Los medios y el Poder Judicial conviven en una tensa calma, que por momentos nada tiene de calma y todo tiene de tensa. Con el correr de los años, la forma en la que ambos se relacionan fue cambiando drásticamente y hoy es común que un juez conceda entrevistas o aparezca sentado en algún programa de televisión; esto años atrás era realmente impensado.

Una sociedad democrática, plena, como en la que vivimos desde 1983,  siempre utilizará los medios de comunicación como vehículo para informarse.  Éstos deben asumir el compromiso de hacerlo con la premisa de contar siempre la verdad, ideal que muchas veces se deja de lado por responder a un interés, ya sea económico o ideológico.

La justicia por su parte debiera ser ciega, sorda y muda, y guiarse solamente por la Constitución Nacional, ese librito que todos nombran, pero que muchas veces es dejado de lado. En nombre de la mal llamada “Carta Magna” se han cometido atrocidades aún en épocas donde gozamos de todos los derechos y garantías que en sus páginas se pregonan.

El cambio que se produjo no fue casual, y si bien no es el ideal, por suerte se dejó de lado el recordado “el juez habla por sus fallos”, que años atrás se escuchaba mucho en tribunales cuando alguien pretendía poder entablar algún tipo de charla con un magistrado en referencia a algún pronunciamiento.

Los jueces, en su mayoría, entendieron lo importante que es hablar con los medios dado que es la forma en la cual pueden dar cuenta de sus actos e informar a la sociedad el porqué de las medidas que tomaron y de este modo, evitar malas o tendenciosas interpretaciones sobre sus decisiones. Los tiempos cambiaron y no alcanza sólo con firmar sentencias, también es necesario explicarlas.

A menudo, los magistrados deben convivir con la presión de algunos medios, que exigen tal o cual medida respecto de un caso, y es aquí donde algunos terminan tomando decisiones, que con el fin de evitar el ataque, en ocasiones terminan siendo de dudosa constitucionalidad.

Por el lado de los medios, los temas judiciales tomaron una presencia tal, que en cualquier noticiero o programa de actualidad está presente un especialista en judiciales, o algún abogado para opinar al respecto.

Con la aparición y la presencia abrumadora de las redes sociales, las resoluciones judiciales ya no quedan en las páginas de los diarios o en la discusión de algún estudio de televisión. Hoy, los fallos circulan, se discuten y hasta se elaboran teorías de todo tipo y color, que sorprenderían a más de un director de cine.

Esta situación vuelve a poner en evidencia que la función de los magistrados y demás actores judiciales de cara a la sociedad ya no debe quedar en esa imagen vetusta de un despacho frío y silencioso, hoy es vital que hablen y expliquen, aún más en estos momentos donde la calidad institucional está en duda.

La frase “el juez habla por sus sentencias”, entonces sólo tiene que quedar como una demostración de la incorruptibilidad de los magistrados.


*El autor es Jefe de Prensa del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CPACF)