Los tres hijos del fallecido ex presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) Julio Grondona fueron denunciados por los delitos de defraudación, encubrimiento y lavado de dinero, a partir de la declaración del banquero Jorgue Arzuaga, quien reconoció ante la Justicia de Estados Unidos que el jerearca de AFA le pagó coimas. 

 

La denuncia fue efectuada por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten en los tribunales federales de Comodoro Py. Pidió que se investigue a los tres herederos del ex presidente de AFA, Julio Humberto Grondona, Julio Grondona y Liliana Grondona; así como al banquero Arzuaga y a Alejandro Burzaco, ex CEO de Torneos y Competencias (TyC).

 

El banquero se declaró culpable de participar en una red de sobornos ante la jueza federal de la corte de Nueva York, Pamela Chen. Según dijo, hizo transferencias por más 25 millones de dólares a través de bancos de Buenos Aires y Suiza, que correspondían a coimas por los derechos de transmisión de diferentes torneos. "Desde 2010 a 2014 acordé ayudar a Burzaco y a Torneos a transmitir pagos al entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino", declaró Arzuaga.

 

Anillo de Julio Grondona.

 

El denunciante también reclamó que se investiguen las cuentas utilizadas para la maniobra y que embarguen su contenido, "para evitar que el dinero de las coimas del fútbol en la era Grondona pueda ser usufructuado por sus herederos forzosos tanto en la República Argentina cuanto en el exterior".

 

La denuncia, que incluye una serie de medidas de pruebas sugeridas, le tocó por sorteo al juez federal Daniel Rafecas con la intervención del fiscal Guillermo Marijuán. Es una causa que tramitaría al margen del expediente que se abrió en el país por el FIFAgate y los dirigentes argentinos involucrados.

 

En la causa que se lleva adelante en Nueva York, ya está probado que circularon sobornos en cuentas bancarias de al menos 40 países. La FIFA, que está cooperando con el Departamento de Justicia, descubrió, por su parte, que Grondona fue quien autorizó el pago de 10 millones de dólares para que Sudáfrica fuera sede de la Copa del Mundo en 2010.