Es jueves, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó que la expresidenta Cristina Kirchner debe ir a juicio por el Memorándum con Irán denunciado por el fallecido fiscal Alberto Nisman.
El fallo fue firmado por unanimidad por los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, quienes descartaron la existencia de arbitrariedad o gravedad institucional en la decisión tomada por Casación, la cual ordenó un juicio oral y público.
“La gravedad institucional se vincula con la trascendencia de la sentencia apelada y, en su caso, con la necesidad impostergable de que esta Corte haga una declaratoria sobre el punto en discusión. No toda decisión dictada en un caso de trascendencia es en sí misma trascendente, ni reviste gravedad institucional”, indicaron.
La defensa de CFK planteó que se trataba de un acto político no judiciable pero la Corte indicó que "la Sala I de la Cámara Federal de la Casación Penal sostuvo que la hipótesis delictiva postulada por las acusaciones no se reducía a la suscripción de un tratado internacional, sino que tal circunstancia debía ser valorada en conjunto con las negociaciones realizadas por ‘canales paralelos’ a los carriles funcionales y que vehiculizaban el fin ilícito sostenido por las acusaciones, consistente en dotar de impunidad a los ciudadanos iraníes a los que se les atribuye el atentado a la A.M.I.A.”
A su vez, la Corte ratificó la continuidad de los jueces Andrés Basso, Javier Ríos y Rodrigo Giménez Uriburu.
Además de laexpresidenta, están acusados Eduardo Zuain, Carlos Zannini, Oscar Parrilli, Angelina Abbona, Juan Martín Mena, Andrés Larroque, Luis D´Elía, Fernando Esteche, Jorge Khalil y Ramón Bogado. La lista también incluía al excanciller Héctor Timerman, quien falleció.
El proceso judicial había sido iniciado en el 2015, después de que el entonces fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, acusara a Cristina Kirchner, en aquel momento presidenta, de haber pactado con la República islámica.
En ese sentido, el fiscal sostuvo que el memorándum se utilizó para encubrir a los acusados del atentado porque hacía caer las alertas rojas de Interpol de detención que pesaban sobre ellos.
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