La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó una ley que establece que los acompañantes de los motociclistas están obligados a llevar un chaleco con el número de la patente del vehículo impreso y que el Gobierno porteño podrá prohibir ir de a dos en moto en ciertas zonas, días y horarios.

 

El proyecto original era más duro y obligaba a tener la patente grabada en los cascos. Pero no obtuvo consenso y generó numerosas protestas de motociclistas, que siguen considerando que la ley los discrimina.

 

La iniciativa fue presentada por los legisladores oficialistas Carmen Polledo, Daniel Presti, Alejandro García y Juan Pablo Arenaza. Y fue aprobada con 43 votos a favor, 13 en contra de los bloques del Frente para la Victoria y la izquierda, y una abstención de Adrián Camps (Socialista Auténtico).

 

A partir de ahora, los acompañantes de los motociclistas tendrán que llevar puesto un chaleco reflectante que deberá tener impreso bien visible el número de dominio de la moto, tanto en la parte delantera como en la trasera. En caso contrario, las autoridades podrán retener el vehículo y su conductor recibirá una multa de 2080 pesos. También podrán inhabilitarlo para conducir de 5 a 10 días.

 

La autoridad de aplicación, la Secretaría de Transporte, tiene la potestad de prohibir a los motociclistas circular con acompañante en determinadas áreas, días y horarios. Los que no cumplan también podrán recibir multas de 2080 pesos más la inhabilitación para conducir por entre 5 y 10 días. Mientras, los motociclistas que circulen por áreas y en horarios no permitidos recibirán una multa de 1040 pesos.

 

En los fundamentos, la ley sostiene que las placas de dominio "constituyen, sin más, la única posibilidad de identificación con la que cuenta el resto de la ciudadanía frente a los siniestros que puedan ocurrir y/o frente a todo hecho eventual donde resulte imperiosa la identificación de la motocicleta".

 

La norma subraya que este tipo de vehículos son "un medio efectivo utilizado por los delincuentes para asegurar la impunidad, al permitirles huir rápidamente de la escena del crimen gracias a la maniobrabilidad, aceleración y velocidad que poseen".