Hoy en día los abogados están atravesando una etapa de grandes cambios en su profesión. Los modelos tradicionales de organización y de gestión de la práctica jurídica ya no logran dar respuestas a las nuevas necesidades de los clientes (internos o externos). En este contexto de grandes transformaciones resulta imprescindible apoyarse en los nuevos desarrollos digitales para automatizar tareas, integrar con inteligencia la información y agregar valor a los clientes.

 

Si tomamos al azar una muestra de 100 adultos y les preguntamos ¿qué es un ecosistema?, probablemente el 80% tenga una idea más o menos aproximada de lo que significa, y un 20% podrá definirlo con mayor precisión. Para evitarnos cualquier duda tomaremos como válida la explicación que dice que “un ecosistema es una comunidad de organismos vivos en conjunción con los componentes no vivientes de su entorno que interactúan como un sistema autosuficiente”.

 

Si a esa misma muestra volvemos a preguntarle ¿qué es un ecosistema digital?, seguramente veremos expresiones inciertas. Sin embargo, el 100% de ellos conoce la respuesta.

 

¿Qué son los ecosistemas digitales?

 

En nuestra vida cotidiana formamos parte o utilizamos, muchas veces sin percibirlo, diversos ecosistemas digitales. Podemos tomar como ejemplo los teléfonos celulares. Los utilizamos para hacer una llamada, para chatear o navegar por internet. También hacemos fotos, accedemos a mapas e incluso realizamos operaciones bancarias. A su vez, subimos esas fotos a las redes sociales, las enviamos por email o las adjuntamos en un documento en el que estamos trabajando. De esta forma una cosa alimenta a la otra, y todas se integran y retroalimentan de forma automática, inteligente y sin que nos demos cuenta.

 

En el ámbito profesional utilizamos algún software que cuenta con diversos programas que nos permiten, por ejemplo, redactar un documento de Word, transformarlo en PDF, armar una lista de destinatarios y enviar el archivo por email. Todo, sin necesidad de salir de la misma plataforma.

 

Estos ejemplos simples nos ayudan a construir la definición de lo que es un ecosistema digital: “sistemas socio-técnicos abiertos, distribuidos, con capacidad de adaptación, con propiedades de auto-organización, escalabilidad y sustentabilidad inspiradas en los ecosistemas naturales”.

 

 

Ecosistemas Legales

 

Ahora, imaginemos esto en el entorno de nuestros clientes: usted está redactando un escrito legal, puede buscar las referencias correctas sin dejar lo que está haciendo. Además, el sistema monitorea cualquier cambio reciente en el tema relacionado y hace las sugerencias apropiadas. Ese escrito ya es parte del registro del cliente en el mismo sistema y puede enviárselos por correo electrónico con un solo clic. La misma aplicación, al mismo tiempo, estuvo calculando cuánto tiempo dedicó a este trabajo y lo agregó a la timecard para fines de facturación posteriores.

 

Legal One es el primer ecosistema legal, creado por Thomson Reuters, que integra la todos los procesos de trabajo que lleva a cabo un abogado, vincula de forma inteligente la información y genera de forma automática e inmediata reportes de control.

 

Este ecosistema legal está pensado para ser capaz de dar respuesta a los nuevos requerimientos de los clientes digitalizados. Hace unos años que ellos tienen acceso generalizado a internet y utilizan de manera frecuente más de un dispositivo móvil, lo que les permite estar conectado de forma casi permanente, tener acceso a cualquier contenido de forma inmediata y desde cualquier lugar.

 

Legal One es un servicio legal basado en la nube (cloud computing) que permite a los abogados tener acceso a toda la información de sus clientes de manera remota y sin trabas horarias. Este beneficio no sólo mejora la eficiencia del abogado, sino que colabora para aumentar la rentabilidad del negocio o área legal.

 

Entender que las nuevas tecnologías son aliados estratégicos en la administración del negocio legal y una de las variables de mayor gravitación al momento de pensar el futuro, será la clave que determinará el éxito o el fracaso para muchos estudios jurídicos o áreas legales dentro de las empresas.