Mientras el presidente estadounidense Donald Trump continúa con las deportaciones masivas, el papa Francisco se opuso a las medidas del republicano en una carta que envió a los obispos locales y advirtió que "terminará mal".
Si bien el Sumo Pontífice afirmó que los países tienen derecho de defenderse y a mantener a sus comunidades a salvo de delincuentes, remarcó que "el acto de deportar a personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, daña la dignidad de muchos hombres y mujeres, y de familias enteras, y los sitúa en un estado de especial vulnerabilidad y desamparo".
En la misiva reafirmó el derecho de las personas a buscar refugio y seguridad en otros lugares y se mostró preocupado por la actual situación que deben atravesar miles de migrantes en los Estados Unidos. Desde el 20 de enero, más de 8.000 personas fueron arrestadas en acciones de control migratorio.
"He seguido de cerca la gran crisis que está teniendo lugar en Estados Unidos con el inicio de un programa de deportaciones masivas. La conciencia bien formada no puede dejar de emitir un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que, tácita o explícitamente, identifique la situación irregular de algunos migrantes con la criminalidad", añadió.
En ese sentido indicó que "una cosa es desarrollar una política para regular la migración legalmente, pero expulsar a las personas únicamente por su estatus es otra".
“Lo que se construye sobre la base de la fuerza, y no sobre la verdad de que la dignidad es igual para todos los seres humanos, comienza mal y terminará mal”, remarcó.
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