El exgobernador tucumano, José Alperovich, enfrenta los tribunales acusado de abusar sexualmente a su sobrina y durante la jornada de este lunes negó haber cometido los delitos.
"Soy inocente", aseguró frente al juez Juan Ramos Padilla del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 29 y señaló: "Este es un juicio inventado, armado, donde claramente les voy a explicar que hubo un móvil económico y político, de eso no tengo dudas. Cuando yo termine de hablar, todos podrán tener una idea de que yo no abusé de F.L., eso es una mentira, soy un hombre de casi 70 años, doctor".
"Lo que me está pasando no se lo deseo a mi peor enemigo. Hace cinco años que estoy sufriendo por todos los medios ‘Alperovich violador’", sostuvo desde el banquillo, y afirmó: "Me cambió la vida, doctor. Soy un muerto en vida, gracias a Dios tengo a mi familia. Vengo a que se saquen todas las dudas, vengo a dar la cara".
Alperovich está imputado por tres hechos de abuso sexual -dos de ellos en tentativa- contra F.L., su sobrina y quien entonces trabajaba en la campaña electoral, y seis sucesos de violencia sexual agravada por acceso carnal.
Según la acusación, los hechos sucedieron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018 en San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y en el barrio porteño de Puerto Madero, donde el exgobernador tenía departamentos.
En referencia al hecho del 14 de diciembre, en donde viajó a Buenos Aires junto a F.L. y dos colaboradores, relató: “F.L. se quedó con mi secretaria que le presentó a la gente. Me acuerdo porque ella dijo que le encantó conocer el recinto en el Senado. Yo trabajé como hasta las seis de la tarde. De ahí, los cuatro vinimos a los departamentos que yo tengo en Buenos Aires. Entré a mi dormitorio, al mío y al de mi señora, me cambié para salir a caminar. F.L. ingresó en el tercer dormitorio. La puerta que comunica el uno del otro dormitorio estaba abierta".
Y continuó: "No me parece mal que F.L. haya dormido ahí porque no iba a hacerlo con Dante o Jorge, que eran prácticamente desconocidos para ella. Habremos llegado a las 20.30, picamos, puede ser con F.L., con Dante, y me fui a mi dormitorio".
Consultado sobre si había compartido alguna comida con su sobrina, respondió: "Eso es mentira. Podremos haber picado, pero yo a las 20.30 me fui directamente a la cama como hago siempre… Al dormitorio, perdón".
Cuando le preguntaron si esa noche hubo algún incidente de índole sexual, o que ella lo haya interpretado de ese modo, Alperovich afirmó que "no paso absolutamente nada".
"Cuando veo el juicio que en su declaración ella dijo que yo intenté avanzar sobre ella la primera noche y me dijo que no. Y al otro día, con el supuesto abusador ¿no pasa nada? ¿Un día sí, un día no? La verdad es que no lo entiendo. Creo que esto está armado", señaló.
La estrategia de defensa
La defensa de Alperovich se basa en que es una operación política; en ese sentido, enumeró algunos supuestos pormenores que habían pasado durante la campaña electoral.
"Lo peor es armar una lista, uno no arma una lista por leales, arma por los votos. Pero eso es normal, todos tienen una referencia política. Ella (por F.L.) se jugó todo por mí, debo reconocerlo. En la mesa chica empezamos a ver por mediciones propias que no íbamos a andar bien. Ella quería ser legisladora. Y David Mizrah quería ser candidato a intendente", indicó.
"Yo creo que al día siguiente se han juntado los dos y han dicho 'mirá, este hijo de puta no nos ha dado nada. Mirá a vos, todo lo que has dado, y no te ha dado nada y peor vos que has tenido relaciones con él. Yo creo que ante eso ella le dijo que 'yo no tuve relaciones con José: él abusaba de mí'. En el momento en el que presenta las denuncias de abuso, el despecho de David y su bronca, la bronca que tenía David, después de la renuncia de ella al equipo campaña, se arma una sociedad para cagarme políticamente", expresó.
La acusación de la fiscalía
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 10 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del fiscal Santiago Vismara y de la Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, sostuvo durante la investigación: “Quedó comprobado cómo el imputado utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses”.
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