aproximó este año. Según se pudo conocer, a partir de un sistema de tutela masculina, las mujeres deben tener al menos un hombre con el dominio de sus decisiones.

Tampoco pueden elegir por sí mismas casarse, viajar, estudiar y tener potestad sobre salud reproductiva. Al respecto, Rothna Begum, investigadora de la organización Human Rights Watch, aseguró: “La tutela masculina refuerza el poder y el control que los hombres tienen sobre la vida y las elecciones de las mujeres y puede fomentar o alimentar la violencia, dejando a las mujeres pocas opciones viables para escapar del abuso de sus familias y esposos”.

Asimos, el Código Penal qatarí de actual vigencia tiene penalizada la homosexualidad y condena a “cualquiera que copule con un varón mayor de 16 años sin compulsión, coacción o artimaña es condenado a no más de 7 años de prisión”.En esa línea, la investigadora señaló que “las fuerzas de seguridad detuvieron a personas en lugares públicos basándose únicamente en su expresión de género y registraron ilegalmente sus teléfonos. Como requisito para su liberación, las fuerzas de seguridad ordenaron que las mujeres transgénero detenidas asistieran a sesiones de terapia de conversión en un centro de ‘apoyo conductual’ patrocinado por el Gobierno”.