La situación en la ciudad de Rosario, en Santa Fe, es alarmante. En el 2022, en dicha provincia hubo más de 770 causas por comercio ilegal de estupefacientes. Además, el 59% de los delitos provienen de la venta de drogas y en el 2021 creció un 62% la cantidad de enfrentamientos entre policías y narcos.

En una lectura con perspectiva de género de este flagelo, el Registro Nacional de Femicidios, Femicidios Vinculados, Trans/Travesticidios y otras muertes violentas informó este lunes 31 de julio que entre el 1ª de enero al 31 de julio de este año se contabilizaron 30 muertes violentas de mujeres en la provincia, de las cuales 17 fueron en contexto de narcocriminalidad y delitos conexos.

No es este un tema menor, ya que la mayoría de mujeres y disidencias que se encuentran en prisión lo están por delitos relacionadas al narcotráfico y narcomenudeo. Usualmente, estas mujeres se encontraban en esta actividad bajo presión de su agresor.

Además, hubo seis femicidios y siete muertes todavía en investigación. Y se contaron 15 intentos de femicidios en todo el territorio santafesino. A nivel nacional, hubo en total 239 muertes violentas de mujeres, travestis/ trans. Esto da un promedio de una muerte cada 21 horas.

El informe difundido y realizado por Mumalá revela las formas más extremas de violencia de género ocurridas en lo que va del año en todo el territorio argentino. Se realizó a partir del análisis y monitoreo de medios digitales y gráficos de todo el país, buscadores, sistema de alertas, seguimiento de organizaciones, portales especializados en género, feminismo, DDHH y policiales/forense.

En lo que va del año se contabilizaron 239 muertes violentas de mujeres, travestis y trans. El 55% de los femicidios fue cometido por parejas o ex parejas y el 15 por ciento por hombres conocidos por la víctima. La edad promedio de las víctimas es de 37 años.

El 27% de las muertes contabilizadas fueron con heridas de arma blanca y el mismo porcentaje corresponde a las asesinadas con armas de fuego. Los datos indican que el 16 por ciento de las víctimas fueron asesinadas a golpes. En el 20% de los casos se utilizó algún mecanismo para deshacerse del cadáver u ocultarlo. La edad promedio de los victimarios es de 39 años.

El 22% de mujeres víctimas de femicidios había denunciado a su agresor. De aquellos que contaban con denuncia, el 77% tenía orden de restricción de contacto o perimetral y el 22% botón antipánico. El 66 por ciento de los femicidios fueron cometidos en la vivienda de la víctima o en la vivienda compartida, de eso se desprende que la propia casa sigue siendo el lugar menos seguro para las mujeres.

El 47% de las víctimas tenían hijos e hijas: en todo el país, 149 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madres.

Frente a las estadísticas brindadas por el informe que se actualiza mes a mes, Mumalá renovó el pedido al Gobierno Nacional de declarar la Emergencia Nacional en Violencias de Género, “violencias de género, con el objetivo de incrementar y priorizar recursos humanos y económicos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo LGTBIQ+ en situación de violencia de género”.