En el último Congreso de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional que se realizó en la bella ciudad de Córdoba en la Argentina, abrió el ciclo de conferencias el reconocido jurista francés François Julien Laferriére refiriéndose al Tribunal de Justicia de la Unión europea. François con quien ya habíamos compartido el congreso último en 2022 en Santiago del Estero, me permitió que pudiera hacerle algunas preguntas y conversar sobre un tema tan apasionante como es la justicia.

Mis postulados en ambos congresos tuvieron que ver con la justicia deportiva y encontré en el letrado europeo un enamorado del deporte. Coincidimos que la justicia en el mundo no es la que desearíamos, si lo que entendemos que su concepto es el de dar a cada uno lo suyo. O bien el arte de lo bueno y lo equitativo.

Quienes tenemos la pasión y la vocación por la resolución del conflicto y la justicia y la suerte de habernos formado académicamente en esas materias nos duele aun más ver el deterioro de éste sublime valor como el sufrimiento no solo de jueces o abogados en sus titánicas luchas, sino sobre todo de las partes del proceso dueños de una verdad por la que bregan para lograr que se les reconozca su razón.

Los interminables plazos que unen al inicio de un proceso judicial y a su final, como los célebres “fórum shoping” o acciones torpedos como llaman los españoles a las acciones dilatorias parecen estar más cercano a la injusticia que al verdadero sentir de la Diosa Themis.

El incumplimiento de los plazos razonables sumado a muchos criterios de jueces que continúan con un pensamiento monárquico de creer que ser juez es ser un poco menos que Dios nos lleva a vivir hoy una gran crisis en los Órganos judiciales que representan un poder en los estados democráticos.

Muchos funcionarios puestos por amiguismo sin formación jurídica y lo que es peor sin VOCACION de servir en una tarea que debería orientarse a buscar la paz social. Un juez es un servidor de la sociedad que debe ser respetado por su investidura como el debe respetar a las partes que llegan a su estrado en busca de solucionar sus problemas legales. Creo que los organismos internacionales como OEA, o la ONU debieran prestarle más atención a este dilema.

Hablábamos con Laferriére de lo importante que es para los europeos contar con un tribunal que reciba los problemas de los países del viejo continente como revisor de sentencias de jueces de los distintos países de la comunidad europea. Hoy en lo que atañe a mi especialidad en derecho del Deporte el TJUE tiene por resolver dos grandes casos , el caso “ SUPERLIGA C/ FIFA y la evaluación sobre el Reglamento de Agentes y Representantes de FIFA.

Pensando en voz alta me hacia una pregunta si porque nuestro continente joven no imitó eso del viejo continente y construyó un tribunal de la unión de las Américas. Es cierto que San José de Costa Rica es sede de nuestra Corte Interamericana de DDHH al igual que en el viejo continente Estrasburgo es la ciudad donde se establece el mismo órgano que rige todo lo que atañe a la violación de los derechos y libertades fundamentales.

Pensando en los cambios que el mundo y las sociedades están atravesando daría la sensación que el valor o la institución JUSTICIA, como escuche decir reiteradamente en el congreso, SIEMPRE LLEGA TARDE. Y la verdad que como conclusión a la que arribamos es que una justicia tardía o lenta No ES JUSTICIA.

Siempre afirmé que el derecho es una ciencia fáctica donde no todos los hechos se repiten de la misma manera. Lo que obliga a jueces a cambiar sus paradigmas de subsunción al de ponderación y así ante cada caso valorar circunstancias, valores, principios además por su puesto que las fuentes del derecho cuya principal es la Ley. También debemos aceptar que el derecho no es una disciplina que se estancó en los libros del pasado, sino que se actualiza constantemente y surgen nuevos derechos que se crean y que inspiran nuevos paradigmas.

Soy de los que sostengo que el derecho se sigue pensando, se sigue imaginando y se sigue creando ante la necesidad que los seres humanos necesitamos en nuestra relación con el otro, en esa interferencia intersubjetiva como lo llamaba el jurista argentino Carlos Cossio, creador de la teoría egológica del derecho antepuesto al concepto positivista del austríaco Kelsen.

Hoy ya hablamos de Derecho electrónico, estamos sumergiéndonos en la era del Metaverso, de la inteligencia artificial, nos retumba el concepto de “Smart contracts” o contratos inteligentes o la figura de la cadena de bloques como se perfilan los nuevos negocios conocidos como “BLOCK”CHAIN".

 

 

Los abogados modernos ya deben conocer de todos estos cambios como también los magistrados que deberán fallar en estas nuevas estructuras. El pensamiento de Richard Bach en su obra “Ningún lugar está lejos” se refleja en esta aldea global, así el autor de Juan Salvador Gaviota nos representa que todo en este planeta es posible conectar con solo oprimir un botón.

Nuestro Código Civil y Comercial parece no haber recibido la noticia a tiempo para darle un carácter específico a esta temática mas es bien concebido que por analogías nuestra legislación lo resuelve y allí es donde vemos que en todos estos casos se reúnen alrededor del derecho que abarca a todos quienes estamos en constante vínculo con la actividad comercial.

Me refiero al derecho del consumidor amparado en la ley 24240 de nuestro país con raigambre constitucional por lo manifestado en nuestra carta magna en su artículo 42. Hoy, según las estadísticas el consumo electrónico está superando al consumo face to face o dicho en criollo a la relación personal de consumidor y proveedor. Lo que permite que se prevean cuestiones que aseguren un cuidado y protección en lo que se denominan los famosos “ e comerce” o comercio electrónico.

Todo ello sigue bajo el abanico del derecho del consumidor como lo son las cuestiones de salud, turismo, bancarias, seguros, deportes, espectáculos, educación y especializaciones, posgrados y otras actividades que realiza el ser humano y algunas vinculadas a mascotas también.

El deporte, al que considero un verdadero derecho humano pues sus características se incluyen en los reconocidos DESCA ( Derechos económicos sociales culturales y ambientales) requiere de una justicia universal que contemple todos los conflictos que hoy se suscitan no sólo desde lo patrimonial sino desde lo humano en el ámbito de un último escalón resolutorio de lo que puedan decidir los tribunales de los países que puedan contar con tribunales propios o tribunales continentales que presten debido interés a estos casos. Y como el deporte todos los estamentos nombrados ut supra, que forman parte de la actividad de los seres humanos.

Cuestiones sobre contratos internacionales, o relaciones de personas de diferentes países o continentes por temas de transacciones en los ámbitos de turismo o de salud, o de transferencias internacionales de jugadores, o seguros, o negocios bancarios o financieros y otros requerirán de una justicia que garantice al mundo confianza para las operaciones comerciales como el respeto a la dignidad de las personas.

Es cierto que el Derecho Internacional Privado prevé en sus tratados la ley aplicable, también creo que se hace imprescindible conquistar la posibilidad de tener una Corte internacional que sea última palabra de conflictos que se presenten en estos ámbitos y que este respaldado por organismos internacionales que certifiquen el compromiso de los estados por el bienestar de los seres humanos en el mundo entero.

Así también para nuestra América poder contar con un organismo similar al TJUE que nos una en un abrazo de justicia y Paz a todos los países de las Américas sería un gran logro que le daría a las empresas, industrias, compañías como a las personas físicas mayor certeza a la hora de realizar transacciones, pues gozarán siempre de una mirada revisora neutral además de los organismos del lugar del domicilio del deudor o del lugar de donde se realizó el hecho que propició el conflicto.

Por supuesto que para lograrlo cada país deberá ratificar su voluntad de someterse a los designios de esos jueces, sin que por ello se entienda que habría una pérdida de soberanía. La justicia es un valor, es ética, equidad y honestidad. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde, es referente de rectitud, que nos obliga a respetar los derechos de los demás en cualquier parte del mundo.

Justicia hay una sola la que nos acerca a LA PAZ.