El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores por el crimen del joven Fernando Báez Sosa, integrado por los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, emitió su veredicto este lunes 6 de febrero después de un juicio corto de 13 audiencias en pleno enero veraniego con los 8 acusados en prisión preventiva desde la fatídida noche el 18 de enero de 2020 previo al Covid-19 cuando se produjo la muerte del joven Fernando Báez Sosa tras una feroz golpiza que recibió de parte de varios jóvenes oriundos de Zárate. FALLO COMPLETO.
Desde la Dirección de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud indicaron que para el año 2020 -el año en que Fernando fue asesinado- hubo 2.609 muertes totales de adolescentes de 10 a 19 años. Un dato preocupante.
Ellos que hoy tienen 3 años más y bordean los 23 años de edad y enfrentan una dura condena por atacar a golpes a un par, dejarlo tirado en el piso, pegarles patadas en la cabeza y matarlo. Y es una condena que debe caer hondo en la sociedad para concientizar y frenar la violencia, y la violencia en la juventud que es el futuro de una nación. No sòlo eso, se los acusa de premeditación y también de "saña", técnicamente, alevosía. En una de las hipótesis durante el juicio, se deslizó un crimen por motivos raciales porque alguno de los condenados le dijo "negrito" a Báez pero fue descartado en principio en esta etapa del proceso penal.
Los condenas para los 8 acusados fueron leídas por el secretario del tribunal y los jóvenes a través de su abogado quien pidió escucharlas parados. Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenanados a prisión perpetua como coatuores de homicidio dobletemente agravado con alevosía en concurso real por el crimen de Báez Sosa el 18 de enero 2020. Así como Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli fueron condenados a 15 años de cárcel por ser partícipes secundarios del homicidio del joven porteño e hijo único del barrio de Balvanera. A posteriori de la lectura, se interrumpió la lectura del veredicto por el desmayo de Thomsen y las lágrimas de algunos de los acusados tras la condena. A dos de los “amigos” de los condenados Juan Pedro Guarino y Tomás Colazzo el tribunal tomó nota del pedido de la querella para iniciarle una causa por falso testimonio. El veredicto tuvo una lectura de 34 minutos desde su inicio por el canal de YouTube de la SCBA.
Uno de los argumentos princiapales de la sentencia es la división de los roles entre los 5 que terminaron con la vida de Fernando y los 3 restantes a los que consideró como partícipes secundarios. Esta hipótesis la sostuvieron la querella y el fiscal García quien manifestó en las audiencias que nunca había visto que un cuerpo tuviese la marca de una patada tal como quedó la huella de una suela marcada en la piel de Báez Sosa. “Los toreros se llevan la oreja del toro, eso fue dejarle el sello a Fernando”, definió al referirse a la marca provocada por una zapatilla de Thomsen, según quedó expuesto en los peritajes. “El paciente sufrió daño en todo el sistema nervioso central, tanto cerebro, cerebelo, tronco cerebral; no hay una lesión única, son múltiples… La verdad que es muy fuerte, siendo padre…”, reveló el perito forense del caso.
Esta pericia del Laboratorio Scopométrico de la PFA en Mar del Plata de la famosa zapatilla negra de Máximo Thomsen fue clave para su condena y también para comprobar la alevosía de la golpiza. Una de las fotografías de la pericia muestra parte del cuerpo de Báez Sosa, desde la cara hasta la cintura; en otra imagen se hacía foco en las marcas de los golpes en el rostro.
Por este motivo. Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron quienes protagonizaron la feroz golpiza que le dio la muerte al joven que según las pericias fueron los autores materiales dle homicidio doblemente agravado. “Ciro Pertossi golpeó a Fernando por su flanco derecho. A la vez que (Enzo) Comelli lo hizo por el izquierdo”, coincidieron en sus alegatos varios testigos de la pelea. A Enzo Comelli se lo acusó de haber “noqueado” a la víctima. “Agredió a Fernando al unísono con Ciro Pertossi. Él llegó por el flanco izquierdo: es asombrosa la coordinación para pegarle en el mismo momento. Excepcional forma de abordaje. Existió entonces una planificación”, dijo Améndola.
Los otros tres condenados a 15 años se los ve fuera de la escena principal de la golpiza. Sobre Blas Cinalli, había ADN suyo debajo de la uña del dedo meñique de la mano izquierda de Fernando pero no le dieron perpetua. Pero el que se hizo más famoso por su fría y lúgubre frase fue Lucas Pertossi quien volvió al lugar del hecho y envió un audio a sus amigos diciendo: “Estoy acá cerca de donde está el pibe (...) Caducó”.
En el desarrollo de las audiencias durante enero, el representante del MPF, Gustavo García y Juan Manuel Dávila, solicitaron la pena de prisión perpetua para los 8 acusados por homicidio doblemente agravado. Fernando Burlando y su equipo pidieron la pena por el homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas. Y el abogado de los jóvenes acusados, Hugo Tomei, pidió la absolución de todos ellos y buscó probar que fue un homicidio en riña.
Voces
A la espera del veredicto de hoy del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores por el crimen del joven Fernando Báez Sosa, el abogado de los padres, Fernando Burlando, explicó que "no puede permitirse otra sanción que no sea la perpetua" para los ocho jóvenes acusados del crimen y anticipó que el fallo "generará un gran llamado de atención a todas las familias argentinas". "La parte que represento junto al doctor Fernando Burlando y la fiscalía hemos coincidido en que el hecho está acreditado y que los ocho imputados son responsables del asesinato de Fernando Báez Sosa. Por eso, el pedido de pena es exactamente igual tanto desde la querella como de la fiscalía. Ambos pedimos prisión perpetua para todos", destacó Améndola.
El abogado de los padres del joven asesinado a golpes en la puerta del boliche Le Brick de Villa Gesell, Fernando Burlando, explicó que esta causa debe servir para bajar el nivel de violencia de la sociedad. El abogado penalista busca que “más allá de la sentencia” se genere “una transformación en algunas estructuras sociales para mejorar las relaciones familiares y el cuidado de los hijos, que son nuestro don más preciado”.
“Quiero que paguen porque son unos asesinos. Que no le tiemble la mano a los jueces cuando den la sentencia porque se lo merecen. Confío plenamente que se va a hacer justicia por Fernando”, dijo la madre de Fernando, Graciela Sosa, tras concluir la larga jornada de alegatos de la fiscalía y la querella.
Un amigo del joven asesinado, Tomás D’Alessandro, escribió haces pocas horas en sus redes sociales y sentido pedido de Justicia por su amigo: “INVOLUCRATE. Simplemente eso. INVOLUCRATE para defender a un amigo, INVOLUCRATE para ayudar a alguien que lo necesite, INVOLUCRATE para darle un poco de paz a algún familiar que está pasando un mal momento, INVOLUCRATE para brindar un poco de luz en momentos oscuros, INVOLUCRATE aunque ello implique arriesgarse a uno mismo, INVOLUCRATE aunque tengas miedo y no sepas lo que puede pasar, INVOLUCRATE aunque otros te digan que no lo hagas, INVOLUCRATE aunque pienses que tenés todo para perder. No te hacés una idea de lo que podés generar simplemente con involucrarte. Nunca dejes que te gane el miedo. Animate a INVOLUCRARTE, y animate a HACER, porque la vida se trata de eso, de HACER. Empezá la carrera que tanto querés estudiar, postulate para ese trabajo que tanto buscás, decile lo que sentís a esa persona que tanto te gusta, embarcate en ese proyecto que tanto miedo tenés de empezar. Pero no te quedes con las ganas, porque la vida es demasiado corta como para arrepentirte por algo que querías hacer pero que no hiciste”.
En ese entonces, a pocos meses de la tragedia escribió: “Ya pasaron 6 meses y seguimos pidiendo justicia como el primer día. Te extrañamos una locura, Fer”.
Su testimonio fue clave para la investigación porque ubicó a varios imputados en la escena del crimen y detalló cómo había sido la golpiza. Cada mañana llegaba junto a su mamá para escuchar los alegatos de la defensa, los argumentos de los abogados de los rugbiers, para volver a ver los videos del ataque, para mirar fijo a los atacantes, para recordar la noche trágica de ese verano de 2020 en Villa Gesell, a donde había ido con Lucas Filardi, Juan Bautista Besuzzo, Santiago Corbo, Julián García, Federico Raulera y Fernando para disfrutar sus vacaciones.
Un día antes de que se conozca la resolución de los María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari vuelve a postear una foto con él, vuelve a reclamar por justicia y pide que todos se involucren.
Termina un caso paradigmático, un hecho que identificó a la sociedad y que lo volvió el expediente más seguido por el público general desde el femicidio de Ángeles Rawson en 2014.
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