Finalmente, tras el hallazgo de huesos humanos en una casona del barrio porteño de Belgrano lindera a un domicilio del músico Gustavo Cerati, se conoció la identidad del cuerpo.

Se trata de Diego, un joven que 16 años que desapareció el 26 de julio de 1984 y cuyo apellido no se publica para preservar a la familia.

El chico asistía a la ENET N° 36, jugaba al fútbol en Excursionistas y su cuerpo fue descubierto por obreros de la construcción el 20 de mayo de este año, 41 años después.

La investigación había determinado que los restos eran de una persona entre 14 y 19 años que había recibido un puntazo mortal a la altura de la cuarta costilla derecha y que habían querido descuartizarlo.

Al conocerse la noticia, fue uno de sus sobrinos quien empezó a sospechar que podía pertenecer a Diego y el Equipo de Antropología Forense quien lo confirmó.

En 1984, cuando la familia fue a hacer la denuncia, la Policía les había dicho que no se preocuparan, que "se había ido con una mina".

Su padre, ya fallecido, señaló en 1986: "La Policía dice que tiene tres mil casos iguales. Y fíjese qué absurdo: desde el primer momento lo caratularon ‘fuga de hogar’. Yo protesté y ¿sabe qué me dijeron? Que así estaban impresos los formularios. Me negué a eso, pero como si nada. ¿Qué quiere que investiguen si ya dan por sentado que él se fue, no me que me lo robaron".

Si bien el caso está prescripto, el fiscal López Perrando deberá reconstruir qué fue lo que ocurrió.