Comenzó el juicio llamado “caso Benavides” en el Tribunal Oral en los Criminal Federal número 2 de La Plata, un juicio de lesa humanidad que juzgará el asesinato del estudiante de la Universidad de La Plata y militante Horacio Alejandro "Chupete" Benavides, ocurrido en plena la calle el día 30 de septiembre del año 1976 en la cuidad de La Plata.
El juicio tiene en el banquillo de los acusados a los represores y ex policías bonaerenses Ramón Carlos Velasco, Walter Omar Ale, Carlos Emilio Bordalonga y Juan Nazareno Risso. Cabe destacar que el grupo dependía de la Dirección General de Investigaciones, que comandaba Miguel Etchecolatz.
El Tribunal que llevará adelante el proceso está integrado por los magistrados Nelson Jarazo, Enrique Méndez Signori y José Antonio Michilini, y estarán los fiscales generales Hernán Schapiro y Gonzalo Miranda, además del auxiliar fiscal Juan Martín Nogueira y la auxiliar fiscal Ana Oberlin.
"Chupete" Benavides
El joven de 22 años era militante y referente en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros, estudiaba derecho en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y además era empleado en el Departamento de Transmisión Gratuita de Bienes que dependía del Ministerio de Economía.
En el último mes, la búsqueda de las fuerzas represivas hacia su persona era cada vez más feroz, tanto que unos días antes, el 21, lo habían buscado en la casa de sus padres y secuestraron a su hermano de 18 años llamado Marcelo. Horacio, la tarde del 30, transitaba con un bolso y documentos prestados con la idea de salir de la ciudad.
Fue sorprendido cerca de la municipalidad por agentes y hubo un enfrentamiento que finalizó con la muerte de un represor y el asesinato de Horacio. La causa inició en 2016 tras la denuncia de su hermano Marcelo, que se contactó con el abogado Aníbal Hnatiuk, querellante por la desaparición de Jorge Julio López.
Al respecto, su hermano dijo a los medios: “Lo encaré y le dije que quería denunciar esto. Yo no sabía de la trayectoria Aníbal, fue una cosa estrictamente intuitiva. No sabía que trabajaba con Pablo Llonto también. La verdad es que fue de las mejores decisiones de mi vida, porque di con una gente increíble”.
Tras una investigación realizada por el equipo de abogados de Hnatiuk y Llonto, se pudo rastrear a los imputados al analizar información de los archivos de la fuerza de seguridad. En esa línea, Hnatiuk dijo que “cada vez que había un policía herido o muerto durante la represión quedaban registros y felicitaban o ascendías a miembros de las fuerzas. Empezamos a tirar de la cuerda y vimos los nombres de los 7 ascendidos por ese episodio y del ascenso post mortem de Sánchez”.
“La Jefatura lo felicita, por la importante misión, haciendo gala de valentía y excelente disposición para con el cumplimiento del servicio, lograron erradicar del seno de la sociedad a individuos de extrema peligrosidad; tal acción llevada a cabo con éxito se logró merced al alto precio de la vida humana ya que nuestra Institución debe lamentar el deceso del Sgto. (leg. 81873) Carlos Horacio Sánchez, quien cayó abatido por las balas fraticidas que truncaron la vida de quien hasta ayer mantenía firmemente los postulados abrazados por todos los integrantes de esta Policía en defensa del bienestar de la comunidad”, decía uno de los legajos que reafirmó lo que había ocurrido y permitió que se pueda hacer el juicio.
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