La fiscal Federal de Concordia pidió la elevación a juicio de una causa en la que se investiga el transporte de casi 9 mil pastillas de éxtasis por parte de tres personas. El expediente se inició en diciembre pasado después de que en un operativo de control de documentación en la provincia de Entre Ríos.
El pedido lo realzó la fiscal federal Josefina Minatta ante la jueza federal Analía Ramponi y acusa a tres personas por el transporte de 8.913 pastillas de éxtasis, y sustancia sólida y en polvo de MDMA. Se les imputa el delito de tráfico de estupefacientes, en la modalidad de transporte, agravado por la intervención organizada de tres o más personas, en calidad de coautoras.
La camioneta fue detenida el 27 de diciembre pasado mientras se trasladaba desde la localidad de San Vicente, provincia de Misiones, hasta el Puesto Caminero Paso Cerrito, ubicado en la Autovía General Artigas, en el Departamento de Federación, provincia de Entre Ríos. La droga se encontraba oculta en el interior de una camioneta en la que se trasladaban dos personas.
A partir de investigación, se determinó la participación de la tercera persona involucrada en la organización, identificada como la encargada de custodiar el transporte del material estupefaciente a través de otro vehículo, a modo de “campana”.
Detallan en el expediente que aquel día el conductor y su acompañante se contradijeron respecto del curso del viaje. Dijeron que procedían de la localidad de Bernardo de Irigoyen, provincia de Misiones; uno refirió que tenían como destino Benito Legerén y el otro manifestó que no sabía hacia dónde se dirigían ya que, supuestamente, visitarían familiares.
Ante esto, los funcionarios policiales analizaron la documentación de la camioneta, mientras que el perro antinarcóticos y su guía controlaban el vehículo. Al pasar por el sector de la rueda de auxilio, a la altura de la caja de carga y ambos laterales a la altura de las puertas de la unidad, el perro reaccionó ante la presencia de estupefacientes. Allí encontraron la droga.
La fiscal detalló en el requerimiento que los imputados “evidencia una clara organización previa, una división de roles y una planificación que permitieron el transporte de la droga en un vehículo y la utilización de otro restante que ofició de ‘campana’ o auxilio”. Ese mecanismo quedó demostrado por el modo en que circulaban sus respectivos vehículos, “a la par, habiendo realizado el mismo recorrido -conforme el uso de sus aparatos telefónicos-, en mismas fechas y horarios”.
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