Hace unos días se conoció el archivo de la denuncia al ex tenista David Nalbandian por acoso sexual que le hiciera su ex pareja Aracelli Torrado. El deportista le habría puesto una cámara espía en su habitación, en un contexto de hostigamiento, persecución y celos. "La intención era entenderte un poco más", fue la insólita excusa que expuso. La causa está pendiente de resolución en la Cámara.
La causa se inició en julio pasado cuando Torrado se presentó en la Oficina de Asistencia a la Víctima y al Testigo de la Ciudad. Allí, además de reclamar medidas de protección, presentó una denuncia contra el ex tenista por acoso sexual, hostigamiento y violación de domicilio. Esta fue archivada por la justicia pero actualmente está en revisión nuevamente ante la Cámara de Faltas y Contravenciones.
El Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) de la ciudad realizó pericias y reveló que no encontraron indicios de que la cámara funcionara y tampoco se logró determinar cuándo fue instalada por exjugador. Además determinaron que “rogar para volver no es hostigamiento por violencia de género”.
Incluso, conocida la instalación de la cámara, se conocieron audios del propio tenista intenta “explicarle” los hechos a Torrado: "A mí lo único que me preocupa es estar bien con vos. Quiero encontrar la vuelta para hacerlo", le dijo él. "Pusiste una cámara frente a la cama para ver si yo me acuesto con otro. La otra vez me dijiste que no entendías por qué yo no quería acostarme con vos", le comentó Araceli en un audio.
Daniel Monastersky, especialista en ciberseguridad, analizó los pormenores técnicos del caso y sostuvo que “la incapacidad para acceder remotamente no debería haber sido un veredicto concluyente para archivar la causa”. Y agregó que “la conexión local mediante una IP fija sugiere que la cámara estaba activa y, por ende, potencialmente capturando datos. La decisión de archivar la denuncia basada en la premisa de que la cámara “nunca funcionó” ahora parece apresurada y cuestionable”.
“En un escenario donde las pruebas digitales son esenciales, la justicia debe abrazar la complejidad de la tecnología y evitar decisiones que puedan dejar preguntas sin respuesta”, siguió el especialista que destacó también que “la sombra de la duda persiste en el caso Nalbandian, y la revisión cuidadosa de esta decisión archivada es imperativa para garantizar la integridad del proceso judicial y la búsqueda incansable de la verdad”.
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