Mauro Coronel era un joven de 22 años. El 1 de mayo del 2020 fue detenido por un móvil de la Comisaría Decima de la policía de Santiago del Estero, en el barrio Santa Rosa de Lima. Cuatro días después le avisaron a su familia que había muerto. Su madre desde el minuto cero aseguró que su hijo era torturado por los oficiales, hecho que pudo ser probado, pero a tres años de su asesinato la justicia no avanzó en la causa.

Al respecto, Amnistía Internacional emitió un comunicado en el que exigió justicia y que la causa se mueva, ya que a la fecha aún “no hay un solo imputado en la causa”, y explicaron que “la investigación judicial no solo está estancada, sino que presenta diversas irregularidades”.

“Este panorama da cuenta de la ausencia de un compromiso serio por parte de las autoridades provinciales con la prevención y sanción de la tortura y la rendición de cuentas ante hechos de violencia institucional”, indicaron desde el organismo internacional que investiga causas de violencia institucional en la región.

La madre de Mauro, Laura Coronel, dijo: “Tres años de dolor y tres años sin respuestas. Hay videos que muestran que a mi hijo lo torturaron, incluso yo misma vi como lo tenían arrodillado con una bolsa en la cabeza. Sin embargo, nada de eso es suficiente para que se impute a los policías investigados. Hoy más que nunca seguimos exigiendo justicia por Mauro y necesitamos todo el apoyo posible”.

 

 

En tanto, el abogado de Laura indicó que “existe una certeza absoluta de que Mauro fue torturado hasta la muerte durante su detención”, y reclamó que “a pesar de ello, la Unidad de Coordinación en Violencia Institucional no imputó a ninguno de los efectivos policiales en tres años desde que ocurrieron los hechos”.

Asimismo, agregó que “el expediente tiene muchísimas preguntas sin responder. Sin embargo, la actividad fiscal para investigar y garantizar justicia a la familia de Mauro es inexistente”. En esa línea, Amnistía Internacional se reunió con la familia Coronel para impulsar su lucha y remarcaron que “es crucial que se haga justicia para que se prevengan futuros casos de violencia policial y abuso de poder”.

El caso

La detención fue violenta. Cuando lo trasladaron a la comisaría del barrio Autonomía, su madre se percató de que estaban torturando a su hijo tras escuchar gritos y pedidos de ayuda, de hecho, hay material audiovisual que da cuenta del mismo. Unas horas después, el joven fue trasladado a varias dependencias, creando un bache de 48 horas en las que su madre no tuvo información.

Cuatro días después de su detención Mauro falleció a causa, según su familia, de la tortura recibida. 

De forma escandalosa, la justicia santiagueña no investigó lo que ocurrió y a la fecha no hay imputados, no se avanzó sobre la responsabilidad de ninguna de las personas que intervinieron en la detención y, a pesar de que hay material probatorio que señala las vejaciones por las que fue víctima la fiscalía a cargo tampoco respondió.

La familia denunció que no fueron notificados de ninguna diligencia, no tienen acceso al expediente y no se los cita para hablar y aportar datos, además de haber recibido amenazas y persecuciones.