El exgobernador de Tucumán, José Alperovich, cumplirá la condena por abuso sexual en prisión domiciliaria.
La decisión fue tomada por el juez Juan Ramos Padilla, el mismo que lo sentenció 2024 a 16 años de cárcel.
Alperovich, de 70 años, residirá en uno de sus departamentos del barrio porteño de Puerto Madero.
El traslado desde la cárcel de Ezeiza a la vivienda se realizaría este jueves.
Según dictaminó el magistrado deberá usar una tobillera electrónica, no podrá contactar a la víctima ni a su entorno y deberá pagar una caución real de 400 millones de pesos.
Tras el juicio fue declarado culpable de nueve hechos: seis de abuso sexual agravado con acceso carnal y tres de abuso sexual simple —dos de ellos en grado de tentativa— cometidos entre diciembre de 2017 y marzo de 2018.
LOS ARGUMENTOS DE LA SENTENCIA
“Los indicios son graves, precisos, concordantes y basados en hechos comprobados que, relacionados entre sí, nos llevan a un único resultado. Precisamente, porque el testimonio principal de [el de la denunciante] fue corroborado por otras pruebas directas, como son las pericias físicas y psicológicas, y variados testimonios que le dan acabado sustento probatorio por su contundencia y volumen”, señaló Ramos Padilla.
LOS ARGUMENTOS DE LA SENTENCIA
“Los indicios son graves, precisos, concordantes y basados en hechos comprobados que, relacionados entre sí, nos llevan a un único resultado. Precisamente, porque el testimonio principal de [el de la denunciante] fue corroborado por otras pruebas directas, como son las pericias físicas y psicológicas, y variados testimonios que le dan acabado sustento probatorio por su contundencia y volumen”, señaló Ramos Padilla.
Se ha dado cuenta de los testigos que por miedo, conveniencia o relación de parentesco, concurrieron al debate al solo efecto de beneficiar al condenado Alperovich. Pero cabe aclarar que hay testigos de cargo que también son parientes o allegados a [la denunciante]; la diferencia está en que estos adquieren plena credibilidad a partir de la corroboración que recibieron entre sí desde distintos ámbitos, pero especialmente, el de la ciencia, a través de la pericia efectuada por la licenciada (psicóloga Mónica) Herrán que fue extensa y detenidamente valorada”, agregó.
Y continuó: “Se han valorado testigos que, incluso, fueron denunciados por falso testimonio. Ellos fueron ofrecidos por la defensa, y si bien vinieron a mentir, terminaron transformándose en elementos de cargo que no hacen otra cosa más que corroborar los hechos denunciados por M.F.L., del mismo modo en que ella lo anunciara al comienzo”.
"(La víctima) realizó un relato pormenorizado, no solo al narrar los hechos y sus detalles, sino que apareció ajena a cualquier pretensión espuria de lograr un beneficio, una venganza o cualquier otro provecho. Se limitó a narrar minuciosamente nueve hechos, pero surgió con claridad durante el debate que fueron muchos más. Este es otro elemento que le ofreció gran credibilidad a sus manifestaciones. Evitó cualquier daño colateral, como afectar la campaña electoral o aparecer victimizándose públicamente – ya que trató de mantener el anonimato– y así desechó cualquier pretensión publicitaria; como dije, al limitar los hechos y perjuicios en aspectos que, incluso, sus letrados -en general- respetaron", señaló.
El juez agregó que “quedó muy claro porqué (la denunciante), por un lado, se encontraba paralizada, sometida, cosificada, angustiada e intentaba mantener silencio por siempre, y, al mismo tiempo, se exhibía brillante y eficaz en su desempeño laboral. Aparecieron así los abusos de poder y el aprovechamiento de la situación de dependencia sólidamente comprobados”.
Por su parte, Rodolfo Baqué, integrante del equipo de abogados defensores de Alperovich, cuestionó a Ramos Padilla. “Lo absurdo de este caso es que un solo juez, sin discutirlo con nadie, impuso una condena de 16 años”.
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