El despiste en San Fernando, provincia de Buenos Aires, del avión Bombardier Challenger BD-100-1A10, propiedad de la familia del presidente del Club Atlético River Plate, Jorge Brito, tiene una causa abierta en el Juzgado Federal N°1 de turno de San Isidro a cargo de Sandra Arroyo Salgado.

Es investigado por la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), la cual se tomará 30 días para recopilar la información técnica y determinar las causas del siniestro.

El accidente que se produjo este jueves por la tarde y en el que murieron sus dos pilotos, Martín Fernández Loza (46) y Agustín Orforte (35), por ahora apunta a ser un "error humano".

Durante esta mañana, la JST presentó el informe básico con datos preliminares y está sujeto a posibles modificaciones conforme avance el proceso de investigación.

En él se reseña que durante el aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de San Fernando, la aeronave con matrícula LV-GOK tuvo una excursión de pista, deteniéndose fuera del predio del aeropuerto.

Según el especialista Carlos Rinzelli, "el avión aproximó a muchísima velocidad, cruzó la cabecera 05 con 200 nudos, cuando debería haberla cruzado con 120-130 nudos, y además tocó en la mitad de la pista, cuando todos los pilotos saben que el avión se aterriza en el primer cuarto de pista".

"Al haber aterrizado en la mitad de la pista, regalaste el 50% de la superficie del frenado, en una pista que tiene 1.700 metros, que sobran para este avión", detalló.

Su colega, Gustavo Giménez, remarcó en base a los datos disponibles en Flightradar: "A 600 pies, el avión estaba a 230 nudos, con una velocidad vertical de 4.400 pies por minuto. A 1.000 pies del piso, este avión debe andar entre 120 y 130 nudos, pero estaba 100 nudos por arriba de la velocidad de aproximación normal".