Este martes se realizó en la Cámara Federal de Casación Penal una audiencia previa a la resolución que deberán tomar los magistrados sobre los involucrados por el encubrimiento del atentado a la AMIA ocurrido en 1994. La sala II de la cámara, integrada por los jueces Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, y la jueza Ángela Ledesma, debe decidir la suerte de los once imputados. “Los jueces hicieron una puesta en escena para intentar nuevamente salvar a la corporación judicial”, dijeron desde Memoria Activa.

La audiencia, conocida como “de visu”, fue solicitada por la Memoria Activa que pide se revoquen las absoluciones dictadas y se dicten condenas, y que se agraven las penas impuestas a los condenados Juan José Galeano y Hugo Anzorreguy. El primero fue el ex juez de la causa y el segundo era el ex jefe de la SIDE.

El ex juez Galeano fue condenado a seis años de prisión y el ex jefe de los espías a cuatro años y seis meses. Otro ex integrante de la SIDE, el ex subsecretario de Inteligencia Juan Carlos Anchezar, fue condenado a seis años. En tanto que los ex fiscales federales Eamon Müllen y José Barbaccia, a dos años.

También fueron condenados el reducidor de autos Carlos Telleldín, a tres años y seis meses, y su entonces pareja, Ana María Boragni, a dos. Carlos Antonio Castañeda, ex jefe del Departamento de Protección al Orden Constitucional (DPOC) de la Policía Federal, también fue condenado a tres años, aunque contaba con condena previa.

Hay que recordar que en esta causa estaban imputados el ex presidente Carlos Menem, y el ex jefe policial Jorge “Fino” Palacios, que fueron absueltos. Ambos fallecieron en los últimos años. Otros que fueron absueltos son Víctor Alejandro Stinfale, entonces abogado de Telleldín; el ex jefe de la DAIA Rubén Ezra Beraja y el ex agente de la SIDE Patricio Finnen.

“Las pruebas son abundantes y concluyentes, solo falta que los jueces se dignen de una vez por todas a cumplir con su deber: hacer Justicia, ni más ni menos”, adviertieron desde Memoria Activa.

 

Una audiencia que no es pública

Según fuentes consultadas por este medio los votos estarían parejos y la audiencia permitiría dirimir la cuestión y es por ello que fue aceptada por el tribunal. Sin embargo, la publicidad del acto no estuvo del todo garantizada porque ante el pedido de la asociación de ello esto fue rechazado por el presidente del tribunal, Carlos Mahiques. Es más, la audiencia, ante un caso tan relevante como este no fue transmitida en vivo por ninguno de los canales oficiales.

En la audiencia, realizada de manera virtual, este martes uno a uno los implicados fueron “sentándose” ante el tribunal mientras recibían preguntas de los magistrados. Según fuentes judiciales consultadas por este medio en el desarrollo se dieron interesantes cruces y afirmaciones tanto de los implicados como de los jueces.

Cuando fue el turno del ex juez Galeano, el juez del tribunal Mahiques le realizó preguntas tales como si creía que “los déficit del sistema contribuyeron a la respuesta judicial que se obtuvo” o “¿cómo funcionaba la cabeza de un juez de 35 años y con solo un año de antigüedad en el cargo”. “Hice el mejor trabajo que podía hacer con los recursos que tenía”, contestó Galeano y aseveró que “no sabía nada de terrorismo”. También, a los ex funcionarios judiciales, se les realizaron preguntas sobre el “clima de época” y Mahiques hizo hincapié en las “jóvenes generaciones de empleados judiciales que los escuchan” previo a preguntar.

Una burla a las víctimas

La actitud del presidente del tribunal durante la audiencia fue duramente críticada por Memoria activa que consideró que “fue un show de Mahiques a favor de los encubridores. ¿Cuál será el verdadero motivo? ¿Defender a los suyos? ¿Convencer a algún otro juez de salvar a sus amigos? ¿Por qué tantas preguntas tendenciosas en extremo?”.

“Sin disimulo, los jueces hicieron una puesta en escena para intentar nuevamente salvar a la corporación judicial”, dijeron desde la asociación y concluyeron: “Las pruebas son claras y elocuentes, el problema son nuestros jueces. Mahiques actuó como defensor de los encubridores, como si le estuviera hablando a sus colegas jueces y los quisiera convencer de la inocencia de los acusados. Todo absolutamente todo es una vergüenza”.